La Bestia Rubia (Teatro)


Lejos del mito, cerca del hombre

Dramaturgia: Andrés Gallina. Con Nelson Rueda, Gabriel Del Río, Laura Figueiras, Pedro Frías y Melissa Noé. Vestuario y escenografía: Jorge Ferrari. Iluminación: Fernando Berreta. Música original, arreglos corales y dirección musical: Rony Keselman. Sonido: José «Poty» Frías. Fotografía: Sandra Cartasso y Agustina Luzniak. Pinturas: Adriana Maestri. Asistencia de escenografía y vestuario: Luciana Uzal. Asistencia de iluminación: Nadia Strier. Asistente de producción: Lucía Asurey. Asistencia de dirección: Lalo Moro. Producción ejecutiva:   Rosalía Celentano. Coreografía: Mecha Fernández. Dirección: Tatiana Santana.

Centro Cultural General San Martin. Sarmiento 1551. Miércoles a sábado, 21 hs; domingos, 19 hs.

Un escenario despojado. Solo una figura se hace cargo del centro del mismo. Es el Padre Carlos Mugica. Su vida y su pasión pero con un tratamiento serio pero para nada acartonado. La seriedad no implica solemnidad ni aburrimiento. La directora Tatiana Santana captó esta premisa del excelente texto de Andrés Gallina y puso manos a la obra.

Lejos de apelar a un mero relato de hechos, la puesta cuenta con un dinamismo que le permite transitar por los diferentes aspectos de un sacerdote que estuvo tanto al servicio de Dios como de los pobres. No hay un relato lineal sino que, a través de pinceladas de su vida, se construirá no solo un personaje sino una época del país que no ha sido tan abordada como más de uno pensará.

Por otra parte, la puesta es austera pero exacta a la búsqueda planteada. Un fuerte anclaje en la dramaturgia que permite resignificar el relato al hacerlo dialogar con la realidad.  Imágenes poderosas se conjugan con parlamentos que dan cuenta de las vivencias del cura villero con un fondo de paredes de chapa con el “Perón Vence” pintado en aerosol.

Hay un marcado y sano deseo que su figura no quede solo en un mito para el bronce sino que lo ubica en el lugar donde él disfrutaba tanto estar, con la gente. Un carácter impulsivo y su amor por Racing conforman parte de la fascinante personalidad del sacerdote. Sus contradicciones y sus dudas enriquecen su figura al tiempo que su militancia formaba parte de su pasión. Aparece “el hombre” más que cualquier leyenda o mitificación al respecto.

Por eso, no importa que se empiece por el final sino que, por el contrario, es atrapante desde el momento en que más de uno se pregunta para adentro “¿Cómo sigue ahora?” con un dejo de intriga y curiosidad.

Allí es donde Nelson Rueda da vida a un Carlos Mugica exacto que atravesará por diversas situaciones en el cual sus sueños y su vida se intercalan con gran belleza.

La música de Rony Kesselman es sublime. Atrapante y de excelente gusto. Por su parte, las coreografías son creativas y precisas a lo requerido por la puesta pero con una identidad propia. La poética y la musicalidad de la puesta no le quita un ápice al componente político-ideológico de la figura de Mugica. Por el contrario, sirve para reafirmarlo pero sin caer en ningún tipo de solemnidades. La energía y la sobriedad se combinan con precisión para cincuenta minutos de vibrante relato, donde está todo en su lugar.

“La Bestia Rubia” es un exquisito y poético homenaje al padre Carlos Mugica con una puesta que está a la altura de una figura tan rica como relevante.

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