Pantallas de un mundo nuevo….
Dramaturgia, dirección y diseño de luces: Leandro Orellano. Con Melina Del Valle Villar, Manuel Guirao, Juan Jimenez, Aldana Nasello, Leandro Sartoretti y Nicolas Schneider. Escenografía y utilería: Clara Soratti. Diseño de vestuario: Manuela Mateo. Asistencia de dirección: Sofía Cantarini. Diseño sonoro: Tomás Ciccola. Asistencia de realización de utilería y de escenografía: Manuela García Cambón. Diseño gráfico: Camilo González Lowy. Producción: Carola Parra. Duración: 70 minutos
Espacio Callejón. Humahuaca 3759. Sábado, 22 h.
¿Shakespeare en un futuro distópico? Si, todo es posible. Más aún cuando queda demostrado por enésima vez que la pluma del británico es indestructible. Leandro Orellano realiza una arriesgada y corrosiva versión de “Macbeth” en la que tiene muchos puntos a destacar. Inclusive, desde algunas «observaciones» que podrían realizarse, es una puesta atrapante.
Desde el mismo comienzo, hay un aura de incertidumbre respecto a lo que se va a presenciar. Con un fuerte hincapié en el excelente trabajo lumínico, la escenografía brinda un marco que avanza en el tiempo, respecto al día de hoy. Hay que ver quien se convierte en el Gordo Supremo, la personalidad más importante de la sociedad en que se desarrolla la acción. Ahí es cuando aparece el nombrado por el título, como miembro de los Turrax, a caballo de su violencia y codicia para hacerse de ese título. Tal como se cantaba en un clásico del punk, “con mis drugos al ataque, vamos a ir….”.
El comienzo es lento. Los parámetros de conducta son diferentes a los de hoy en día. Inclusive, hasta las relaciones sexuales han cambado. Primer shock. Además, los personajes aparecen, atravesados por la tecnología y la deshumanización en los vínculos. ¿Otra vida? ¿Otro universo?
Ese inicio anárquico, que puede resultar alborotado y desprolijo, puede dividir aguas en los presentes. Más aún cuando se conoce el texto para realizar la consabida y odiosa comparación. Obviamente, lo visto resultará extraño al espectador acostumbrado a una adaptación que “respeta” al original, hasta la última coma.
Apenas se quitan las cadenas de la tradición y la veneración mal entendida, comienza a percibirse una puesta corrosiva e irónica. El clásico shakesperiano es solo la raíz, la base de lo que construye después. La reflexión se dispara hacia muchos lugares. partiendo del poder y la codicia humana que tiene el texto, ahora matizada con los cambios en los roles en la sociedad.
Es, a partir de este planteo (que puede relacionarse también con “La naranja mecánica”), que se da cuenta de cómo, “el lado oscuro de la Fuerza” está extremadamente próximo aunque no nos demos cuenta. Hasta el lenguaje es diferente -¿inclusivo?-. Es la diferencia visibilizada, ahora como mayoría. «¿Y ahora que pasa, eh?»
El ambiente ominoso y denso es testigo del desarrollo de los hechos. El linkeo con la realidad misma también dependerá con el/la espectador/a. El deseo de meterse en ponzoñosos intercambios y reflexiones será una piedra en el zapato. No sea cuestión que tengamos que revisitar todo aquello con los que nos hemos criado.
Un casco explota y suena una voz desquiciada, con una reminiscencia bien conocida para el oído atento. El contexto –incluido el colectivo denominado “gente”- legitima la pérdida de la cordura como fin de una época en la que un resfrío no se quita cambiando de médico ante la falla del galeno, sino cortándose la nariz. Cualquier similitud con la realidad, es pura coincidencia. O no. Todos somos responsables, en mayor o menor medida respecto a la coyuntura.
“Enter MCBH” plantea un futuro oscuro, de IA y capitalismo tecnológico en nombre de la evolución y la modernidad. Esboza la situación y la deja para que sea evaluada. Es el porvenir…que ya está por venir. Que ya llegó y arrasa, libertad de por medio