Si hay una embajadora de la música argentina en el mundo, esa es Susana Rinaldi. “La Tana” recibió el Grammy por la “excelencia musical”, por un jurado que la votó por unanimidad. Sin pelos en la lengua, habla del Grammy, el tango, los Kirchner, su no participación en el Partido Socialista y deja unas palabras sobre Hernán Lombardi.
– Me sorprendió porque…¿por qué debería esperar un Grammy si a consideración general, los Grammy se otorgan solamente a la gente que vende discos? La industria fonográfica siempre dijo que no vendía discos ¿por qué me iban a dar un premio así? Cuando supe que había sido votada por unanimidad y de curiosa que soy, fui a agradecer a esta gente que no conozco y de paso, enterarme personalmente que es un Grammy. Agradezco mucho que se le otorgue un premio de excelencia musical a alguien que participa de la historia del Tango. El no haber ido hubiera implicado un menosprecio porque tiene una altísima significación. Es el Oscar de la música. Además, toda esta gente siguió mi carrera en el mundo. No te olvides que estuve 17 años fuera de mi casa. Le debo mucho a Francia porque fue el país que me ha presentado a los grandes lugares del mundo. Cuando aparecí en las vidrieras de Nueva York y la 5º Avenida, con un tango como “Buenos Aires-París”, tuvo para mí una presentación notabilísima. Esa memoria colectiva de mi paso por Europa, Escandinavia, Asia, Israel, Grecia y muchos países quedó en esta gente que me votó y aquí no se ha hablado tanto de esto. No es mi país, un país que tenga la costumbre de halagar a un artista de la historia del tango. Todo esto me sorprendió mucho.
– ¿Cómo ve el tango hoy en día?
– Lo veo fantástico. Solamente la cantidad de gente joven, que en distintos grupos orquestales, dan fe de su existencia como patrimonio. Si pienso en la cantidad de cantantes jóvenes que, de pronto, adhieren al tango por la importancia de su poesía. De la danza…que te voy a decir? Es un fenómeno mundial. El turismo más alto que tenemos, mal que le pese a alguna gente denostadora que hay, es por el tango. Es la gran alza turística que tenemos. Es un momento espléndido.
– Hay quienes piensan que siempre se cantan los mismos tangos…
– No es verdad.
– O dicen “otra vez escuchar “Sur” o que se escucha Piazzolla para bailar y no hay tangos nuevos.
– Eso no es cierto. ¿Donde dejamos la poesía de Ferrer o de Mario Trejo? ¿Y a Eladia Blazquez? Es gente que se niega al tango. Me parece bien que se nieguen al tango como yo me niego a otras músicas populares. Cada uno tiene el derecho de expresarse. Lo malo es cuando usamos ese derecho como para “catequizar” a favor o en contra de, con la verdad revelada. Una especie de evangelización que no me parece nada bien. Es demasiado acotado como función o como opinión pública. Por otro lado, nos han hecho creer aquí que el tango canción no tiene demasiado valor; que solo cuenta cosas anacrónicas, etc. En fin, todas las macanas que inventaron las grabadoras para justificar el no darle impulso a ciertas manifestaciones extraordinarias que la poesía argentina tiene dentro del tango, la milonga, y demás.
– Si le pregunto por la Ley del Interprete…
– De pronto, la Convención de Verna ya no nos protege como creíamos nosotros. Las discusiones en la organización Mundial de la Propiedad Intelectual son mucho más ricas y variadas que hace diez años. Lo que ocurre es que, en el mismo momento en que la música pareciera ha dejado de ser el “gran negocio”, se convierte en el gran negocio como bien común para ser respetado creativamente hablando, desde distintos lugares. O sea, respetar al creador primero, que es el autor, el compositor y al que le da vida a todo eso, desde la interpretación. De esas cosas, no se hablaban. Hoy entienden un poco más –no se si lo aceptan- pero se comprende más el significado del intérprete. Ha dejado de ser el entretenedor para ser el responsable que lleva adelante el repertorio que forma parte de la vida de uno. Creo que nosotros, por ejemplo, respetamos enormemente la voz de la batuta. La de Barenboim no es la misma que la de Zubin Mehta. Cada uno de ellos registra la potencia e importancia de Beethoven o Mozart, con una calidad diferente. El valor agregado que cada uno le agregó a una interpretación.
– ¿Cómo se lleva Ud con internet? Hoy muchos artistas cuelgan su obra en la web.
– No tengo ninguna relación con internet y no me avergüenza decirlo. No pierdo dos minutos de mi vida con una pantalla. Estoy acostumbrada a buscar en una biblioteca y quedarme con el libro, como objeto, -no el libro editado por alguien que se le ocurrió que me tenía que gustar tal libro-. Me gusta hablar asi, frente a la gente, mirándonos. Internet es un buen elemento, que servirá a muchas cosas pero que a mi, particularmente, me agrede.
– Y los artistas que lo hacen con sus obras para difusión y demás?
– Cada uno hace lo que le parece mejor. Hay algunos que sienten, que si no lo hacen no tienen manera de llegar al público. Hay que saber comprender eso. A esta altura de mi vida, no podría cometer ese desliz. Tengo la posibilidad que me dio la vida, a través de los años, de poder comprender al otro porque lo hace.
– Hablando de la tecnología, se pueden acumular como cien canciones en un MP4 pero nadie escucha completo “María de Buenos Aires” de Piazzolla o “El Álbum Blanco” de los Beatles…
– En este momento, justamente por eso, se privilegia el tema. Por esta misma razón, los que seguimos grabando, aun aquellos que lo hacemos independiente ya que somos los productores de nuestra propia obra y grabación, creemos que es un error grabar, como grabábamos nosotros, diez o doce temas. No existe más eso. Creo que lo bueno es grabar cuatro temas – o dos temas, como Madonna, por ejemplo-. También están los que graban un solo tema y lo graban en español y en inglés. Depende del interés de cada uno. Recuerdo la última experiencia que tuve, “En el underground”, un disco al que le puse muchas expectativas. Hay unos arreglos maravillosos de temas que no parecen los mismos y hablan de lo que pasa hoy. Esto es una respuesta a los que dicen que hablamos y decimos siempre lo mismo. Siento como que es una pena haber puesto esos temas y esos arreglos (como “Garúa”, por ejemplo) en un disco que no fue debidamente promocionado ni exaltado. O incluso explicado porque muchas veces hay que explicar porque los arreglos son lo que son y quién los hizo. Es tan importante el arreglador a veces como el interprete. Puede haber un autor y compositor notabilísimo pero si no tiene un arreglador que le de la relevancia a esa obra, difícilmente que se muestre como lo que se pretende. Queda como una pata renga en esta situación. Entonces, volviendo al tema, digo ¿para qué me da? Grababa tres o cuatro temas, que consideraba inexcusables y hubiese ganado muchísimo más. Hoy, la tendencia es el tema y uno cobra por el tema que difunde.
– Le pido una reflexión sobre Nestor Kirchner. Han pasado dos meses de su fallecimiento.
– Lo viví mal porque son esas cosas que te hacen decir que la muerte no la decide uno. Los seres humanos nunca lo pensamos de esa manera. En el caso de este hombre, y de su altísima participación en la política argentina, los 60 años, hoy en día, es ser un pibe. Partir a esta edad es verdaderamente una desgracia que sufrió el país. Esto va más allá de su pensamiento, su ideología, y siento que ese proyecto de función pública, más que de gobierno -que él se había decidido a transitar, al igual que Cristina-, ha quedado con un agujero, como dice el tango, imposible de llenar. No hay quien se le parezca. Por suerte, está Cristina en el Gobierno y tenemos la suerte quien, con la seguridad del caso, lo continúe. Me preocupa mucho más que hace tres meses, la aparición de esta oposición que no es otra cosa que una “inquisición barata”. Es mucho decir “inquisición barata” porque hay que saber de que se trató la Inquisición en la Historia de la Humanidad pero a gatas con ciertos trueques, “yo te doy, vos me das”, este tipo de permuta permanente a las que se ve expuesta la política argentina, es decepcionante. Espero que surja, de la política, aquél que pueda, al menos discutirla y alentar otra perspectiva. Lo que hacía Kirchner simplemente era tratar de demostrar, todos los días de su vida, las grandes equivocaciones cometidas que nos han perjudicado y de que manera. Ojo que todo esto que digo es hablar de un señor con el que no éramos del “mismo palo” pero al mismo tiempo, me une si la conciencia que tengo –política- de darme cuenta de las cosas que son positivas, alentadoras y saber, con la edad que tengo, que un gesto gubernamental como la asignación universal por hijo, -y no hablo de todo lo demás que hizo- es un paso gigante en nuestra historia contemporánea.
– Recien dijo de que no venía de su “mismo palo” pero la gente de su propio palo se portó mal con usted.
– No le doy importancia porque no fue toda la gente. Hay gente de mi palo que es espléndida, trabajadora y que pensamos igual. Que lamenta profundamente no me hayan respetado el espacio de senadora que la Ciudad de Buenos Aires me había otorgado, reemplazando a Alfredo Bravo. Eso habla bien de esa gente que pensó en mi para llevar adelante sabiendo que no soy otra cosa más que una persona que sabe de la importancia de la política, que nunca hubiera renunciado a mi banca y hubiera defendido valores que, lamentablemente, no siempre el socialismo hizo. Aparentemente, se la pasa de trueque en trueque.
– ¿Tiene alguna relación con el partido?
– No tengo ninguna relación con el partido. Me he alejado del partido porque terminó siendo un aparato y cuando un partido pasa a ser un aparato….y eso no me interesa. Me encantan los aparatos cuando funcionan con una coherencia y una lógica.
– Unas palabras sobre la gestión cultural de la Ciudad de Buenos Aires.
– A ver, diría que es dispersa como toda gestión concentrada en una sola persona. Si hablamos de gestión cultural hablamos de una sola persona, que es Hernán Lombardi. No se si Hernán Lombardi tiene un equipo que pueda seguir y alimentar el fervor, el conocimiento y la importancia que quiere darle. Creo que hay una persona, que no se quien es, que distribuye los dineros de la Ciudad de Buenos Aires y no entiende bien la programación y la propuesta de ese ministerio de Cultura. Ese señor distribuye mal porque no tiene dinero para educación, grandes movidas que pueden darse en varios niveles. En realidad, no me interesa para nada el gobierno de Macri y siempre diré que soy una cantante respetable que tiene en el ministerio de Cultura a un amigo como Hernán Lombardi que, además, es un gran admirador y que por eso, está pidiéndome concursos en mi trabajo. Yo soy una trabajadora y no vivo de otra cosa. No canto “a” la propuesta de la Ciudad de Buenos Aires. No la he votado ni la votaría pero si el ministro de Cultura tiene buen gusto y me llama para cantar, iré y cantaré.
– Se critica la gestión de cultura porque hay dinero para Festivales como el BAFICI, el FIBA pero no para el día a día, en centros culturales y demás..
– No creo que sea asi. El ministerio de Cultura tiene cajoneada desde hace más de cinco años, una ley de la Música que fue aprobada por unanimidad y que todavía no pudo ser reglamentada. ¿Le voy a echar la culpa al ministro de Cultura por eso? Ni a este ni a ningún otro. Le hecho la culpa a los señores que la votaron por unanimidad y no tuvieron la capacidad para reglamentar la ley. Esto si lo hago. Ahora, esa ley, por qué no se reglamenta? Preguntémonos eso, averigüemos que pasó, que intereses está tocando, como para que la misma gente de la Legislatura porteña –que votó eso- no se preocupa de decir porque no reglamentan eso de una vez por todas. Frente eso, nosotros (AADI) hemos pedido y seguimos reclamando al respecto. Esto…al contrario, tengo que agradecer que exista un ministro de cultura que entiende que la música es importante, que es un bien común y que el pueblo tiene que participar de esto. Él está en un espacio en el que, de alguna manera logra que se realicen las actividades que se realizan en y para la música. No sé por quien está acompañado porque noto que han pasado cosas de gran importancia que no es, habitualmente, registrada por la televisión argentina.