Danza de verano (Teatro)

Mujeres y hermanas


De Brian Friel. Adaptación: Federico González Del Pino y Fernando Masllorens. Con Laura Azcurra, Laura Oliva, María Valenzuela, María Rosa Fugazot, Martha González, Roberto Catarineu, Luciano Linardi y Michel Noher. Vestuario: Pablo Battaglia. Escenografía: Daniel Feijóo. Iluminación: Gonzalo Córdova. Producción: Javier Faroni. Coreografía: Doris Petroni. Dirección: Jorge Azurmendi.

Multiteatro. Corrientes 1283. Miércoles a viernes, 21 hs; sábado, 20 y 22.30 hs y domingos, 21 hs.



Fito Paez cantaba “Hay recuerdos que no voy a borrar/personas que no voy a olvidar/ silencios que prefiero callar” en su canción “Brillante sobre el mic”. Estos versos creados por el rockero rosarino, encajarían perfectamente en la propuesta de “Danza de verano”, el clásico escrito por Brian Friel.

Aquí, Michael (Linardi) recuerda un verano de 1936, cuando era niño y vivía con su madre y sus cuatro hermanas, tías del joven protagonista. El contexto pre-Segunda Guerra Mundial y el conservadurismo de la comunidad de County Donegal enmarcan la narración. El adulto Michael relata lo ocurrido en esa casa donde se produce la vuelta de Jack (Catarineu), el hermano mayor de las cinco hermanas, un sacerdote que pasó 25 años de servicio en África, impresionado por las creencias paganas con las que ha vivido. 

Cada una de las hermanas tendrá su propia característica y personalidad. Kate (González) es la hermana mayor y quien se hace cargo de la familia siendo una maestra muy creyente y estricta. Por otra parte, Maggie (Fugazot) es su contraste al ser divertida y también un tanto melancólica. Christina (Azcurra) es la madre de Michael, quien lo cria ante la ausencia de Gerry (Noher), un padre ausente, que suele volver con promesas que nunca puede cumplir y un carisma que todo lo puede. Después vienen Agnes (Valenzuela) y Rose (Oliva) quienes son las mas dedicadas a la casa al tiempo que buscan el amor. El dibujo de los personajes es exacto con una influencia en el texto que va desde Chejov hasta Manuel Puig -autor en boga en estos momentos- para lograr su propia identidad.


La historia aborda varios temas como el conservadurismo católico y el rol de la mujer en los años 30 con un ambiente patriarcal que domina la sociedad. En ese marco, solamente los momentos que anda bien Marconi –la radio- brindan algo de luz a la existencia de estas mujeres. La música brinda un marco de alegría, más aún con el clásico “Cheek to cheek” sonando. La escenografía es excelente y brinda un ambiente cómodo para el muy buen desenvolvimiento de las actrices (en especial, María Rosa Fugazot), sobre quienes recae la responsabilidad de la puesta. La puesta viaja a través del tiempo por el adecuado relato de Michael y con algunos minutos menos, se lograría una solidez mayor.

“Danza de verano” es una buena historia con actuaciones de buen tinte que garantizan un buen momento teatral.

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