De Uruguay a Medio Oriente
Producción: Compañía El Galpón. Dramaturgia: Wajdi Mouawad. Dirección: Aderbal Freire-Filho. Con Elizabeth Vignoli Mossián, Héctor Guido, Silvia García, Anael Bazterrica, Estefanía Acosta, Solange Tenreiro, Federico Guerra, Claudio Lachowicz, Pablo Pípolo y Sebastián Silvera. Traducción: Laura Pouso. Escenografía: Fernando Mello Da Costa. Música: Tato Taborda. Iluminación: Luiz Paulo Nenem. Vestuario: Antonio Medeiros. Asesoramiento en vestuario: Nelson Mancebo. Gestión y coordinación logística: Pierino Zorzini.
Teatro General San Martín. Miércoles 13 al sábado 16 de junio, a las 20 hs.
Hay historias que pueden ir y venir a través del tiempo, con diversas situaciones que suceden de manera paralela entre personajes variados. Madres y padres, hijos y hermanos. Todos, en un contexto de muerte y de guerras. La curiosidad por el relato se acrecienta aún más si quien trae esta historia es El Galpón, la prestigiosa compañia uruguaya de teatro.
En este caso, retoma a «Incendios», un texto del autor libanés Wajdi Mouawad, basado en la interrelación de tres historias que tiene a la vida de una mujer de nombre Nawal como punto de partida. Los acontecimientos que la atraviesan son atroces. Huir para vivir, retirarse para luchar, observar para atestiguar. Nawal será madre guerrera frente a un mundo que se incendia en sus luchas internas. Dice un refrán que «nadie sale de un río sin mojarse». No será ella la excepción.
La audacia de la puesta concebida por el director brasileño Aderbal Freile-Fihlo se basa en exacerbar el «menos es más». La austera contundencia de la escenografía logra llenar el escenario de la sala Martín Coronado al igual que las actuaciones de un elenco sin fisuras. No obstante, el comienzo podrá resultar lento para más de uno hasta que se capta el planteo que realiza El Galpón. Pero hay un momento en que se produce un “click” con la puesta, volviéndose absolutamente atrapante. De repente, empieza a cerrar toda la historia. El rompecabezas une todas sus partes para crear un relato absolutamente ilustrativo de lo que ocurre en algunas zonas de Medio Oriente.
Dos hermanos gemelos buscan su propia historia a través del derrotero que hizo Nawal a lo largo de su vida. De esta primera historia, se sucederán otras dos que darán cuenta de algunos hechos ocurridos en la región aunque sin hacer menciones específicas. Remitirán, de alguna manera, a acontecimientos de una realidad más que dura. La pregunta surge al instante. “¿Eso es Sabra-Chatila?”, “¿Se está refiriendo a Septiembre Negro?, “¿La guerra del Libano?”, “¿Iran-Irak?”.
A partir de la utilización mínima de elementos y una iluminación acorde, las actuaciones llenan el espacio. El vestuario es exacto al igual que el diseño de sonido que se condice con el 1978 al que se alude como fecha de desarrollo de los acontecimientos. Dos clásicos de la época, como “Roxanne”, de The Police y “The Logical Song” de Supertramp, certifican lo dicho.
La rica dramaturgia que dio pie a la lograda maraña de hechos familiares se resuelve de la mejor manera gracias a la armonía obtenida en el desarrollo de los hechos. La dirección de Freire-Filho supo captar la forma de llevar adecuadamente la pluma de Mouawad.
Con solo cuatro días de funciones, “Incendios” es reflejo del derrumbe de sociedades y familias por guerras y exilios, llevados a la escena con intensidad y sin golpes bajos. Una buena muestra de lo que ocurre en otras partes del mundo en que los intereses de terceros se inmiscuyen en la vida de las personas, para destruir todo lo que hay a su paso.