Las hermanas -y las familias- sean unidas
Dramaturgia y dirección: Irina Alonso e Ingrid Pelicori. Con Ángeles Alonso, Irina Alonso e Ingrid Pelicori. Actores invitados: Manuel Callau, Pablo Caramelo, Osmar Nuñez y Horacio Peña. Vestuario: Belén Pallotta. Escenografía: Eva Córdova. Diseño de luces: Lucas Orchessi. Diseño sonoro y arreglos musicales: Juan Pablo Maicas. Edición de video: Ariel Cortina. Asistencia de dirección: Lucas Soriano. Diseño de movimientos: Veronica Litvak.
Celcit. Moreno 431. Sábado, 16 h.

Por Cecilia Inés Villarreal
Era un día frío e inhóspito en Capital Federal. El viento y las nubes grises invitaban a todos a permanecer en la cápsula hogareña. Ese refugio único frente a las adversidades climáticas, disfrutando del calor, la compañía humana o animal. Probablemente, una infusión acompañada por algo salado o dulce.
Pese a este panorama sombrío, le hicimos frente a este invierno bipolar y concurrimos al Celcit en San Telmo. El motivo era ver esa suerte de documental teatralizado llamado «Papá Bianco y los Alonso». Allí nos sumergimos en la intimidad de esta familia de artistas. El clan, llamado así por las hermanas de la letra I, Irina Alonso e Ingrid Pelicori. Esta vocal atraviesa los nombres de la línea materna y es muy curiosa esta recurrencia.
Justamente serán ellas quienes llevan adelante este sentido homenaje a su padre, Ernesto Bianco y los ancestros cercanos (tíos y abuelos) que compartieron una pasión: la actuación. El nombre real de papá era Oscar Ernesto Pelicori, reconocidísimo actor, director y guionista argentino. Su paso por el celuloide, las tablas y la televisión forman parte de su curriculum frondoso, además de transitar por el drama y la comedia. De igual forma, los tíos formaron parte también del cine argentino: los hermanos Alonso (Pola, Tito, Alfonso y Mario).
La puesta en escena tiene un aura de ceremonia íntima y subyugante. La dupla protagónica abre las puertas de su casa con confianza para mostrar su álbum de fotos. Entre mate con facturas, nos contarán las anécdotas de sus padres, tíos y abuelos. La calidez de los momentos narrados, la nostalgia y el amor que se respira en la sala es palpable y atrapante.
Asimismo, como si fuesen separadores radiales, las melodías de guitarras amenizan y realzan con buenas dosis de humor y emoción el relato de este árbol genealógico. En las ramas del mismo, viven en los testimonios de actores y actrices de gran trayectoria. La pantalla es la narradora muda y elocuente que muestra fragmentos de películas y recortes de notas en revistas del corazón de la época. Estos tesoros invaluables forman parte del arcón de los recuerdos que celosamente guardan las descendientes.
La iluminación proporciona el clima cómplice para adentrarnos y ser testigos de este encuentro. Un viaje en el tiempo hasta las décadas del 40′, 50′ y 60′. La dirección conjunta de Irina e Ingrid brinda cadencia armónica al relato. Es equilibrada en tanto la cercanía y el afecto traspasan el escenario. Transmiten como los integrantes del clan con sus particularidades, conmovían y divertían a los presentes con sus ocurrencias dentro y fuera del ojo público.
Así como recordamos y hacemos una arqueología de nuestros orígenes, la dupla Alonso & Pelicori realizan esta ofrenda en formato teatral. Lágrima de por medio, los espectadores reciben este regalo con el corazón y las manos abiertas. El disfrute se potencia porque se rescata la historia del séptimo arte nacional. La doble dimensión de presentar a los actores/personajes humaniza lo visto sobre tablas a partir de su autenticidad. El sano ilusionismo de ver en una filmación a los parientes es mágico. Como si con este ardid, la Muerte hiciese una pausa en su labor. Lo mismo sucede cuando aparecen fotografías antiguas y arriesgamos hipótesis sobre las vidas de aquellos que nos antecedieron. Nos alimentamos de la oralidad usada por padres, abuelos y tíos.
«Papa Bianco y los Alonso» va más allá del retrato para llevar adelante un sentido recordatorio del linaje familiar. Con la precisa combinación de sensibilidad con buena parte de la historia del cine y teatro argentino, se constituye en una puesta disfrutable de principio a fín.