La elegida (Teatro)

En la mira de Dios

Dramaturgia: Paula Fanelli y Laura Nevole. Con Laura Nevole. Músico y compositor: Gabriel Ventura Gulí. Vestuario y escenografía: Paola Delgado. Diseño de luces: Estefanía Piotrkowski. Realización Set-electric: Paul Damian Pregliasco. Diseño gráfico: Sergio Calvo. Asistencia de dirección: Luciana Caisutti. Producción: Luciana Caisutti. Dirección: Paula Fanelli

Espacio Callejón. Humahuaca 3759. Domingos, 18.15

La relación con Dios siempre fue motivo de discusión. Más allá de la visión que uno pueda tener respecto al Todopoderoso (su bondad, su existencia, etc), hay gente que la tiene más clara. Tal fue el caso de Laura que, a los ocho años, recibió el llamado del «de arriba» a través de una monja que le dijo que era “la elegida de Dios, por ser la más linda”.
A la pobre Laura le tiraron una piedra (la muralla china, como mínimo) de responsabilidades y presiones en relación con sus creencias y obviamente, su conducta a seguir. Por eso, en una edad adulta, ocupa el centro del escenario para dar cuenta de su historia. De su vida con Dios y demás personajes que se atravesaron en su camino aunque no siempre “vienen con alegría”. Más allá de su tono amable y empático, no deja pasar la chance de mostrar algún que otro aspecto “non sancto” que atraviesa las relaciones humanas.   

En un espacio amplio, con iluminación exacta y coreografías diseñadas para enriquecer la puesta, la vida de Laura se abre como una flor en busca del sol. Su catarsis es sentida y precisa, con todos los ingredientes de una puesta bien realizada, con momentos exactos para la reflexión asi como el guiño constante está a flor de piel para lograr identificación inmediata con el público. Las charlas con “el de arriba” son ricas en tanto los planteos que se realizan con motivo del crecimiento de la protagonista. La experiencia adquirida a través de las relaciones interpersonales (“vivir solo cuesta vida”) van dotándola del aplomo necesario para hacerse cargo de su propia existencia. La identidad conformada por decisiones exitosas y erróneas asi como decepciones que dejan marcas. La religión, el teatro, la familia. La vida en si misma.   

En tal sentido, Laura Névole da cuenta de su condición de gran actriz para llevar adelante un unipersonal (con el exacto acompañamiento de Gabriel Ventura Gulí) que plantea preguntas a partir de una experiencia personal. No evalúa sino presenta los hechos. La cereza del postre es la deconstrucción que realiza el público frente a lo presenciado.

“La elegida” es de esas puestas que uno se sienta a apreciar cada detalle en pos de ese vínculo invisible entre el teatro y el espectador. En ese punto, aflora todo aquello que se va a charlar a la salida del Espacio Callejón. Nada mejor que hablar y debatir sobre lo visto al término de la función.

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