– La película surgió de una manera bastante espontánea. Estábamos con Juan Pablo Miller, el productor, con otro proyecto. Me enteré que tenía que esperar un año entero para filmar por lo que decidí irme a Córdoba, a este lugar, el Cerro Champaqui, al que solía ir cuando vivía allá. Me instalé ahí varios días, casi una semana. Ahí vi una imagen, de una nenita con una mujer, en el medio de una montaña, de la nada. A partir de esa imagen, me apareció una historia. Junto con Gonzalo Salaya, habíamos trabajado en “El Pampero”, otro guión y la armamos en dos meses. Fueron fluyendo las imágenes y se armó la historia.
-¿Cuanto tiempo duró el rodaje?
– El rodaje duró un mes y cuatro días por lo menos. Fue todo en Córdoba.
-¿Cómo fue el trabajo con las actrices?
– Empezamos ensayando acá en Buenos Aires, en especial con Paola y Paula. La nenita tenía una coach, Soledad San Martín, que ayudó mucho allá. Lo más importante para mi, era lograr el vínculo entre ellas dos. Esa era la excusa de los castings. Después, allá, en el rodaje, fue un poco adaptarse a lo que se podía. Particularmente, el día que filmamos con Sergio Boris, hizo mucho frío y la escena del horno estuvo muy complicada. Estuvimos complicados para soldar
-¿Se trabajó mucho con la mirada de Paula Hertzog? Es muy emotiva.
-Es su mirada. Ella había actuado en otra película, llamada “El Premio”. Tiene una capacidad y una generosidad creativa muy potente. Entiende muy rápido todo. No trabajamos en su mirada. La tiene o lo logra. No se como decirte. En la vida, está saltando todo el tiempo. Es una gran actriz. Paula, con la edad que tiene, es como si el lenguaje del cine, estuviera en ella. De hecho, las tres actrices (Paola Barrientos, Eugenia Alonso y Vanesa Weinberg) la miraron mucho a ella. Sabía como resolver las escenas. Todo lo que decía ellera muy atinado y nos quedábamos con la boca abierta.
-¿Qué formación tiene Paula?
– Creo que, por suerte, ninguna. Por eso es tan espontánea. Tiene la experiencia de haber trabajado en “El premio” y nuestra película. No estudió teatro.
–¿Se daba espacio para la improvisación?
– No. Había algunas cosas o palabras que podíamos hacer con Paola y Paulita que me decían “Che, en vez de tal palabra, es más fácil si decimos esta”. Se acomodaba asi. No hubo mucho espacio o tiempo para improvisar. Se dio una situación especial, que es la de la luciérnaga que tuvimos que cambiarla. La idea original era que la luciérnaga explotaba contra el vidrio del auto de Paola pero no alcanzó la plata. Entonces, hablando con Gonzalo y Paola, se nos ocurrió lo que se filmó. No hubo improvisación porque no había tiempo. Fue todo bastante rápido.
-¿Tenías otro final para la película?
– Si. Había otro final. El guión era mucho más largo. Tenía una línea narrativa para la maestra pero decidimos hacerlo más sutil y sacar todo lo que excedía. El final era otro, originalmente. En el montaje, con Delfina, armamos opciones. Igual tomamos decisiones rápido porque había un mercado en “Ventana Sur” y queríamos llegar si o si. Dijimos “cortamos acá, acá y acá”. Cortamos como brutos. Sentimos que funcionó. De hecho, ganamos en Ventana Sur y ahí quedó.
-El personaje de la maestra es riquísimo. No se si lo iban a explotar de alguna manera…
-Tenía una línea narrativa que implicaba una historia de amor y donde al final, cerraba, cuando llegaba a la escuela. De hecho se filmó y todo pero decidimos no ponerlo en el corte final. Por otro lado, en ese sentido, la película, al haber cortado todo esto, tomó más potencia de la que daba el material en si. Da, sin decir muchas cosas, dice. Puede haber quien diga que “tal escena está fuera de tono” pero estoy convencido que tomé la decisión correcta de sacar lo extra de la maestra. Que en el guión literario estaba bien pero que después de filmarlo, en la edición final, no cuajaba del todo.
– Muchas gracias! Creo que buscamos contar esta historia de la manera más simple posible. Se fue dando asi. También el hecho de saber donde ceder y donde no, en una situación de rodaje tan al límite, es muy importante para esa sutileza. A veces se piensa que, “si se dice esto acá, se resuelve tal cosa”. Fuimos ahí fuertes de decir “se hace de tal manera” y eso terminó funcionando de alguna manera.
-¿Se podría haber pensado la peli en otro lugar que no fuera en la escuela de montaña?
-No. A mi se me armó ahí, con la imagen de esa chica con esa mujer, caminando en el medio de la nada, de la montaña. Está filmada en Córdoba pero no situada en Córdoba ni en Córdoba provincia. Primero, está el tema de la tonada que no teníamos tiempo para trabajarla y después porque, al ser un tema universal, no me pareció un problema. Podía ser en cualquier lado. Igualmente, el marco de la montaña me pareció fundamental.
-Tengo entendido que no recibieron apoyo del INCAA.
– Esto es algo que quiero aclarar. No pedimos el apoyo del INCAA. Fue todo muy espontáneo. Estábamos trabajando con otra película, por la cual tenemos el interés del INCAA, y esperar todo el proceso que significaba presentarla y demás….Venía de tres proyectos anteriores que no se pudieron concretar. “Ciencias naturales” se realizó, básicamente, con ahorros personales y préstamos por doquier asi como el servicio de El Calefón Cine, de Córdoba, que me ayudaron mucho. De hecho, armaron toda la logística para filmar allá. Se hizo de manera ultra independiente, con muy poco dinero.
-La última, ¿cómo sigue el derrotero de la película?
– Ahora, vamos a Bélgica y después, a Jerusalén y San Sebastián, por lo que se sabe. Esperamos estrenar en Argentina, después de julio.