La semana pasada, en el reportaje que le hicimos a Susana Rinaldi, la Tana desmentía a aquellos que dicen “que siempre se cantan los mismos tangos”. Aquí, podemos apreciar un ejemplo. Ramiro Gallo tiene muy claro que es esto de hacer tango de calidad, con identidad propia y sin perder de vista sus raíces. En este caso, con su orquesta Arquetípica, realizó un disco excelente de principio a fin. Ya desde el primer tema, en compañía del maestro Leopoldo Federico en bandoneón, planta bandera con “Estirpe tanguera”. Tango clásico y actual, que no huele a esa naftalina museológica que muchos le quieren adosar al tango en nombre de la autenticidad. De esta manera, pegado entra “Santa Fe-Buenos Aires”, otro tango instrumental que mantiene el rítmo y la cadencia característica del género porteño. El sonido es aceitado y puro, con una interpretación sin fisuras, en todos sus instrumentos. Recordemos que la Orquesta Arquetípica cuenta con violines, bandoneones, viola, violoncello, piano, contrabajo y guitarra eléctrica. Asimismo, cuenta con sus solistas invitados. De esta manera, la voz del gran Ariel Ardit será la que ilumine temas “El invierno”, “Milonga para la China”, “Tu noche amarilla” y “Girando” mientas Lidia Borda engalana “Sin pétalos”. Otro invitado es Victor Lavallén en bandoneón para “Teclita”, un tango de impronta a lo Pugliese.
Las letras de los tangos son poéticas aunque también con un tinte de realidad como la “Milonga para la china” con sus dimes y diretes de un viaje accidentado o esa fábula respecto a lo que le dice la madre de Jorge Luis Borges a su hijo ante su inminente ceguera que lleva como nombre “Tu noche amarilla”. La letra no cae en el pesimismo sino en la posibilidad de abrir nuevos destinos, “volcado hacia tus adentros otro libro irás leyendo” al tiempo que pregunta “¿para que ver el afuera de miserias sin sentido?” . “Girando” es la esencia tanguera en un romance que mezcla baile y edades disímiles mientras “El invierno” hace causa común con el triste destino de un amor que no pudo ser. Por su parte, “Sin pétalos” vuelve sobre el amor seco ante lo irreversible de su final.
Con buen tino, la selección de temas es de un tango instrumental y uno cantado, logrando una ductilidad en la escucha que permite el asombro, la sorpresa y el regocijo ante la interpretación fluída y fresca de los temas.
Los temas fueron compuestos y arreglados por Ramiro Gallo por lo que el crédito es doble para el eximio violinista. El disco incluye, además, la obra compuesta por encargo del Festival de Tango Buenos Aires, en el marco del programa “Creadores 2006” con “Preguntas” (lúgubre, épico y urbano), “Respuestas”, “Ventanas” –con Ardit en voz, desgranando la melancolía de historias de noches de insomnio, tristezas y luces encendidas- y “Transformación”.
“Arte popular” es un disco que, desde un nombre más descriptivo que pretensioso, atrapa desde su primera escucha, captando la atención. A partir de ese momento, la simbiosis entre el disco y el escucha irá incrementándose hasta el cenit de la próxima escucha de un fantástico CD, disfrutable de principio a fin.