Con Pajarito Zaguri, Moris, Pipo Lernoud, Claudia Puyó, Boom Boom Kid. Guión y dirección: Néstor Alejandro Rodríguez Correa. Fotografía: Ezequiel Yoffe. Edición: Emiliano Serra. Sonido: SONITNEGRA. Música: Alberto R. García (Pajarito Zaguri). Producción: Daniel Mariano Guzmán.
¿Por qué “elocuente”? Porque no se dedica a hacer una retrospectiva constante, de quien recuerda “aquellos buenos viejos tiempos” sino que toma la figura de Pajarito y se va con él, de gira, en los últimos compases que dio en este mundo. Vive su realidad y a partir de esta, va hacia atrás pero sin perder nunca de vista una actualidad que no era de las mejores. La cámara se ubica cercana pero no invasiva; retrata pero no juzga ni opina. De esta manera, será el propio Zaguri quien irá recordando lo ocurrido en su momento y también los vaivenes que tuvo una vida al límite. De fuerte temperamento pero con idénticas pociones de bondad y compañerismo, Zaguri es aquél que vivió a su manera porque lo eligió asi. Se lo ve tocando tanto en La Perla como en un bar de Ciudadela pasando por un viaje a Mina Clavero.
Como no podía ser de otra manera, la música es fundamental pero allí también hay una toma de posición al respecto. Se optaron por temas de Pajarito de sus últimas producciones y canciones en vivo. El rock y el blues se articulan en la presencia de un Zaguri que no se quedó (¿no quiso? ¿no pudo?) en el bronce de los mitos sino que era una realidad que transitaba por aquellos lugares que requerían de su música.
Los testimonios recogidos para el documental como los de Claudia Puyó, el Conejo Jolivet, Boom Boom Kid –muy atinado y emotivo lo que dice Carlitos Rodriguez- y Moris, que lo pintan a Pajarito de cuerpo entero. Será esa mezcla de rebeldía y sensibilidad la que convivirá dentro de un Zaguri que supo ser con Moris, una piedra fundamental del rock argentino con Los Beatniks y su famoso simple “Rebelde” (“Rebelde me llama la gente/rebelde es mi corazón/soy libre y quieren hacerme/esclavo de una tradición”) pero que también se da tiempo para mostrarse con su familia, sus amigos y recordar a Patricia, su compañera fallecida.
“El Rey del Rock and Roll” llega al corazón de quienes aman el rock argentino y reivindica a una figura importantísima, como el gran Pajarito Zaguri.
Viernes 11 de abril. Centro Cultural San Martín. Paraná, esquina Sarmiento. A las 22 hs.
En este nuevo y fresco documental sobre el cuarteto de Liverpool, la historia gira en torno a Freda Kelly, la secretaria de los Beatles, que los acompañó, desde sus orígenes en su ciudad natal hasta la separación de la banda y posterior desmembramiento de Apple Corp, la compañía fundada por ellos mismos.
Pero aquí, hay que hacer una salvedad. Es la historia de una adolescente inglesa que creció y trabajó con los Beatles. Es la perspectiva de alguien que estuvo con ellos desde un lugar más cercano e íntimo y que fue creciendo junto con ellos. Freda había sido contratada por Brian Epstein, el manager de los Beatles, cuando tenía diecisiete años por lo que el paso del tiempo los verá a todos ellos crecer y desarrollarse como individuos.
Freda nunca dejó de decir que era fan pero mantiene una distancia en tanto el relato de los hechos. Porque para ella nunca dejó de ser un trabajo aunque estuviese trabajando para sus ídolos. Por eso, la frescura de su testimonio y el ahínco con que desarrollaba sus tareas. Si algún fan quería una “sabana en la que durmió Ringo” o un “mechón de pelo de George”, ella iba a estar ahí para conceder el deseo. Ni hablar de su relación con la correspondencia que recibía de distintas partes del mundo.
Además, cuenta no solo como fue la relación con ellos sino con sus propias familias en anécdotas imperdibles. La relación que tuvo con la familia de Ritchie (tal como llama ella a Ringo) fue tan cercana que la incluyeron en algún evento como “miembro de la familia” y mamá Starkey se convirtió en una confidente de Freda. Los Harrison también tuvieron una excelente relación con ella al igual que papá Mc Cartney, mientras que su esposa Angie Mc Cartney presta también su testimonio al documental.
Con la lente puesta en los “pequeños hechos”, Freda es una tierna y sensible «conductora» de su propia vida que circundó al fenómeno Beatle. De esta manera, el relato es ameno y divertido, con la plena conciencia de quien presenció “el crecimiento de los muchachos”. También aportaran sus testimonios la hija de Freda, Rachel y algunos miembros de The Fourmost.
A diferencia de lo esperable, hay poca música interpretada por los Beatles en el documental. Solamente “I saw her standing there”, “Love me do”, “I feel fine” y “I will” se escucharán en sus versiones originales. El resto, serán los temas originales de aquellos artistas de quienes los Beatles tomaron sus canciones. Tal será el caso de “Long tall Sally” a cargo de Little Richard o versiones de clásicos Beatles, realizadas por otros artistas. Párrafo aparte para el público presente en una sala casi colmada, de la que solamente las dos primeras filas estaban vacías. Algún grito ahogado, un coro a una canción o los “ahhhh” frente a una foto o algún testimonio, dan cuenta que los Beatles siguen tan vigentes como en los 60, con una música que trasciende cualquier barrera. Apenas empezó la película, no hubo un solo comentario ni un celular que suene (¡los Beatles hacen milagros!) y cuando terminó, el público se quedó sentado, mirando los títulos y aplaudiendo al encenderse la luz.
Con un saludo final a cargo de uno de los músicos (entre nos, el que no aparece….queda un poco en deuda al respecto. Qué le costaba, ¿no?), se pone fín a un documental imperdible tanto para el “Beatle fan” como para aquél que quiere saber algo sobre los Beatles. “Good Ol’ Freda” es para ver y disfrutar más de una vez y después, eso si, volver a escuchar por enésima vez a los Beatles.