La querida Claribel Medina está a full. Reparte su tiempo en la conducción de “Cuestión de Peso” y acaba de finalizar la obra “Un amor de novela” en teatro, al tiempo que está preparando otro espectáculo para fin de año. Dice está “en deuda” con su carrera como cantante, defiende a CDP de las críticas y se maravilla con el público del teatro.
– Muy bien. El proyecto está yendo de maravillas. Creo que hay gente que entiende, dentro del proyecto, que es lo que importa y de que se trata la enfermedad y lo logra y otros están en su proceso de aprendizaje. No abrimos un juicio porque se trata de una enfermedad. Siempre que estamos hablando de una enfermedad está en manos de la voluntad de aquél que la padece y de cuanto puede seguir su tratamiento. Ninguno puede tirar la primera piedra frente un hecho contundente donde vos no estás en la piel del otro para saber realmente que es lo que padece.
– Pudiste escuchar las declaraciones de Alfredo Casero que se mostró muy enojado con el programa y con el Dr Cormillot?
– No tuve oportunidad de escucharlo pero creo que hay una cuestión de no permitirle al gordo vivir la vida cotidianamente como es, como a cualquier ser humano. Eso, ya en si, es un prejuicio. Una persona con obesidad recibe el prejuicio de la sociedad a través del rechazo. Ahora, si también le prohibimos que sea felíz, que se divierta, que reciba una crítica, que se le ponga un límite….Es lo mismo que un chico que está en el colegio y le pega a otro. ¿No le vas a decir nada? Entonces, me parece que se sobreactúa algo que es natural, que verdaderamente, la persona que está pasando por ese proceso, si se sintiese maltratada por cualquiera de los que está ahí adentro, no estaría. Sabe que está recibiendo un beneficio y además, no permitirle que se divierta, me parece una locura. ¿Por qué no va a dar una vuelta carnero? ¿Quien dice que no pueda hacerlo? ¿Que no puede jugar con una pelota? Si hay personas atrás, entrenadas, para cuidar ese cuerpo. Luego, cuando se está hablando de una dieta y lo que pasa detrás de todo eso, es una misión que tiene una clínica médica. Preguntar, en mi caso, que se está haciendo mal, es lo que pregunta cualquier padre en su casa, cuando tiene una conversación privada con su hijo. Qué es lo que no te hace sentir bien, qué es lo que te provoca no hacer las cosas bien o que te hace equivocarte. Si uno te da un cachetazo, creo que eso es maltrato y si no pregunto, es ignorar al otro, que también es maltrato….
– Lo cual tiene sus consecuencias….
– Por supuesto! Si me hago cargo y te pregunto “¿cómo estás?” “¿Que necesitás?” “¿En que te puedo ayudar?”, creo que es un primer paso. Aunque vos me digas que no podés, que está todo bien y esas cosas. Mi deber es seguir preguntando.
– ¿Cómo te sentís como conductora?
– Felíz. Es un proceso de aprendizaje de todos los días. Para mi lo fue de esta manera. He aprendido mucho de nutrición, de salud, de lo humano. Estoy muy contenta porque se que con los chicos del programa, sabemos que nos respetamos mutuamente. Eso es todo un logro.
– ¿Cómo fue hacer de Antonella, el personaje de la obra “Un amor de novela”?
– Es como una suerte de varias heroínas de telenovela. Es la historia de una pareja que cumple veinte años de casados en este ámbito real, la parte real de la historia, que entra y sale de la historia. Es una pareja que se quiere, que se ama. Tienen dos hijos y ella es una enamorada del romanticismo de las novelas. Casi que vive su vida a través de los personajes de las telenovelas y de la fantasía de los mismos. El misterio y todo lo que tiene una telenovela. El galán, el caballero, el amor, la fantasía del amor eterno. Fue interesante hacer este personaje porque fue desdoblarse en muchos personajes a la vez. Fue de improvisar muchas cosas y también de una búsqueda intensa como investigar a otras actrices en tanto gestos, actitudes y demás. Sobre todo, posturas porque hay mucho trabajo físico y dramática de algunas actrices argentinas. Es una especie de juego que se va dando entre el público y nosotros que se va dando cuenta en frases de telenovelas o actitudes. Esto hizo muy interesante la búsqueda del trabajo. Yo llegué en el 90 a Argentina pero hay canciones y referencias a novelas del año 75, por ejemplo. Y yo, como también tenía algunas novelas vistas en Puerto Rico, también me acordaba de algunas y me gustaba recordar esas imágenes que de niña me enamoraron. Eso de ser parte del espectáculo y salirse del espectáculo para interpretar al espectáculo te da una ventaja. Un poco el conocimiento y otro poco que tenés que sorprenderte a vos misma buscando nuevas cosas. Asi que fue una busqueda muy linda.
– Había mucha energía con el público, mucho feedback…
– Esto que pasó con los estrenos. Uno ensaya y ensaya y no tiene la menor idea de lo que va a pasar el día del estreno. Fue una sorpresa para nosotros. Uno juega y no sabe lo que puede ocurrir con un trabajo improvisado. Ni siquiera lo sabés con un clásico. Pero este espectáculo le permite al público acercarse a las heroínas que conoció, a las canciones que escuchó, a las parejas de las que se enamoró. Hay historias y canciones que son parte de su vida. Esto hace que el público nos devuelva otra cosa. Situaciones en las que se vieron enamoradas por el protagonista, se enamoraron durante el desarrollo de tal novela o les pasa en su vida real lo que les pasa a los personajes. Se da una contestación de allá para acá. Estas haciendo una escena y la gente contesta como si fuera parte de la obra. Eso es fantástico. Y si esto pasa en Capital, no quiero ni imaginarme lo que va a ser el interior del país. Va a ser una avalancha de energía terrible.
– La obra tenía sus momentos de emotividad….
– Si. Era emotiva y también tenía sus momentos de romanticismo, de misterio y de mucho humor. Se descolocaba al público con escenas dramáticas y de repente, en el mismo momento, le decías a la gente un chiste. Esa suerte de improvisación en la relación con el público nos permitía jugar entre nosotros. Era un trabajo muy minucioso, de entender lo que hace el otro actor, esperar el segundo en que este hace su chiste y su emoción y buscar la reacción que el público no está esperando, que se lo sorprenda. De eso se trata la comedia musical, no? Trabajamos mucho y quedamos muy contentos con el trabajo que se hizo. Daniel García, que está en la dirección musical, hizo un trabajo impresionante. Tuvimos la participación de Arnaldo André haciendo una apertura. “Un amor de novela” no era específicamente para la mujer amante de la novela.
– Fueron muchos hombres también….
– Si…lo cual estuvo buenísimo porque significa que la novela no pertenece solo a la mujer sino que el hombre muchas veces, también se engancha.
– ¿Cómo era salir de “Cuestión de peso” para el teatro? Estabas a full!
– Si, la verdad que si. Era una carrera un poco loca. Terminaba el aire a las 18.45 y a las 19.15 estaba en el teatro. Lo primero que hacía, cuando llegaba, era colgarme detrás de un tubo de la escenografía para hacer un poco de gimnasia y estirarme. Si arrancaba en el escenario, con el frío del aire acondicionado que vengo desde el estudio, era fatal. Lo primero que hacía era bajar y trabajar un poco lo físico. Después calentar, la voz, la prueba de sonido…
– ¿Para cuando un disco de canciones interpretadas por Claribel Medina?
– Por lo pronto, vamos a hacer un espectáculo de boleros y salsa. El disco te lo debo pero la idea es comenzar a trabajar sobre ese proyecto que estaría listo para diciembre, con la idea que tenga una larga vida el año que viene. Me voy a estar concentrando en lo que sería salsa, boleros, blues y guarachas.
-¿Las canciones las tenés elegidas?
– Si pero no te las voy a decir porque ese una sorpresa!
– Te había visto unos años atrás y siempre me pareció que se podría hacer algo con tu faceta de cantante propiamente dicha…
– Si, es una deuda que tengo y hay gente que se lo sigue preguntando. He distribuido mi carrera de manera muy particular por tener hijas muy joven y los tiempos de una tira no te permiten estar mucho tiempo fuera de tu casa. Los tiempos televisivos no te lo permiten tantas horas estar fuera de tu casa. Eran elecciones. Si estaba haciendo teatro, me quedaba solo con el teatro o si estaba haciendo televisión, me quedaba solo con la tele. Era una suerte de combinar ambas cosas. Ahora que están más grandes, me puedo dar otros permisos e irme con más tranquilidad y menos culpa si se puede decir..jajajaja