“El invierno del oso. Crónicas antifascistas de Stalingrado”. (Teatro)

Volver al futuro

Dramaturgia y actuación: Manuel Santos Iñurrieta. Guitarra: Martín Varela. Voz en Off: Atilio Borón. Vestuario: Maria Eugenia Summa. Escenografía: Diego Maroevic. Máscaras: Mariano Junio. Diseño sonoro: Daniel Alvarenga. Adaptación Musical: Alexia Massholder. Fotografía: Heidy Montes De Oca, Yuris Nórido y Eugenia Summa. Asistencia técnica: Marina García, Rodrigo Isequilla. Asistencia de dirección: Diego Maroevic. Producción: Los Internacionales Teatro Ensamble. Duración: 60 minutos

Centro Cultural De La Cooperación. Corrientes 1543. Sábados, 20.30 h.

Un tal Carlos –nombre traducido al castellano- había dicho que “la historia ocurre dos veces: la primera vez como una tragedia y la segunda, como una farsa”. El gran inconveniente es cuando esa segunda ocasión ha quedado muy atrás en el conteo en tanto vamos por la trigésimo séptima vez de pifiar el viscachazo. Por eso, en el octogésimo aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, la batalla de Stalingrado brilla con luz propia, en un vínculo directo con la coyuntura actual del país y de buena parte del mundo denominado “occidental”.

Un soldado ruso está en el frente de combate, en pleno sitio de Stalingrado por parte de los nazis. Desde ese lugar, frente al flagelo de la guerra, la muerte y la crueldad que implica el regocijo de la maldad, deja de lado (un tanto, no mucho) su arma, para reflexionar sobre los acontecimientos. La comedia y la poesía serán los elementos elegidos para combatir la irracionalidad del conflicto, aunque con las ideas bien claras respecto de qué lado se encuentra (no es «todo lo mismo»). Por ende, surgirán escenas de bolcheviquismo extremo que combina hilaridad con rigor histórico.

De esta manera, en un ida y vuelta a través de los años y una verborragia tan precisa como los disparos de Vasili Zaitsev, hace de la ironía y el humor dos capitales fundamentales en contra del nazismo (o de la ignorancia –aunque sus diferencias se acortan demasiado-). Por tal motivo, el texto pergeñado por Manuel Santos Iñurrieta combina política y sensibilidad en dosis precisas, obteniendo un combo imposible de dejar de lado. Cada palabra es de una actualidad tan atroz como sorprendente. Guernica se reproduce en Gaza o en otras geografías donde el horror y la muerte, cortesía de la mano del hombre, siguen sin detenerse.

Las imágenes saltan a la escena para ilustrar algunos momentos de la Historia. La voz de Atilio Borón resuena con la pompa y el conocimiento que le es propio pero con una precisión quirúrgica en cada palabra. Santos Iñurrieta deja momentáneamente a su “comediante” de lado para dar a luz a un soldado que tiene mucho de aquél pero ahora, con máscara, gorro y fusil, apunta hacia otras latitudes. Ni hablar si hay heridas de por medio. De las que se puede curar como de las que hay que tolerar para poder seguir peleando ante tanto facho suelto.

En tiempos en que el fascismo se viste con piel de cordero y banaliza términos como “libertad”, es necesario plantar bandera. Tal es el caso de “El invierno del oso”. El arte y el amor como trincheras a defender cueste lo que cueste. Es una enseñanza de Stalingrado, el aguantar para contraatacar y llevarse la victoria. La historia es cíclica. Así será. No pasarán.

1 comentario en ““El invierno del oso. Crónicas antifascistas de Stalingrado”. (Teatro)”

  1. genial. muy recomendable, la esencia del teatro. el de todos los tiempos y el actual.como duelen las palabras. que carne de palabras somos. imperdible!!!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »
Scroll al inicio