Ensayo sobre la Gaviota (Teatro)

Chejov 2.0

Con María Florencia Álvarez, Mercedes Carbonella, Luciano Cohen, Merceditas Elordi, Pedro Risi, Belén Santos y Marcelo Savignone. Colaboración artística: Alberto Castrillo-Ferrer. Asistencia y colaboración artística: Andrea Guerrieri y Juan Pablo Méndez. Escenografía: Lina Boselli. Realización gaviota: Flavio Pagola. Vestuario: Mercedes Colombo. Iluminación: Ignacio Riveros. Asistencia iluminación: Luciano Cohen. Gráfica y diseño: Ed Carosia. Fotografía: Cristian Holzmann. Video: Juan Cruz Bergondi. Producción ejecutiva: Silvia Barona. Producción general: Producciones Belisarias.


La Carpintería Teatro. Jean Jaures 858. Viernes, 22.30 hs, domingo, 20 hs.

Hace poco tiempo, consultado sobre la forma en que la “tradición” puede condicionar la forma en que se hace a Shakespeare, el reconocido actor inglés Michael Pennington afirmaba “Lo mejor que podemos hacer es salirnos del camino. La simplicidad de Shakespeare es excelente y más aún si es de un modo coloquial”.

Pareciera que Marcelo Savignone tomó esta idea como un axioma. Tras el éxito de su excelente “Un Vania”, encara una propuesta audaz en la que transitará tanto en “La gaviota” de Chejov como por “El cuaderno de Trigorin” de Tennessee Williams. Pero no se queda solamente en la intertextualidad esbozada sino que le añade su toque/creatividad personal, además de utilizar todos los recursos que los nuevos tiempos le brindan.

Será esta versión tan personalísima y creativa de “La Gaviota” la que dividirá aguas entre aquellos que sientan como un texto puede expandir sus límites hacia otros lenguajes para enriquecerlo y quienes se quedan en la solemnidad de reproducir “in eternum” lo mismo, hasta el fin de los siglos, sin tocar una coma –esto sería una «falta de respeto»-.
El ensayo es tal como se presenta en el título pero se expandirá de tal manera que esto quede como una licencia del comienzo. No obstante, desarrollará las ideas que tiene Savignone con respecto a su función como artista completo y su propia visión del teatro y sus diálogos con otras disciplinas. Es más, su Boris dice lo que sería una verdad no escrita para el propio Savignone en tanto su relación con el teatro, “La libertad es peligrosa, exaltante como la vida misma”. De esta manera, concibe su teatro y su visión del mismo.

Savignone realiza un trabajo por demás pormenorizado donde nada queda librado al azar. Con una escenografía sencilla que se circunscribe a su versatilidad para crear espacios, el escenario será como un ring donde se suceden los acontecimientos, con la dosis exacta de frenesí y calma, según lo requiera el texto. Será el trabajo sobre éste el que se lleve las palmas por la cantidad de líneas de diálogo establece. Al respecto, no es en vano la elección de la música para tal fin. Con artistas que van desde Radiohead, Muse, hasta Artic Monkeys y Jeff Buckley, pone un pie en el siglo XX y XXI pero sin perder un ápice de la esencia de la original. El “Let down” de la banda de Thom Yorke crea una atmósfera conceptualmente melancólica y reflexiva que atravesará la puesta, pero sin que caiga nunca en un video clip en vivo. Por el contrario, la utilización de temas de fuerte contenido permite enmarcar lo que sucede sobre tablas, en una forma de contención para su propio desarrollo.

Pero la música irá un paso más allá de todo para dialogar directamente con el texto. Ese es otro punto a destacar de la puesta. No en vano suena la voz del gran Lou Reed y su “Vanishing act” cuando Boris y Nina caminan en sueños eternos (It must be nice to disappear/To have a vanishing act/To always be looking forward/And never looking back) al tiempo que sus miradas lo dicen todo (With a young lady on your arm/Looking for a kiss). La melodía de la guitarra de The Narrative, en “Hard to keep your cool” es un viaje a la complejidad del texto en tanto relaciones humanas (“It’s hard to keep your cool when you’re alone”.) –y no tanto-, estableciendo guiños con cada espectador y su propia vivencia (“These rotten years are sinking in/my weathered bones and aging skin”).

“Ensayo sobre una gaviota” vuelve a poner a Marcelo Savignone como un creador tan personal como atrevido, que hace camino al andar, con puestas que son para ver más de una vez. Siempre hay algo nuevo para encontrar en puestas que se realizan con dedicación, conocimiento e imaginación.

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