Souffrir (Teatro)

Los hermanos sean…


Dramaturgia: Andres Ignacio Granier. Con Belén Amada, Marina Ortega y Gastón Santos. Vestuario y escenografía: Romina Mengarelli. Maquillaje: Marina Ortega. Diseño de luces: Ricardo Sica. Video: Sol Fariña. Fotografía: Carola Fiadone. Diseño gráfico: Fernando Pérez. Asistencia de escenografía: Camila Torres. Asistencia técnica: Pascual Carcavallo. Asistencia de dirección: Sofía Fernandez. Dirección: Micaela Fariña.


El Crisol. Scalabrini Ortiz 657. Domingo, 21.30 hs


Una noche de fuerte tormenta enmarca la acción. Malena vuelve desde Paris, a la casa paterna en la cual la esperan sus hermanos René y Beatriz. Un accidente fatal ha acontecido. Lo que comienza como un momento de tristeza derivará en esa pausa que se hace en las respectivas existencias en pos del devenir del hecho más que desgraciado que tienen que pasar.

Las relaciones entre hermanos suelen ser conflictivas, pero en este caso, el humor se hace presente para matizar no solo un buen texto en tanto y en cuanto los vínculos de los tres hermanos, sino para enriquecer a la puesta. Se extiende el sentido de la puesta como si se abriese el lente de una cámara de fotos que busca su toma precisa.


Cada uno de los hermanos tiene sus propias particularidades asi como vidas que, en ocasiones, no los ha tratado como ellos creen, se merecen. Más aún cuando la culpa, los reproches y la poca autocrítica sobre las decisiones tomadas de índole personal atraviesan los diálogos. El cariño por la hermana que vive afuera es atravesado por las cuestiones mencionadas. Pero ese deseo de ver a la hermana, ¿no tiene un tinte de egoísmo?  La sabana corta cubre algunas sensaciones mientras que otras quedan en libertad.


El texto de Andrés Granier tiene pociones exactas de drama y comedia, humor y reflexión. La dirección precisa de Micaela Fariña ubica a los actores en su registro más preciso.

La escenografía y la iluminación realizan un buen trabajo para la construcción de un ambiente ominoso y oscuro. El color negro está omnipresente pero esto no implica que se caiga en una tristeza extrema. Todo lo contrario. Es el marco ideal para que las actuaciones puedan lucirse. El elenco es sólido, con buenas actuaciones, en particular Marina Ortega, que da vida a una Beatriz tan graciosa como corrosiva.


“Souffrir” es una puesta que cumple con creces un objetivo que, en varias ocasiones, muchas puestas no llegan a buen puerto, entretener. Tan atrapante como amena, es ideal para un domingo a la noche, y cerrar el fin de semana con una sonrisa.

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