Tres a quererse
Dramaturgia: Luciano Cazaux. Con Luciano Cazaux, Martina Perret y Marcelo Vacas. Vestuario: Cristina Tavano. Escenografía: Lola Gullo. Peinados y Maquillaje: Noelia Brizuela. Fotografía: Karina Mendoza. Asistencia de dirección: Roberto Pizarro. Producción ejecutiva: Marcelo Vacas. Dirección: Gabriel Molinelli.
Camarín de las Musas. Mario Bravo 960. Viernes 23 hs.
Los triángulos amorosos son una temática trillada en el teatro aunque siempre hay una vuelta de tuerca que termina atrapando nuevamente al público. En el caso que nos compete, está compuesto por Benjamín, un escritor exitoso, su mujer Nina y Tomás, el mejor amigo de la pareja, también escritor. Todo comienza con la vuelta de Benjamín, tras un viaje a Europa para promocionar su última novela, con una reunión de los tres en su casa y como dice la canción de Bob Dylan, “it’s a hard rain gonna fall”. Esa lluvia se corresponde con la tormenta que está a punto de caer, para dar cause a una situación por demás tensa e incomoda para los tres protagonistas, basada en la infidelidad.
La pasión, la traición, el amor deseado –y pedido- pero no correspondido van y vienen al tiempo que también hacen su aparición la amistad y la fidelidad como dos pesas que se contraponen en la balanza del deseo. Lo que se dice y lo que se sugiere se intercalan en una dramaturgia donde abundan las palabras. Se dice mucho, demasiado pero, paradójicamente, se aprecia una falta de contundencia en algunos momentos de la puesta. Esto hace que la obra aparente una duración que no tiene.
No obstante, hay diálogos interesantes que, al estar ubicados correctamente, levantan la obra en su tensión y su tratamiento. Justamente por este motivo, la dinámica de la obra es irregular ya que tiene momentos en los que cae para después volver a retomar un ritmo más dinámico para su desarrollo. Esos diálogos en los que se cruzan espadas los paradigmas del deseo y el deber ser, son exactos y ricos, ganando la atención del espectador.
Las actuaciones son correctas, partiendo de la sapiencia de Luciano Casaux –también dramaturgo de la obra- y de Marcelo Vacas aunque Martina Perret no termina de afianzarse en su personaje.
“La lluvia y nosotros tres” se deja ver con una puesta que, con el correr del tiempo, seguramente ganará agilidad para un texto que tiene virtudes para explotar.