Pantalla de un mundo nuevo
De Adriana Tursi. Con Daniel Alvaredo, Cristián Cardoner, Alejandra Colunga y Gabriel Galindez. Diseño de maquillaje: Susana Rabello. Diseño de vestuario: Edgardo Dib y Jorge Maselli. Diseño de luces: Daniel Alvaredo y Edgardo Dib. Realización de vestuario: Jorge Maselli. Fotografía: Juan Marcelo Baiardi. Diseño gráfico: René Sagastume Lozano. Asistencia de dirección: Osvaldo Aldama. Producción ejecutiva: Daniel Alvaredo. Diseño de espacio, sonido y dirección: Edgardo Dib.
Teatro Anfitrión. Venezuela 3340. Viernes 21 hs.
Desapareció “La Voz” de la televisión y no se sabe dónde está. Un detective quiere investigar lo ocurrido con la esposa del desaparecido, el doble de éste y “el otro” que es un vecino de la pareja damnificada. Y esta reconstrucción del hecho va y viene entre la ficción y la realidad, la escena de una película y un acontecimiento real. Porque todo está filmado, en la televisión como objeto omnipresente y central de nuestras vidas. La idea de plasmar –y satirizar- la penetración invasiva de los medios es interesante. La dramaturgia va y viene entre ficción y realidad con armonía. Sugiere pero no termina de realizar un camino determinado, dejando que el espectador también se tome el sano trabajo de completar todo con su propia idea.
La puesta va y viene entre guiños de variado tipo que van desde el suspenso y el misterio hasta una comedia policial en la que un triangulo amoroso se va desenterrando de a poco en medio del caos que se propone a través de diversas situaciones superpuestas. No obstante, ese caos es el que atrapa con su vértigo absurdo y su humor un tanto bizarro. El doble que no es tal, la femme fatal que quiere pero no llega a ese rol al tiempo que un detective investiga pero siempre con la lupa apuntando a pistas que abren el juego hacia otros rumbos.
Las actuaciones son consistentes y se acentúan con el devenir de la puesta, permitiendo amalgamar la actuación y la dramaturgia. El diseño del espacio es un punto a considerar en el que la proximidad con la acción permite entrar en la misma. Si bien le falta un poco de distancia en relación a la perspectiva desde la cual ver la obra, ésta gana al incluir al espectador casi dentro de la misma.
“Reconstrucción frente al mar” capta la atención desde el momento en que traza esa línea inquietante entre ficción y realidad.