Festival Internacional de Dramaturgia/3. “Abnegación 3”. (Brasil + Argentina)

Aqui, allá y en todas partes


Autoría: Alexandre Dal Farra. Traducción: Gabriel Ruman. Con Juanchi Rojas, Paco Gorriz, Nanzú Biesa, Marcela Burcaizea, Pablo dos Santos, Veronica Litvin, Nahuel Martínez Cantó, Marcos Videla, Cristina Sallesses, Sofia Cobas Alé, Zoilo Garcés, Ariel Levenberg, Adrián Sotelo, Anabela Brogioli, Alejandra Fauquie, Dolores Cano, Carla Petrillo, Amalia Tercelán, Emilce Olguin Ramirez, Juan Carlos Antón, Facundo René Torres, Santiago Pra Baldi, Alan Swiszcz, Mario Sala, Florencia Esteves, Carlos Lossada, Cesar Arakaki. Diseño espacial, lumínico y vestuario: Norberto Laino, Sofia Cobas Alé y Lisandro Rodríguez. Fotografía en gráfica: Nacho Iasparra. Producción: Carla Petrillo y Estudio Los Vidrios. Director Asistente: Nery Mucci. Dirección: Lisandro Rodríguez.

Estudio Los Vidrios. Guardia Vieja 4257. CABA. Domingos, 13 hs.

El 3° Festival de Dramaturgia suele tener momentos por demás particulares. De esos que te dejan pensando y pidiendo más, en tanto experiencia teatral. Tal es el caso de “Abnegación 3”, texto del autor portugués Alexandre Dal Farra, que comprende nueve historias. El encargado de llevar estos relatos a escena es Lisandro Rodríguez que logra una puesta tan imaginativa como poderosa.


Desde el mismo momento que se ingresa al Estudio Los Vidrios (ex Elefante Teatro), se aprecia que ese caos ordenado, no es en vano. Gente vestida de negro, yendo y viniendo mientras las pantallas recuerdan las protestas sociales de diciembre del 2017. Desde allí, se ve el rostro de Cesar Arakaki, actor detenido en el marco de las marchas, tanto en la televisión y pancartas como allí mismo, en persona, ya que forma parte de la puesta que se verá en algunos minutos. Suenan dos guitarras y una trompeta al tiempo que las voces se unen a los instrumentos al entonar una canción. Es la introducción de lo-que-vendrá.

 “El futuro llegó, hace rato” dice una canción. No es para menos. Está aquí, entre nosotros, sin que esto signifique algún tipo de alegría por los acontecimientos a sucederse. Más aún cuando ocurren en distintas latitudes, con similar resultado. Llámese Brasil, Argentina o con otros disfraces en continentes más lejanos. 
De repente, nos percatamos que la función ha comenzado. Todo intento de sutileza o el mantenimiento de ciertos parámetros de corrección político-teatral son dejados de lado. Se busca el efecto que provoca la palabra en su significación, en línea directa con la coyuntura. De esta manera, se obtiene una puesta despojada y honesta. Solamente una carpa sobre la cual giraran las historias contadas por actores y actrices que, al estar ubicados entre el público, brindan el marco de una asamblea a la cual se accede como testigo privilegiado de un impacto constante.
En esta “asamblea teatral”, los diálogos se siguen con atención. Las palabras van y vienen al tiempo que las cabezas se mueven como si estuvieran siguiendo un partido de tenis entre Roger Federer y Rafael Nadal. La neurona atenta capta el sentido de lo que se dice. Promesas que se han perdido, ideologías escritas durante la juventud pero borradas por el codo del paso del tiempo. La tan mentada madurez que solo sirve como una medalla absolutamente oxidada por ilusiones incumplidas y las traiciones realizadas en su nombre.
El lenguaje procaz y soez busca impactar dentro de nuestro propio habitus de vida para intentar, al menos, erosionar la coraza de moderna comodidad. La tecnología brinda confort pero no la pasión de quien vio lo que pocos pueden ver. El pasado de lucha y el presente de burgués estancamiento. El respeto a los luchadores de antaños reducido y banalizado al papel de contador de anécdotas. Se lo escucha pero se sigue adelante. Militancia en pos de….un mundo feliz sin que nadie se pregunte qué implica esa felicidad.

La puesta instala una buena cantidad de preguntas en tanto como nos ubicamos como individuos dentro de una sociedad que te dice que es libre, respetuosa (no confundir con tolerante) y generosa en las oportunidades que brinda. Algo que no es tal en tanto se viva -y acepte- la mentira meritocrática impuesta por los gobiernos de turno a través del vaciamiento de mentes y corazones, comprados por promesas de clase. Seguridad para todos aunque esto implique votar y vivir en una sociedad que varios/as, terminan votando a aquellos que los desprecian.
La música en vivo y una moderadora que entra y sale de la acción se combinan con una profunda oscuridad la cual permite que los interrogantes nos atraviesen aunque de distintas maneras.

Ponzoñosa en su decir y dinámica en su desarrollo, Lisandro Rodríguez llevó adelante una puesta política sin rodeos ni eufemismos, para construir una nueva versión del gran texto escrito por Alexandre Del Farra.

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