Hay películas que tienen “buenas intenciones”. Cuentan con un guión que crea una historia que toca diversas temáticas que nos atraviesan como sociedad y como individuos. Alguno dirá, “de buenas intenciones está lleno el camino al infierno”. ¿Será aplicable esta frase a “Lo que nunca nos dijimos”? La respuesta es “No” pero también diremos algo al respecto.
La película nos trae a Mariana, una joven argentina que vive en México y vuelve a su país natal (provincia de Mendoza para ser exactos), ante la noticia que su padre se encuentra enfermo, de manera irreversible. Serán los vaivenes que tiene la joven en su vuelta a Mendoza respecto a su vida, su pasado y también su futuro, los puntos en los que girará el film. La maternidad, la relación con sus padres (en la que hay un secreto oculto a través de los años) y de pareja -que no responde a lo «deseado» por una familia de alto prestigio en la ciudad-, son algunos de los tópicos que tomará una película que tendrá un desarrollo lento en su comienzo pero que logra dinamismo con el pasar de los minutos.
El guión es irregular pero aborda cuestiones fácilmente identificables. Plantea situaciones que son comunes y difíciles de abordar como la sexualidad, la relación familiar, el respeto y la aceptación social pero en ocasiones, cae en una forma más cercana a una telenovela. No obstante, esto no invalida que capte la atención inmediata ante los diversos hechos que se suceden. Tiene momentos destacables y las intrigas se develan en tiempo y forma.
La relación madre-hija, es fundamental en la película. Dos modelos contrapuestos de ver la vida que producen la paradoja de estar en sintonía con la hija pero que te caiga mejor la madre. Ahí es donde se pone el ojo en las actuaciones. Es menester tener en cuenta la construcción de Mariana, la protagonista. Hija única de un matrimonio conservador y de buena posición económica, busca su destino y vivir su propia pero no tiene empatía, por más que uno comparta su forma de encarar la vida y su carácter pujante y luchador. Serán su madre y la enfermera que cuida a su padre, fundamentales en el desarrollo de la película, con las muy buenas actuaciones de Ana María Picchio y Catalina Saavedra, respectivamente. Picchio es Cecilia, una madre que sostiene su mundo frente a viento y marea por más que deba apelar a diversas artimañas. Por su parte, Saavedra es Rosi, esa enfermera querible que debe lidiar con una esposa negadora y una hija. Participa con solvencia Juan Gil Navarro como ex novio de Mariana, posicionándose en un lugar de corrección e incredulidad – bien reconocible en sus dudas para una muy buena parte del inconsciente colectivo- frente a una ruptura que no cicatrizó.
Correcta y amena, “Lo que nunca nos dijimos” muestra y describe historias y hechos que, al día de hoy, atraviesan a diversos estratos de la sociedad. Pero seguramente, será la charla post función la que despierte un marcado contrapunto por lo visto en la pantalla (sobre todo por las relaciones de la protagonista con su madre y su padre…).
Ficha técnica.
Guión: Flavia Atencio. Dirección: Sebastian Sanchez Amunategui. Con Flavia Atencio, Ana María Picchio, Sandra Burgos, Juan Gil Navarro, Catalina Saavedra, Mario Bertone, Miguel Conde. Director de fotografía: Juan Carlos Lazo. Director de arte: Diego Enrique De Souza. Vestuarista: Camila Videla Peña. Asistente de dirección: Erik Baeza. Jefa de producción: Ana Soledad Orellano. Dirección de sonido: MCO-Estudios. Música original: Héctor Ruiz. Montaje: Roberto Bolado. Producción Ejecutiva en México: Paola Salguero. Producción Ejecutiva en Argentina: Mariana Cangas y Diego Corsini. Producida por Mariana Cangas, Diego Corsini, Matías Lértora, Flavia Atensio y Sandra Burgos. Productora: Coproducción México-Argentina; Cineworld. Año: 2014. Duración: 91 min. País: México- Argentina.
Cines Atlas Flores, Belgrano Multiplex, Espacio INCAA Gaumont, Hoyts Abasto de Buenos Aires, Hoyts Dot, Showcase Cinemas Belgrano.