Parece que el viejo y querido Tom Petty no se rinde. Está decidido a sacar álbumes de gran calidad a través del tiempo. Tras su giro blusero en “Mojo”, ahora retoma sus raíces rockeras para dar a luz a “Hypnotic eye”, el decimotercer disco de su prolífica carrera. Con un sonido poderoso, claro y fresco, Tom Petty da claras muestras que el paso del tiempo lo va mejorando dentro de un estilo que le cuadra como anillo al dedo. Siempre al frente de sus inoxidables Heartbreakers (Mike Campbell en primera guitarra y slide, Scott Thurston en guitarra rítmica y armónica, Benmont Tench en piano y órgano, Ron Blair en bajo y Steve Ferrone en batería y percusión), el disco es un libro que te lleva de viaje por diversos estados.
Fuertes acordes de guitarra marcan tanto el comienzo del disco como del primer tema. Es “American dream plan B” en el que, desde el mismo título, plantea una amarga ironía respecto de aquello que no fue. “Bueno, mi madre está tan triste y papá, loco/Porque no voy a tener la oportunidad que él tuvo/Mi éxito es algo que nadie sabe/Pero como un tonto Voy a apostar a la felicidad” dice como conclusión de aquello que buscaba, “Voy a hacer mi camino/A través de este mundo algún día/No me importa lo que digan/Sueño americano, conspiración política/Voy a averiguarlo por mí mismo algún día”. En la misma línea, el blues poderoso de “Power drunk” que inicia con la belicosa frase “¿Quién va a venir y derribar a este jodido?”. La letra alude a una conducta errática («Que Dios nos proteja de los pensamientos de la mente de algunos hombres/Que Dios nos proteja del dolor que dejan a su paso) y a su propia persona (“Él está borracho de poder/Sí, mira a sus ojos/Mejor que este sobrio/Es verdad que dentro de él, puede nacer un buen hombre subida”). También apunta hacia políticos y empresarios que detentan mucho poder en la toma de decisiones.
La excelente línea de bajo pergeñada por Ron Blair junto con un ritmo que recuerda mucho a The Doors, es parte de “Fault lines”. Aqui los errores se recuerdan de manera palpable. “Ver esas fallas que parecen minas terrestres/Es difícil relajarse/Una promesa rota y la tierra se abre/Amor cae a través de las grietas”. Petty nota el paso del tiempo y lo refleja. «En la cuerda floja, sobre el incendio/Un viejo acróbata arriba del cable defectuoso, pero todavía es capaz/No caer de espalda«).
En “Red river”, la guitarra vuelve a iniciar un tema que gira sobre una chica creyente a la que se invitará al Rio Rojo a caminar. La descripción que hace de la protagonista es sencilla, escueta y fantástica. Como si fuera un resumen del estilo del mismo Petty. En este tema se aprecia el excelente trabajo de Mike Campbell en las seis cuerdas. Lo mismo ocurre con “All you can carry” donde la metáfora del fuego tan destructivo como purificador y justiciero (“Agarrá lo que puedas/todo lo que puedas llevar/Agarrá lo que puedas y dejá atrás el pasado/Tenemos que correr”) se hace presente en el contexto de depresión que se desprende del disco. “Hay algo que se mueve afuera, en la oscuridad/Tengo que enfrentarlo cuando llegie la luz/Nadie puede decir que no tengo tu lado/Nadie puede decir que me voy sin pelear”.
En “Forgotten man”, vuelve el Tom Petty de “Damn The Torpedoes” en su línea musical. En tanto, en su letra da cuenta de cierta amargura con respecto al menosprecio que sufren aquellos que “Sé lo que pocos pueden saber/Cómo las palabras de enojo pueden perforar el corazón/Cómo un alma puede caer tan bajo”. El fin de un amor que detona un Armaggedon personal. “Siento que estoy siempre triste/Desde que su amor se fue/No hay deseo, rabia, ni siquiera malos pensamientos/Sólo el dolor que persiste”.
El disco fue grabado en los estudios que tiene Tom Petty en Malibú, donde optó por la utilización de instrumentos y técnicas más antiguas para llegar a un sonido tan puro y fresco como personal y único. La distorsión se la utiliza en tanto y en cuanto sirva para la canción. El axioma de Petty de “menos es más” es llevado a la máxima expresión en este disco sublime, compacto y serio, con un contenido que no llega a ser político a nivel partidario pero que denota un descontento profundo por la sociedad y las “obligaciones” de hoy en día.
Con “Full grown boy”, se produce un momento de relax pero sin que esto implique un descenso en su calidad. Por el contrario, es un muy buen tema en el que Petty toca con maestría las dudas que tiene el hombre a medida que va creciendo. Sus certezas (“Me gusta pisar seguro y fácil/Como un gato que se arrastra a través de la hierba/Y la luna llena parece conocerme/Porque, finalmente, me encontré a mi mismo/Soy un chico de plena madurez”) y sus vacilaciones con respecto al amor (“¿Cómo voy a decirle que la amo?/Cuando esto podría no ser el día/Y yo soy un chico de plena madurez”). En este tema, quien se lleva las palmas es la sutileza de Campbell mientras que el resto de la banda crea un clima de intimidad y sutileza, mientras la voz de Petty narra con cierta melodía los devenires de los “hombres maduros”.
Se ve que el tema lo tiene inquieto al bueno de Tom porque en “Sins of my youth” vuelve a ponerse en las botas del hombre maduro para hacer un descargo sobre el pasado y el presente de un amor que no es tal como desearía (“Decis que me amas pero me gustaría gustarte un poco más/No soy un ángel, eso seguro/Dijiste que me perdonaste cada vez que me atrapaste/Pero todavía me seguís pintando como algo que no soy”) al tiempo que hace una evaluación seria de su propia persona (“No vas a encontrar en mí caminos de maldad/Mírame otra vez y veras/que no hay ningún camino cansado/Estoy desgastado y herido pero sigo siendo el mismo”). La conclusión de esta canción tan reflexiva como atrapante es corta y contundente. “Oh déjame decirte la verdad.Te amo más que a los pecados de mi juventud”. La guitarra y los arreglos del tema son estupendos para esta balada que antecede a una canción opuesta en su estructura musical pero girando sobre la misma idea, que es el amor.
Si en “Full grown boy”, Tom Petty tomaba algo de su compañero de los Wilburys llamado Bob Dylan, de su disco “Modern times”, en “U get me high” gira la cabeza hacia un blues de corte Stones. Petty frasea mientras la banda suena compacta y fuerte. Aquí, Petty recuerda lo que era sentir ese amor fuerte (“Recuerdo que me sentí de esta manera/lo podes perder sin darte cuenta/Te despiertas y no sabes para que lado sopla el viento”) y el motivo es obvio, el título de la canción.
Con “U get me high”, aparece un instrumento que estuvo casi todo el tiempo en “Mojo”, su disco anterior pero que hasta aquí, había mantenido su silencio: la armónica. Tanto en el tema mencionado como en “Burnt out town”, un blues más tradicional por llamarlo de alguna manera. La armónica abre el tema junto con la base marchosa propia del blues y el piano aportando notas a partir de la sutileza. Petty se manifiesta nuevamente en contra de sus co-generacionales en tanto los caminos tomados por cada uno. Su diálogo con una mujer que le pregunta porqué está con la boca abierta y caída, tiene como respuesta “Esta es una ciudad quemada/Está lleno de miradas sucias”. La voz de Petty denota la amargura y rabia que le provoca la situación. Pregunta “¿Por qué, incluso mis mejores amigos se volvieron ladrones?” al tiempo que llega a la conclusión que “la verdad es indecente cuando se la expone”. La ciudad como metáfora de una sociedad consumista en sus características. Sodoma y Gomorra extendiendo sus dominios a las urbes del mundo y Petty, cantando sobre la caída de los valores. “Si, es una ciudad quemada/se está derrumbando pero nadie lo sabe/Es una ciudad quemada/No está muerta, pero se está acercando”.
El disco llega a su fin con “Shadow people”, que es una editorial con respecto a las preocupaciones de Tom Petty como ciudadano del mundo en el siglo XXI. Describe distintos tipos de gente a partir de la ironía, no exenta de ponzoña. “Aquel que piensa en el gran arte/y usa palabras elocuentes”, “El que guarda agua/y almacena alimentos/ante la guerra que va a venir en el día del juicio final”. La penetración norteamericana y el carácter paranoico de las poblaciones tampoco queda fuera de la vista de Petty. “Y éste lleva un arma por los EE.UU/Es un hombre del siglo 21/Tiene un miedo como el infierno/Porque cuando él tiene miedo/destruye cualquier cosa que no entienda”. No en vano habla de “Gente sombría/en la tierra de las sombras”.
Para coronar uno de los mejores temas del álbum –¿el mejor?-, nada mejor que un blues que muestra lo afinada que está la banda, lo lúcido que está Petty en su pluma para escribir asi como en la forma que pone su voz para darle una emotividad cercana a la rabia y la resignación. “Shadow people” permite el diálogo inmediato con su inicio de “American dream plan B”. Será a partir de la lectura de las dos letras que el álbum logra su cometido de dar cuenta del pensamiento y la poesía de uno de los últimos baluartes del rock and roll.
Tom Petty es “el niño adulto” de 63 años que sigue rockeando como pocos, sin renegar de su edad pero con la vitalidad intacta. «Hypnotic eye» es el fiel reflejo de su vigencia sin perder la esencia que lo convirtió en un clásico siempre actual.