El punto de partida es el ensayo de la primera obra de Amanda Gould, escritora y personalidad ilustre de Coronel Pringles, la cual sería estrenada para la reinauguración del Teatro Español, de dicho pueblo. Para lograrlo, debe agradarle la puesta al intendente recientemente electo. Asi planteada la historia, los disparadores para las situaciones se multiplican logran un ritmo aceitado y dinámico en la primera mitad de la obra. Los personajes entran y salen con situaciones desopilantes. Obviamente, después baja un poco el ritmo y entra en una meseta en su desarrollo pero manteniendo la locura de su dramaturgia.
El final es abrupto y contundente y se mantiene dentro de esa tónica. La escenografía y el vestuario son de muy buen nivel y se encuadra dentro de la puesta, ubicándola con exactitud en un tiempo determinado. Las actuaciones son frescas y exactas a lo requerido por la puesta pero su gran valor es la frescura de las mismas. La dramaturgia es ágil y tiene influencia del coordinador pero esto no invalida sus méritos en absoluto.
“El primer drama de Amanda” es una excelente opción para terminar el fin de semana y comenzar la semana con una sonrisa.