Fito Frati: El ojo blindado del rock

Como diría Rodolfo Orozco, “toco con todos” pero su instrumento era la cámara fotográfica. Bajo su lente, pasó casi todo el rock argentino. Fito Frati se toma una cerveza con el Caleidoscopio para contar con lujo de detalles todo lo que vio.  ¡Coloso!
– Fito ¿por qué la fotografía?
– Elegir la fotografía tiene que ver un poco con lo que es la familia Fratti. Somos italianos y en mi árbol genealógico, mi abuelo Frati Blasetti era pariente de Alessandro Blasetti,  uno de los padres del neorrealismo italiano. Entonces, mi familia se divide entre médicos y artistas. Estudié medicina y en cuarto año dejé para dedicarme a la fotografía. Antes era difícil y complicado ser fotógrafo, la época política que vivía el país tampoco ayudaba mucho. Fui un fotógrafo que se volcó hacia la música y al rock, que fue la música con la que crecí. Mi infancia tiene que ver con los Beatles. “Let it be”, salió acá con un álbum de fotos de una calidad increíble. Vi ese libro y me mató. Además, mi padre era médico y en la sala de espera estaba la National Geographic. Fotos del mar, las montañas, los bosques. Mi infancia fue crecer con los Beatles y con las fotografías del National Geographic.
– ¿Fuiste percusionista de Los Abuelos?
– Si pero fue un chiste de Miguel, que me invitó entre bambalinas, a salir en la foto cuando llegó el fotógrafo de El País de Montevideo. La conservo con mucho cariño porque me hizo sentir un Abuelo de la Nada más. (N de R: es la foto 2, de la nota). Me trae muy lindos recuerdos porque todos hemos tomado un camino muy distinto del otro. A esto sumale las ausencias de Miguel y de Polo. Miguel era un personaje muy especial. Siempre digo que era un juglar moderno. Teníamos muy buena relación. Cuando vivía en la calle Serrano, por Palermo, íbamos a comer a Kentucky, una pizzería bastante tugurienta en esa época de la que me acuerdo que tenía un muy buen moscato, solo apto para valientes. Me acuerdo que un día, cuando fueron los Abuelos a Punta del Este, los llevé a pasear a él y a Polo, y después se acercaron a comer Andrés Calamaro y Andy Cherniavsky. Comimos en un lugar de Gorlero, “La Fragata”. De repente, salió una luna hermosa y Miguel me dijo “Fito, Dios hizo arte aquí”. Miguel tenía esas frases…..Me lo encontré en el 85…él murió en marzo del 86?
– No. Murió en marzo del 88. Me acuerdo porque muere después que Luca, que murió el día de mi cumpleaños, el 22 de diciembre.
– Entonces me lo encontré en el 86….Bueno, a mi me pasó lo mismo con Harrison que murió el día de mi cumpleaños y era mi beatle favorito. Ese día, me tomé un Jack Daniels y me fui a dormir. Cuando me desperté porque me levantaron para decirme la noticia, me terminé la botella y seguí durmiendo. Ese fue mi luto.

– Tu lente captó a casi todo el rock argentino. Siempre se dijo que los “tres grandes” eran Luis, Charly y Pappo….
– O Lito. Alguna vez, alguien dijo en el Expresso Imaginario que ellos eran “alma, corazón y cuerpo”. Lito, Charly y Luis y creo que es cierto.
– ¿Y Pappo?
– Pappo llega después a los Gatos y a los Abuelos. Llega a los Abuelos y Miguel le dice “quiero hacer música un poco más pesada” y le dice “Quedate con el grupo” y después se va a Los Gatos y hace “El rock de la mujer perdida”. Me parece que es una referencia indudablemente. Pappo era, más allá de su imagen, un tipo cálido y tierno. He tenido un par de anécdotas con Pappo. Cuando Spinetta Jade toca en el Premier, en el 82 creo, Pappo viene a hacer el solo de “Digital Ayatollah”. Yo estaba atrás de Juan del Barro creo, me ve y viene hacia mi con una sonrísa por lo que le saqué una foto divina. Otra vez, en la cancha de San Lorenzo, me hizo un chiste diciendo “Fito, nunca un poste, nunca una pala, nunca un pico” y me palmeteó la espalda. Un tipo muy querible, y me afectó mucho su muerte. Estuve el día del gran quilombo, en Ferro, el de las cadenas y también me acuerdo que hubo un encontronazo con la gente de Riff en el Barrock, por Spinetta Jade. También creo que estuvo V8. Me dolió mucho su muerte. Pappo es uno de los baluartes.
– ¿Cómo fue seguir a Luis Alberto durante tanto tiempo?
– En realidad, el fotógrafo “oficial” y amigo es Eduardo “Dylan” Martí. Yo tuve la suerte de compartir muchos momentos con Luis Alberto. Él me brindó su amistad, su casa, su familia. Conozco a los chicos de niños y a Patricia, que fue la mujer ideal para Luis Alberto. Una mina divina y gran persona. Hace mucho que no nos vemos. El año pasado no pude hacer el tema de “Las bandas eternas “porque me lesioné jugando al fútbol y estaba con una férula. Igual, interiormente sentí como que si no lo iba a hacer, era por algo. Eran treinta años de rock que se culminaban de la mejor manera. No pude ir. Tenía la entrada que me regaló Rodolfo García pero no estaba bien. Seguirlo a él fue, en cierta forma, es el ejemplo de Luis trasladarlo a mi fotografía. La dignidad de un artista completo y una personalidad abismal. Hay gente digna en este ambiente como Rodolfo García. Luis Alberto es un tipo sumamente digno al igual que León Gieco, Gustavo Cerati, Hilda Lizarazu o como lo era Beto Satragni.
– ¿Y Charly?
– Todo un personaje. Yo crecí con él. Sui Generis vino a tocar al colegio Word cuando eran unos don nadie, en el año 73. Siempre se lo digo a Nito. Lamenté mucho lo que le pasó. Los habré visto cinco o seis veces en mi vida con gente que no está más porque son desaparecidos. Crecí con Charly. El sumun de Charly fue la Máquina de Hacer Pájaros.
Con los Abuelos, de percusionista
¿No lo fue Serú?
– Para mi, no y eso que con Seru Giran tengo una debilidad ya que lo considero uno de los tres grupos más grandes que dio la Argentina.
– Sería Serú…Pescado?
– No, yo lo pondría a Almendra y a Soda Stereo. Y estoy dejando de lado a Virus, Los Gatos y Manal. Pero yo los viví.
– ¿Cómo era meter el lente en Seru Giran?
– Me acuerdo un recital de Seru con una orquesta, en noviembre, en el que no me acuerdo si Charly o David hizo un chiste de muy mal gusto, interno entre nosotros y la gente se lo tomó a mal. Les tiraron de todo en Obras! Fue como con Virus y los Encargados, que siempre les tiraban algo y ahora todo el mundo los reivindica pero la gente fue muy injusta. Virus fue, o mejor dicho, Federico Moura, me pareció un adelantado. Un gran músico y otra persona digna. La forma en que se bancó su enfermedad fue de una dignidad a toda prueba. Seru Giran fue una fiesta. Cuatro músicos increíbles, cada cual con su personalidad y su orgullo por asi decirlo. Me acuerdo el día que Seru Giran que toca en la Rural y juntó treinta mil personas. Miré y vi que era un mar de gente. Me dio escalofríos. También recuerdo una prueba de sonido que no me voy a olvidar jamás que fue la de Peperina. En mi vida escuché un grupo sonar de esa forma. Mirá que hice pruebas de sonido y ensayos….pero lo que escuché en ese momento, no me lo olvido jamás. Sonó como Weather Report o exagero pero tenían una fuerza estos cuatro tipos que no me la olvido más. La música te la transmitía y era como una motivación en mi persona, hacer las mejores fotos.
Intermedio: Fito Frati nos recibe en la Sociedad Italiana de Morón. Grabador de por medio, anécdotas van y vienen de músicos que uno conoce y admira a la que Fito retrató con su cámara para la posteridad. El calor hace que hablemos con Fito en el patio de la Sociedad Italiana. Viajamos al  pasado del rock y volvemos al presente. Tiene una visión crítica que uno también comparte.
– ¿Cual fue el músico que más te atrajo para captar con la cámara?
– Luis Alberto. Si, sin duda. Me maravillaba siempre. Me sorprendía siempre. La música era como un transporte hacia un territorio bellísimo. Jade fue un gran grupo. Transmitía mucha fuerza y mucha poesía. Era chico en la época de Pescado y no lo podía apreciar pero cuando tenés 21, 22 años y tenés inquietudes, tenías un espejo divino. Era Jade, Seru….había muchos grupos. Después vino Soda, Virus, Sumo mismo. Era una buena época.
-Luis Alberto nunca le dio mucho crédito a los 80 tan mentados hoy en día…
– Conviví con Luís bastante en los 80 y me acuerdo que él vivía en Florida, escuchábamos mucho Steely Dan, Gino Vanelli, el comienzo de Fito y Virus. También Weather Report, Pedro, Seru. A mi la década del 80, no me dice nada y eso que lo viví en Europa. Podés hablar de U2, los Talking Heads y que más?
«Un tipo digno» dijo Fito de Rodolfo García
– Los Smiths.
– Cierto! Los vi en Roma en el 84, con la salida de “Queen is dead”. Nunca vi gente tan rara en un concierto y mirá que yo no me sorprendo con nada, eh! Solo faltaba que estuviese Mister Ed porque había cada uno….Era una carpa en las afueras de Roma. Un gran grupo! La forma en Johnny Marr arpegiaba….no te lo puedo explicar. Pero en esa época me tocó vivir el Jazz rock con John Mc Cloughlin, Pat Metheny, Bill Evans, el último Miles Davis, Zappa. En Europa pasaba todo el mundo. Asi también podías ver tanto a Duran Duran como a Prince. Pasé los 80 en Europa y te puedo decir que viví eso…No se porqué hay tanta reivindicación de los 80. El otro día me enteré que un musicalizador muy conocido que no quiero nombrar, sacó un disco sobre los 80, con DVD y CD sobre eso. Matías Martin también reivindica a los 80 pero preguntale a Alfredo Rosso o Claudio Kleiman que opinan, ellos que son gente grossa, que sabe. Son el antiguo y el nuevo Testamento del Rock. Debe ser una nueva moda y de modas, estoy harto. Con decirte que no escuché completo “Thriller” de Michael Jackson….No abogué por él pero era un artista. Te puede no gustar pero no lo podés negar.
– ¿Te quedó algún músico afuera?
– Si. Me quedó Sumo y Virus pero porque también yo me fui a Europa y volvía poco. Tenía a mis abuelos acá, en Buenos Aires y en Punta del Este y se complicó un poco. Me di el lujo de trabajar en el Expreso Imaginario siendo el más chico de los fotógrafos. Por ejemplo, estaba Petinatto que fue el que me dio el primer trabajo. Pego primera fila en Obras, para ver a Almendra con un amigo. Saqué como diez rollos y mi amigo se toma el trabajo de hacer un book y lo lleva al Expreso. Petinatto lo ve y le dice “vos sacaste estas fotos?”. No, le dice mi amigo. “Decile que me venga a ver mañana” responde Petinatto. Yo era lector de la revista. Pienso porque no nos pasó nada en la Dictadura y era porque no le entendían. Fue la cuna de grandes periodistas como Rosso, Kleinman, Adriana Franco, Sandra Russo, Laura Moya, la hermana de Fernando. Petinatto me dice “vos sacaste estas fotos? Tenés trabajo. Andá a verlo a Ohanian”. Cuando me ve Ohanian, me dice “Vos sos el fotógrafo, por qué no viniste ayer? El disco de Almendra ya fue a prensa y tendrían que haber estado tus fotos”.  Después salió en el CD. Ese fue mi primer trabajo profesional, en el año 79.
– ¿Se te enojó algún músico por alguna fotografía que hiciste?
– Siempre fui respetuoso del tiempo ajeno y tampoco paparazzi. Jamás. Estoy rememorando y no. Siempre traté de no ser “monitor”. Trataba de estar en el espacio que ellos me daban. Es muy difícil que un artista te de un espacio. Es muy complicado. Te tenés que ganar su confianza. Siempre fui de llevar un perfil bajo. Los músicos me daban la confianza y yo se las devolvía pero sin exceder esa confianza. Hoy en día, se perdió esa buena relación y de buen trato que había.
– Los códigos.
– Si, exacto. Hace poco leí a un músico que hablaba de códigos y él tiene tanto código como yo de volver al servicio militar. Está muy manejado y tal vez, me dolió mucho que no haya participado en lo de Beto Satragni. Me dolió mucho su muerte y tengo sus últimas fotos, de un ensayo, en el mes de agosto. Éramos muy amigos con Beto. Cuando termina Seru Giran, me da la oportunidad de participar del disco que hizo con Moro. Me llama Morito y me dice “Fito, necesitamos una locación para hacer fotos con Beto”. A Beto lo conocía cuando tocaba con el negro Rada que tenía un grupazo con Ricardo Lew, Beto, el negro Tordó –otro tipazo- y Navarro en teclados y se fueron de gira a Mar del Plata. Ahí pegamos onda. Le dije a Moro que tenía un amigo con un bar, en San Isidro. Hicimos las fotos del disco y ahí nos hicimos amigos. Me enteré de la nada que falleció. Me pegó muy mal al igual que lo de Gustavo.
Con Charly García, hace un par de meses
– Dos palabras sobre Gustavo Cerati.
Es un artista excelso y eso que era con el Soda con el que menos relación tenía. Con Luis Alberto, Miguel, Javier Martinez y Charly, son los mejores letristas de rock. También Lito tiene cosas buenas. Lo que le pasó me produjo una gran pena y te puedo asegurar que Luis Alberto está muy triste al respecto. Para Gustavo, Luis Alberto era Dios y compañía. Tengo fotos de Soda en las que Gustavo se paraba igual que Spinetta. La última vez que lo vi fue cuando compró una casa en la calle Urquiza al 1700, en Florida. Un día salgo para hacer unas fotos y escucho una voz muy particular que me dice “Los fotógrafos del rock me tienen harto”. Era Gustavo que me dijo “Mirá que nos juntamos con los pibes, eh!” El artista es un ser especial. Podés tener un territorio en común con el artista en tanto él te lo permita. Hay que tener esa sutileza. Charly llega al punto que llega por su sensibilidad. Luis Alberto es un tipo de un humor tremendo, en la intimidad pero es un ser extremandamente sensible. David Lebon es otro y se que le hizo extremadamente mal la muerte de Pappo, de Moro y la de Beto. Gustavo me dijo “mirá que nos juntamos con los pibes, eh!”
– ¿Los Redonditos?
– Los vi dos veces en mi vida, en Mar del Plata y en Montevideo. Me parece una banda grossa, que va más allá de lo musical. Eso tendría que explicarlo mejor un sociólogo. Desde afuera, parece que hay un problema inmenso de egos, de dos artistas entre Skay y el Indio y la gente optó por el Indio. Sus discos son muy buenos, más allá que está mi amigo Marcelo Torre. Si el Indio junta cien mil personas en Tandil y Skay, que me parece un excelente guitarrista, no, la gente eligió y generalmente, la gente no se equivoca. A veces.
– ¿No te llama nada la atención?
El año pasado cumplí treinta años con el rock. La frutilla del postre hubiese sido hacer las fotos de Luis y las Bandas Eternas pero no pude porque me lesioné jugando al fútbol y estaba con una férula. Hoy, siento que no tengo a quien fotografiar.  Uno dice por cual grupo uno pagaría una entrada. Sería por Divididos y quizás La Renga, que también es para un sociólogo. Nada más.  Ojo, también es difícil ser músico. No es una excusa pero tampoco veo talento. Acordate que Spinetta hizo “Muchacha” con dieciocho  años y Charly tenía diecinueve cuando hizo “Botas locas” por la colimba. Para mi, ir a comprar un disco era una ceremonia, hoy lo bajás y está todo bien. ¿Y la fotografía de Martí y los dibujos de Rocambole?

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