V Festival Temporada Alta. Oscar Muñoz toma la palabra

Hemos destacado “La noche, justo antes de los bosques” en el marco del V Festival Temporada Alta, que se está desarrollando en Timbre 4. Como no podía ser de otra manera, nos quedamos con algunos interrogantes sobre este unipersonal que lleva a cabo el actor catalán Oscar Muñoz. Por tal motivo, nos quedamos un rato después de finalizar la puesta con el colega Roberto Famá Hernández para charlar sobre lo visto.


Tras una visceral performance a cargo de Oscar Muñoz, con el consabido “tour de forcé” que implicó tanto para el actor como para el público, nos tomamos un rato para charlar con el actor catalán. Lo primero que nos llamó la atención fue la energía que tenía llevar adelante.


– Oscar, ¿cómo manejas la energía en la puesta?

– La partitura es independiente de la relación con el público. Tengo una energía que es la de la historia pero los matices van en relación a lo que está pasando con el público. Se modifica según el momento o el día porque tarda un poco más en entrar porque la cosa está yendo por otros sitios. Tengo una partitura muy clara física y emocional de la cual me voy agarrando.


-¿No se improvisa de acuerdo a las reacciones del público?

– Me da para improvisar porque da mucho este espectáculo pero no a nivel tan grande como que descoloque todo el guión físico y emocional que hemos construido. Luego esta partitura tiene la relación con el público de acuerdo a las distancias con las que voy jugando. Si me acerco o me separo. En ese sentido, está todo estudiado dentro de esta partitura de movimientos. No es casualidad cuando me acerco para hablar y las formas en que lo hago.


– No solo con la palabra sino con el movimiento del cuerpo…

– Claro! Todo va relacionado. Es un todo. Por eso hablo de energía que afecta al cuerpo y la voz. Está todo relacionado.


-Tengo entendido que el público argentino tuvo una reacción similar al de Barcelona…

– Si si, la verdad que si. Hubo las mismas diferencias que hay respecto que puede ser más abierto o cerrado. A pesar de las pocas funciones que llevo (son cuatro), es como si estuviera actuando en Barcelona. Lo que unifica, el común denominador es lo humano que tiene la obra. El otro día vino un señor que sostenía que en Europa resuena más por el resentimiento al extranjero que llega de afuera. Aquí, es como que el extranjero siempre está circulando. El continente americano siempre fue de recogida para los que llegaban de afuera. Este señor hablaba con que a Europa “llegaba más”. Pero a nivel humano es de acción y reacción. Lo que busca el personaje, a pesar de esta imagen más intelectual, es un contacto humano. Busca amor.


– Es muy significativo que uses la remera de Marruecos….

– Si. En España la inmigración más grande es la marroquí. Allí vemos el sufrimiento de la gente que está fuera del sistema y no se puede integrar. Cuando montamos la obra, España estaba en el momento más álgido de la crisis y toda la sociedad española vivió el riesgo de quedar excluida. No solo los inmigrantes. Cuando la hicimos en Barcelona, utilizamos el idioma catalán como alguien de allí, que había quedado excluido.


-Imagino también que debe ser un poco chocante para el público que un mensaje tan universal sea dicho por alguien con esta remera…

– Si…el vestuario que elegimos quería dar cuenta de alguien que tenía lo que había encontrado. La remera la agarramos para hacer un guiño a la inmigración que hay en España y lo pueda reflexionar. No lo planeamos de principio. Lo encontramos cuando lo fuimos a comprar. Obviamente, la recepción estaría condicionada si estoy con camisa y corbata.


-¿Tuviste una reacción negativa en este periplo?

– No, para nada. Ha pasado de todo en la calle, cosas de las más inesperadas pero nunca me ha venido la contra. He podido incorporar en la obra todo lo que iba surgiendo. Ya hemos hecho como cien funciones.


-También hiciste la obra en Madrid. ¿Cómo fue en la recepción?

– Igual! Quizás el madrileño me resultó “afable”. En Madrid hay una gran comunidad de extranjeros. Pero están solos y pasan. Estábamos en festival que lo va a ver gente que desea algo de cultura. Me hice muchos amigos que fueron a ver la obra. Hasta tenemos un grupo de whatsapp con los espectadores. Pero si bien puede ser “afable” también puede ser un tanto más distante. 

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