En Buenos Aires pasan cosas. A veces uno se entera por circunstancias relacionadas a su actividad o simplemente porque la casualidad metió la cola. De esta manera y con esta impronta, se relatarán historias y hechos varios dignos de mención.
Dramaturgia: Eve Ensler. Adaptación: Lily Ann Martin. Con Delfina Chaves, Manuela Del Campo, Martina Juncadella, Katja Martinez, Angela Torres, Candela Vetrano. Dirección: Fernando Dente.
Teatro Tabaris. Av. Corrientes 831. Martes, 21 hs, viernes 20 hs, sábados 18 y 20 hs y domingos 17 y 19 hs.
Mucha polémica habían despertado los afiches de la obra “Criatura emocional”. Los mismos mostraban a algunas de las protagonistas junto con preguntas como “¿Qué preferís un novio que te pegue o que nadie te invite a salir?” o “¿Qué preferís encontrar un video hot tuyo en Internet o que te encuentren un tumor cerebral?”.
La repercusión fue inmediata (en sentido negativo) y como no podía ser de otra manera, fuimos a ver la obra, acompañados por una periodista amiga para apreciar “in situ” la propuesta de tan controvertida puesta.
Día domingo, 17 hs, y una concurrencia óptima para el Tabaris. Buena cantidad de público aunque no estaba lleno. Aplastante mayoría de chicas en el público. Habremos contabilizado ocho hombres, entre algún padre paciente que acompañó o novio con cara de aburrimiento.
Leemos el programa y nos sorprendemos por varias cuestiones.
Dice “CRIATURA EMOCIONAL” propone un recorrido profundo por el universo de los jóvenes alrededor del planeta. Pasando por la intensidad con la que se define una “foto de perfil” en Facebook en Occidente, hasta cómo se sobrelleva en Asia el trabajo infantil o la trata de personas en Africa. “CRIATURA EMOCIONAL” invita a descubrir a través de irreconciliables diferencias culturales aquello que todos los jóvenes tienen en común en cada rincón del mundo la pasión en estado puro, la necesidad de ser aceptados y el imperioso derecho a poder expresarse”.
Que sea “un recorrido profundo por el universo de los jóvenes alrededor del planeta” puede pecar de ser pretencioso. Más aún en la comparación entre una foto de Facebook y la trata de personas. La banalización al poder, diría alguno y no le falta razón.
También hace un poco de ruido la frase “irreconciliables diferencias culturales” porque no se sabe bien a que se refiere. Además, hablar de “irreconciliables” postula un mensaje para nada amistoso, inclusivo o de interrelación con un otro diferente que es, prácticamente, un “enemigo”.
Se apagan las luces y empieza la función. Abre el juego Candela Vetrano haciendo una declaración con respecto a la importancia de la foto que se saca para colgarla en su perfil de Facebook. Serán justamente Vetrano y Martina Juncadella las que se destaquen dentro de un elenco acorde para la puesta. La primera, mostrando su oficio y la segunda, con parlamentos fuertes, llevados adelante con exactitud.
El texto pertenece a Eve Ensler, reconocida autora de “Monólogos de la Vagina”, y será con esa estructura la forma en que se desarrollará la puesta. Cada una de las protagonistas hablará sobre una situación determinada en cuadros que variaran en su conformación. En algunas ocasiones estará sola y en otras, el resto de las chicas enmarcarán su diatriba, tal como ocurre cuando Ángela Torres habla del bullying.
El gran problema de la puesta es que pone sobre el tapete cuestiones fuertes respecto a la adolescencia como la violencia de género, la trata de personas, el buylling o el derecho a ejercer sus propios “derechos” (plantea muy bien la pregunta“¿por qué no puedo usar la pollera corta sin que digas algo?”) para caer inmediatamente en una banalización atroz, con las chicas bailando y cantando. Eso es lo que ocurre, de manera por demás elocuente cuando se habla de la ablación de clítoris. Todo lo que se escribió con la mano, se borró con el codo, porque “la fiesta debe seguir”.
Por otra parte, la analogía “emocional-irracional” es terrorífica. La pasión, al asociarla directamente con una edad determinada en la vida de un individuo, da la pauta que, a medida que crezca, “pasará”. ¿Esta bueno perder la pasión a través del tiempo? El mensaje subliminal de “ya va a pasar cuando crezcas” es aberrante. ¿Ser adulto implica ser un “desapasionado y racional cumplidor de mandatos preestablecidos”? De este mensaje a lo que decía Charly García que “es muy argentino, llegar a los 25 años, ponerse la corbata y se acabó la joda”, hay un paso.
Cuando en un momento de la obra, las chicas, armadas con megáfonos, gritan el nombre de referentes femeninos que estarían atravesados por lo “emocional” pero “bien entendido” –cada vez cuesta más usar las comillas por el significado de las mismas y la relación con la puesta-, se escuchan nombres como los de Camila Vallejo o Isadora Duncan. Allí es donde uno no puede evitar preguntarse dos cosas.
1-¿Qué tienen que ver ambas entre si, más que su condición de mujer de carácter y voluntad propia (conceptos sutilmente omitidos por la dramaturgia (¿) de la puesta –no sea cosa que el espectáculo, en vez de entretener, forme mujeres con carácter y decisión que puedan discernir por sus propios medios y entre sus decisiones esté no “comprar” entretenimientos banales-).
2-El público presente, si no es en este espectáculo, ¿escuchará los nombres de Camila Vallejo o de Isadora, en algún otro espacio?
Termina el espectáculo y camino con mi colega periodista rumbo a un bar. Caminamos veinte cuadras intercambiando opiniones sobre lo que habíamos visto.
Una de las primeras aseveraciones que surgen es referida a la campaña de prensa. ¿Sirve decir cualquier barbaridad con tal de promocionar un espectáculo? Estamos en momentos de fuerte lucha contra la violencia de género asi como la trata como para que aparezca un cartel que pregunte “¿Qué preferís un novio que te pegue o que nadie te invite a salir?”, sabiendo que los adolescentes tienen mundos particulares, regidos por reglas propias.
Hubo quienes dijeron que, criticando la campaña, se terminaba “difundiendo” la obra. Entonces, ¿no hay que hacer nada? Eso se llama indiferencia y es, justamente, la indiferencia es una de las características principales que tienen tanto la violencia de género como la trata. El mirar para otro lado, el “no te metas” forma parte –lamentablemente- de cierto paradigma cultural que debe acabarse cuanto antes. No se puede minimizar la violencia de género y mucho menos, “naturalizarla” aún más de lo que está en muchos ámbitos. No hay ignorar sino visibilizar lo que ocurre en un país con una alta dosis de femicidios.
Tampoco tiene que ver con la “libertad de expresión” porque, volvemos a la pregunta anterior de ¿Sirve decir cualquier barbaridad con tal de promocionar un espectáculo? O sea, ¿vale todo con tal que hablen de uno porque es “publicidad” y con eso, “iría gente a ver la obra”? Parafraseando a Marshall Mc Luhan, “la publicidad es el mensaje”, por demás nefasto, en este caso. Más aún cuando el comunicado en el cual la producción explica el porqué del levantamiento de la campaña, dicen “Entendemos que la campaña fuera del marco de la obra pueda malinterpretarse”. Ergo….como diría el filósofo Roberto Gómez Bolaños, fue todo “sin querer…queriendo”. Sabían bien lo que hacían, cortaron lo que quisieron del texto con tal de llamar la atención. Si “Nuestras intenciones con Criatura Emocional es invitar al debate y a la acción”, ¿la única forma era a través de un mensaje por demás violento? Cierto…olvidé que el fín justifica los medios.
No creo que sea necesario aclarar que son dos cosas distintas la campaña publicitaria y la puesta propiamente dicha. Más aún porque la primera no respondía al contenido de la segunda, de la cual hemos hablado varios párrafos atrás donde manifestábamos nuestra visión poco favorable de la puesta.
Como siempre decimos, hay que pasar la experiencia y no dejarnos ganar por prejuicios sobre lo que vamos a escribir. Fuimos a ver “Criatura emocional” y expresamos nuestro parecer tanto sobre la obra como en su polémica y desagradable campaña publicitaria. Es lo menos que podíamos hacer, ¿no?