El fín contrario a su naturaleza (Teatro)

Visceralidad teatral

Dramaturgia y dirección: Juan Ignacio Crespo. Con Facundo Beret, Pablo Fetis, Martín Pérez y Mara Teit. Diseño de luces: Damian Frusciante. Realización de objetos: Mariela Iuliano. Fotografía: Nicolas Bellati y Juan Pablo Tunesi. Diseño gráfico: Diego Farah. Asistencia de dirección: Facundo Beret. Producción: Mara Teit. 

Vera Vera Teatro. Vera 108. Sábado, 23.30 hs.



Excesos. Descender a la decadencia más plena para nadar en un mar de dolor no exento de patetismo y humor. Juan Ignacio Crespo vuelve a sumergirse en aguas de amores rotos y traiciones de variada índole, tanto de los demás como de uno consigo mismo. 

En lo que sería la continuación o segunda parte de su puesta anterior, “La persistencia de todas las cosas”, Crespo redobla la apuesta a lo planteado en aquella.En esta ocasión, varios planos permiten jugar con un esquema de figura-fondo. Una mujer tirada en el piso, en plena convulsión, se ubica a primera vista. Una montaña de cocaína ubicada el centro de una mesa es testigo de como dos hombres que retoman la máxima de Memphis la Blusera de “se aman, se pelean, se vuelven a amar” (o no…). Una mesa donde las cartas se juegan con resultados tan diversos como inesperados.
Enmarcada en un ambiente sombrío, donde la oscuridad impone condiciones solo cortadas por la blancura de la mencionada coca, la puesta tiene un ritmo vertiginoso y mordaz, donde busca plantear preguntas más que brindar respuestas. Una puesta que va a contramano de gran parte del circuito porteño de teatro off. Humor y sarcasmo, burla y crítica. Vómito punk atravesado por la lírica de quien sabe escribir una dramaturgia corrosiva.

Pero la aguda mirada de Crespo también servirá para dialogar y dar su punto de vista sobre el teatro actual. Romper la cuarta pared para comunicarse y dar su punto de vista, por ejemplo, sobre la proliferación de los unipersonales femeninos, en la voz de Mara Teit, su alter ego para tal fin.
La creación de imágenes es fuerte y contundente. La metáfora solo aparecerá de manera extremadamente esporádica como las muertes que no son tales –al menos, en algún aspecto-, decantando en un aquí y ahora de furiosa intensidad, con un recorte por demás específico del universo que quiere contarse. Un teatro que se ubica lejos de la paja intelectual y del regodeo en la seriedad que varios autores jóvenes se vanaglorian de poseer so pena de escribir obras ya escritas.
Este es un punto por demás destacable en la ruptura que realiza Crespo respecto de sus cogeneracionales. Un director y dramaturgo que escribe y realiza una puesta de un mundo que le puede pertenecer -o no- pero con el cual tiene algún tipo de relación. Esa gambeta corta deja en offside a aquellos jovenes que quieren escribir como los consagrados pero alejándose de sus propias vivencias al tiempo que añoran lo que no vivieron.


Con un elenco a la altura de las circunstancias, “El fín contrario a su naturaleza” es una puesta provocativa, que va más allá del cliché de una provocación per sé y outsider, para ubicarse en un lugar aún más off, del off más porteño que se pueda ubicar.

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