El amor es un bien (Teatro)

Patagonia chejoviana 

Dramaturgia y dirección: Francisco Lumerman. Con Manuela Amosa, José Escobar, Diego Faturos, José María Marcos y Rosario Varela. Diseño escenográfico: Gonzalo Córdoba Estevez. Diseño de luces: Ricardo Sica. Diseño gráfico: Martín Speroni. Produccion ejecutiva: Zoilo Garcés. Asistencia de  de dirección: Ignacio Gracia.

Moscú Teatro -Camargo 506. Sábados 20.30 hs; domingos 18 hs.


Chejov continúa siendo uno de los autores más versionados en este 2015 con puestas de calidad. Tal es el caso de “El amor es un bien” que cuenta con virtudes que dan cuenta de un trabajo serio y pormenorizado de la obra del reconocido autor.

En este caso, Chejov extiende su legado en la Patagonia con una puesta que tiene a “Tio Vania” como faro pero con frescura e identidad propia. En este caso, el punto en disputa será una propiedad en Carmen de Patagones en la cual Iván y Sofía, su sobrina construyeron un hostel que no rinde lo que debería. El arribo del padre de Sofía, con Elena, su joven y bella novia ponen en jaque los planes de Iván y Sofía con respecto a sus propios futuros en tanto deseos a concretar. Mientras tanto, el doctor Pablo es el residente del hostel al cual debe su estadía por falta de dinero.

Pero será en el traslado de la acción desde Rusia a nuestro país donde resida uno de las tantas virtudes mencionadas. Más de uno miraría con desconfianza el cambio pero, a no preocuparse, porque le brinda proximidad y cotidianeidad al texto. Ese acercamiento no le quita la contundencia del original. Además, el minimalismo de la puesta en su escenografía y objetos brinda una fortaleza mayor a los climas y las palabras. Es el axioma “menos es más” llevado a su máxima expresión, con los mejores resultados.

El texto es revitalizado en su nueva forma de contar lo ocurrido y ubicarlo en este tiempo. Las relaciones humanas en el medio de sus propios deseos y situaciones son el tablero de ajedrez donde juegan el egoísmo contra la solidaridad, la culpa con la felicidad, ganando las “blancas” en casi todos los casos. La enfermedad del padre de Sofia es el motivo del viaje que desencadenará cada una de las situaciones a vivir en esos precisos 70 minutos de duración.
La tensión que atraviesa la puesta es sutil. No abruma pero es netamente palpable. La presencia de los personajes (inclusive en su ausencia) es poderosa. Las voces son fuertes y firmes pero no estridentes. Será en estos detalles donde la dirección capta el palpitar de la puesta como el mantener la tirantez de un ambiente ominoso pero no sofocante. Los choques de ideas y de generaciones, el respeto y la soberbia, la sensibilidad y el avasallamiento de la razón. Dicotomías que saltarán a la platea para preguntar al respecto. 


En lo que actuaciones se refiere, dentro de un elenco sólido que responde a lo requerido, se destaca José Escobar que dota a su tio de sensible credibilidad en sus vaivenes emocionales.

“El amor es un bien” es una muy buena excusa para apreciar, no solo la gran escritura de Chejov sino el muy buen trabajo de Francisco Lumerman para reverdecer los laureles de un clásico, ubicándolo en la Patagonia sin perder nada de su esencia.  

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »
Scroll al inicio