La creación de un mito
Dramaturgia y Dirección: Laura Correa. Con Ariel Mele, Nela Fortunato, Hernán Roitman, Gastón Chamorro y Omar Possemato. Diseño de luces: Lucia Feijoó. Diseño de escenografía y vestuario: Sol Soto. Realización escenográfica: Alfredo Cavilla. Composición musical: Juan Zuberman y Javier Guerra. Diseño gráfico y asistencia de dirección: Facundo López Fraga. Producción ejecutiva: Juan Mako.
Abasto Social Club. Yatay 666. Viernes y sábados, 21 h
Por Mariana Turiaci (@turiacimariana)
Teatro, cumbia, fe y tragedia. Todo esto construye el universo ficcional de Parrandera´s, epifanía de un rapto, de Laura Correa, obra que retoma el mito de Helena de Troya y lo resignifica en la actualidad de las culturas populares. En esta ocasión, es raptada por un trío de cumbia que la nombra su nueva líder, adjudicándole poderes milagrosos. Con ella como figura indiscutida, hacen su show musical como parte de este nuevo culto.
El texto pone así en evidencia un conjunto de opuestos que se necesitan mutuamente para existir: civilización/barbarie, letrado/iletrado, bajo/alto, ellos/nosotros. Al respecto, es muy destacable el trabajo que se realiza en torno a la figura de Helena. Recordemos que esta joven convertida en divinidad, padeció los imperativos de un padre poderoso que pretendía manejar su vida.
Alejándose del lugar de víctima –con su consabida relectura y reflexión-, esta bella mujer encuentra un espacio donde ser ella misma, “vengándose” de la que había sido antes. Sólo quiere bailar, divertirse y estar de fiesta todas las noches, lejos del dinero y las comodidades de la vida burguesa, pero esta es solo uno de los planteos realizados.
Ahora es la misma Helena la que ejerce un poder sobre los demás dividiendo a unos y a otros. Ella, la santa, la voz que no se puede cuestionar. La que habla un idioma extranjero, símbolo de una autoridad imperial. Ellos son los que acatan y escuchan al tiempo que la veneran cada noche. Ahora es ella la que manda, la que elije y la que decide porque su voz es la voz de una santa. Pero ¿hasta dónde Helena no termina reproduciendo eso mismo de lo que reniega, de lo que escapó?
Por su parte, las actuaciones están muy bien desarrolladas. Cada personaje cuenta con sus matices y contradicciones mientras la acción avanza, aumentando la tensión. A medida que se suceden las escenas, la sensación de que algo va a pasar es inminente. Esto, por mérito exclusivo de una dirección precisa que construye una puesta acorde al universo que se narra.
Toda leyenda necesita de una tragedia de la cual se alimente, de manera constante. De esta manera, Parrandera´s, epifanía de un rapto propone una relectura de la construcción de la fe en las culturas populares y nos recuerda a quien es quizá el mayor mito de nuestra cumbia, la siempre recordada Gilda.