Domingo por la tarde. El tiempo está de nuestro lado en tanto sol y temperatura se ponen de acuerdo para establecer un clima templado, sin derretir a nadie.
Con un poco de apuro, llegamos sobre la hora para otro unipersonal femenino oriundo de Cataluña. La sala, llena en un 80%, esperaba el comienzo de “Hasta agotar existencias (Ensayando para que la muerte de mi madre no me pille desprevenida).
El mismo llega con el pedido de apagar los celulares, realizado por la mismísima Verónica Navas Ramírez que, en un microsegundo, ingresa dentro de su propuesta. Un llamado a la reflexión en formato de teatro documental con lenguaje audiovisual en la escena en vivo, respecto a la posibilidad del fallecimiento de la madre de la protagonista al día siguiente.
Esto puede ser considerado tanto una broma de mal gusto como una idea a considerar para ir tomando conciencia que no todos somos eternos y debemos afrontar este tipo de pérdidas en el corto, mediano o largo plazo. Navas Ramírez elaboró un texto sensible, donde describe su relación con su madre y lo que sería cuando llegue ese día tan temido. El tema es universal tanto en su concreción como en el miedo que despierta este tipo de pensamientos, sin excepción alguna. Pero, deben manejarse dos variables sobre la cuestión. 1- Si la madre imaginaria, a la que nos referimos, está viva y 2- ¿Qué tipo de relación que se tenía con ella en vida?. Tampoco debemos olvidar que la relación madre-hija es por demás especial.
Todos estos ingredientes forman parte de una puesta que se sostiene en la tecnología para llevar adelante el gran “temor”, que es el hilo conductor de la puesta. La pantalla es parte fundamental para dar cuenta de estas ideas en consonancia con una performance que incluirá los cliches y mandatos sociales. ¡Hasta una foto de Raphael será de la partida!
En ese racconto acerca de la vida de su madre, se esboza la influencia en su propia construcción identitaria como mujer. Sus deseos y pensamientos en tanto crianza y futuro en el marco de una sociedad. El abordaje será con una ternura no exenta de ironía.
La simpatía y frescura de Navas Ramírez serán fundamentales para brindarle calidez a un espectáculo que se sostiene en herramientas tecnológicas, con la frialdad y distancia que puede imponer este recurso, por más que el tema sea por demás próximo. En este punto, más de uno se emocionó y algún que otro sollozo se escuchó en la platea. La duración es exacta para que la puesta logre su cometido.
Plantear un temor absolutamente personal a partir de cierta incorrección política, es arriesgado. Verónica Navas Ramírez lo logra con una puesta exacta, de buen tino, en el que el rompecabezas planteado se arma con precisión. El resto, depende del espectador….
Hasta agotar existencias (Ensayando para que la muerte de mi madre no me pille desprevenida)
Autoría: Verónica Navas Ramírez. Diseño de luces y asistencia de escenografía: Oriol Corral. Diseño gráfico: Verónica Navas Ramírez. Asistencia de dirección: Ona Sallas
Producción: Institute Del Teatre. Agradecimientos: Agustina Basso, María García Vera, Anna Pérez. Origen: Cataluña. Duración: 50 minutos.
Lunes 10 de febrero. Timbre 4. A las 21 hs