Está a pleno con varios proyectos. Reestrenó la intrigante “La Misma Sangre” al tiempo que está por sacar su libro de cuentos de terror para niños. ECDL habló con Leo Azamor que contesta rápido y conciso, pero sin perder la simpatía.
-De mis ganas… y de escuchar mucha música de los años 70.
-¿Cuando aparecen los Carpenters en la dramaturgia?
-Desde el principio, fueron de alguna manera los que me inspiraron a imaginar todo ese mundo.
– ¿Siempre tuvo ese mix de policial y comedia?
-Si, siempre, aunque la comedia, se terminó de armar durante los ensayos con los actores María Colloca, Maida Andrenacci y Pablo Cerri. Hay un clima más seco en el texto, muchas más preguntas, que se terminaron de contestar con el trabajo de un elenco impecable, de grandes actores.
-¿Y la relación de los hermanos? Allí se juegan muchas cosas!
-Si. Mucha gente queda impactada con esa relación, pero como para mí el teatro es juego, lo tomo como tal, me río un poco de eso, me causa gracia.
-¿Cómo fue el casting original de la obra?
-La primera opción de Paloma, fue Maida. Ella iba a reemplazar a Soledad Cagnoni en mi obra anterior, una comedia de poderes mentales que hice hace dos años, pero al final nunca llegamos a estrenar. Entonces quedaron muchas ganas esperando. Apenas terminé el guión de “La Misma Sangre”, se lo mandé y a los pocos días ya estábamos pensando en una actriz para que interprete a Elsie. Ella me recomendó a María Colloca. Con Pablo había actuado en una obra, Le mandé el texto y a la semana estábamos hablando de lo que iba a ser el trabajo.
-¿Te sorprendió la buena recepción de la crítica?
-Sí, estoy muy feliz con lo que está pasando.
-¿Cómo fue el cambio de Natalie Perez por Maida Andrenacci?
-Un cambio inesperado pero bienvenido. No tuvo que modificar nada de la dramaturgia. Con lo que estamos trabajando con Natalie y su “physique du rol”, algunos textos de la obra cobran más sentido.
-¿La puesta es un homenaje a nivel estético al cine de los 50?
-No tomamos eso como premisa, pero supongo que en mi mirada de las cosas, hay cierta influencia que termina por manifestarse.
– ¿Tenías el final de la obra o había algún otro dando vueltas por ahi?
-Estuvo desde un principio. Fue complicado dar con el tono que requiere toda esa última escena, porque podia ser solemne, y me quería alejar de eso. Es un poco lo que te decía de la comedia que no aparece tanto en el texto. Para los actores, es todo un desafío llegar a esos lugares que pide el final, y es lo que hace que cada función sea toda una experiencia.
-Si Leonardo Azamor no era dramaturgo/director de teatro, ¿qué hubiese sido?
-Me hubiese gustado ser bailarín, saltar por los aires, tener esa elegancia en el cuerpo.
-¿Cuales son tus próximos proyectos?
-Está por salir un libro de cuentos de terror para chicos que escribí hace un par de años y recién ahora los edito; con ilustraciones de Keki, una amiga que le puso magia a lo que imagine, con la editorial 800 golpes. Tengo pendiente dirigir un corto que escribí, “La planta”. Y con otros dos proyectos de teatro para fin de año.
-Si por la puerta del Espacio Polonia, entrase el Leo Azamor que recién empezaba a transitar el camino del teatro, ¿qué le dirías?
¡Nada! ¡Soy mi peor consejero!
“La Misma Sangre”. Espacio Polonia. Fitz Roy 1477. Jueves, 21 hs.