La mujer que quería otra cosa (Teatro)

“Should I stay or should I go?”.

Dramaturgia: Andrea Urman. Con María Viau, Roxana Randón, Emiliano Tressols, Ana María Castel y Lucas Merayo. Vestuario y Escenografía: Nicolás Nanni. Diseño de luces: Pedro Zambrelli. Música original: Federico Marrale. Fotografía: Wendy Niklewics. Diseño gráfico: Andrés San Martin. Asesoramiento de producción: Pablo Silva. Asistencia de escenografía y de vestuario: Eliana Sanchez. Asistencia de dirección: Mariana Jacobs. Producción: Tony Chavez y Carolina Nogueira. Dirección: Mariano Dossena.

Centro Cultural de la Cooperación. Corrientes 1543. Viernes, 20.15 hs.


Hace algunos años, salió una colección de libros llamada “Elige tu propia aventura”, con temáticas diferentes y al pie de cada página, le pedía al lector que decida que rumbo tomar respecto de la historia de la cual es protagonista. En el caso de “La mujer que quería otra cosa”, Susana está en el medio. Es una joven peluquera que trabaja en el salón que le quedó después de la muerte de su madre. Pero es una mujer que busca salir de su propio mundo en el cual vive a través de una anomia por demás apreciable pero atravesada por su propia “cultura” y “deber ser”. Una vida que transita en el axioma “de casa al trabajo y del trabajo a casa”.
Diversos hechos particulares hacen que Susana vea que hay más de un camino en la vida. Será en esos momentos de tensión que el humor mete la cola no solo para descomprimir situaciones sino que también va más allá de las mismas, para ubicarlas en ese lugar de comprensión.

Con un escenario partido en dos, casa y peluquería, Susana tendrá sus momentos de descargo justo en el medio de ambos. Una decisión que es elocuente en tanto donde ubica a la protagonista, será bisagra con respecto al devenir de la puesta. Pero más aún serán esos interrogantes tan personales como universales sobre un futuro que llegó hace rato y no la esperó en sus cabildeos y limitaciones (¿de carácter?) propias.
Otro punto a destacar es el diseño sonoro tanto a nivel de la música como en pequeñas sutilezas sónicas, constructoras de sentido. Tal es el caso de un llanto de bebé que inunda la atmósfera de una casa que es un mundo en si mismo que incluye hasta corrupción policial.


La construcción del personaje de Susana a cargo de María Viau es minuciosa. Volcán de cabellos fuego y tensión latente que está entre la implosión o explosión, por más que las consecuencias sean igual de funestas. A través de gestos y mohines apreciables a través de la atención que ha captado, Viau transita por diversos estados que permiten establecer lazos hacia distintos lugares. Susana pone en jaque su deseo y su identidad, tras situaciones que la superan que incluyen hasta violencia de género. Será ese diálogo el que establezca nexos con “Casa de Muñecas”, con una Susana que ubica a la Nora del clásico de Ibsen en el conurbano bonaerense, con un marido policía y una suegra tan cínica como fría. La brillante Roxana Randon es Beba, esa suegra que abre tanto el juego al humor como a la impunidad propia de un personaje tenebroso. Ana María Castel es esa clienta tan entrañable como insufrible a la que dota de toda la creatividad de la que es capaz. Lucas Merayo y Emiliano Tressols crean a dos hombres que también ponen en jaque algunas ideas de lo que un hombre “debería ser”. Uno que buscó sus oportunidades y otro que hizo lo que pudo (¿o quiso?) tanto puertas adentro –relación con la madre y la esposa- como para un exterior que provoca tanto miedo como incertidumbre. 
Si bien se mantiene el hilo dramatúrgico que se había planteado a lo largo de la puesta, la resolución del conflicto sea un tanto sorpresiva o abrupta (según el cristal con que se mire). No obstante, será ese corolario el que llame a repensar no solo algunos lazos “legitimados” por la tan mentada “armonía familiar” sino con las omisiones –“vista gorda” que le dicen-  en relación al trato entre los integrantes de la propia familia.

“La mujer que quería otra cosa” cuenta con un texto intrigante y un elenco de calidad que le permite constituirse en una alternativa más que valedera para el viernes a la noche.      

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