La Patria Deportiva
Dramaturgia y dirección: Javier Daulte. Con Joaquin Berthold, Federico Buso, Julián Calviño, Gerardo Chendo, Héctor Díaz, Juan Grandinetti, Walter Jakob, Javier Niklison, Marcelo Pozzi, William Prociuk, Ezequiel Rodríguez. Vestuario: Mariana Polski. Escenografía: Alicia Leloutre. Iluminación: Gonzalo Córdova. Asesoramiento en danza: Luciana Acuña. Asistencia de dramaturgia: Héctor Díaz. Producción: Sebastián Polito
Espacio Callejón. Humahuaca 3759. Viernes, 21 y Sábado, 23 hs

Javier Daulte siempre fue un creador. Ahora desarrolla su imaginación e inventiva tomando como punto de partida el deporte y su extensión a distintos vericuetos del alma humana. Tal es el caso de «Proyectos Vestuarios»
Desde el momento en que la puesta comienza, pinta un collage de competencia, lealtades y traiciones. Esto, más allá de una cuestión de género, aunque dependerá de los elencos y sus particularidades. Aquí, un grupo de chicos está a punto de disputar la final de un campeonato mundial. Que el deporte sea fútbol, vóley o hockey, es lo de menos ya que el desarrollo es rico en variados aspectos. “
Este vestuario que convoca a hombres en la previa de un partido, da un pantallazo a esas leyendas y verdades no escritas muy relacionadas con hechos del deporte argentino de los últimos veinte años. De esta manera, es inclusiva con los espectadores ya que se (re) conocen en varias situaciones que ocurren en el escenario. En este marco, los egoísmos, la codicia, el sexo y el poder se entrelazan para construir un ámbito masculino donde nadie queda fuera de una crítica feroz al mito de la “competencia deportiva” y de “lo importante es competir”.
Allí es donde cualquiera que haya encarado una actividad grupal (un equipo de fútbol o de trabajo) se identifica plenamente con los personajes. La crueldad de las relaciones y el deseo por lograr el objetivo “cueste lo que cueste” da cuenta de un discurso muy en boga, aplicable a una sociedad criada y educada bajo estos cánones. Una frase muy acuñada, gracias al inescrupuloso CSB es “el segundo es el primero de los fracasados”,. Una barbaridad inoculada a hombres y mujeres viciados de un discurso resultadista.
El vestuario contiene lockers diversos donde se guardan mucho más que los sueños y frustraciones, con las características que pueden tener cada una de las personas portadoras de esos “bienes”. Las actuaciones son muy buenas, dotando a los distintos personajes de particularidades propias bien definidas y reconocibles.
Javier Daulte pone su pluma precisa a uno de los males endémicos argentinos que, cada cuatro años, se exacerba más que de costumbre y que va más allá de un deporte.