“La fragilidad de las casas” (Teatro)

Habitar el yo

Dramaturgia: Victoria Almeida. Actúan: Guadalupe Docampo, Facundo Mejías, Julián Rodriguez Rona, Irene Vivanco. Vestuario: Antonela Fucenecco. Música original: Julián Rodriguez Rona. Diseño de iluminación: Jorge Pastorino. Diseño de sonido: Leonardo Checcia. Realización de escenografía: Martin Ganem. Rigger acrobacia: Daniel Lisandro. Fotografía: Pablo Ponzinibbio. Diseño gráfico: Patricio Vegezzi. Asistencia de dirección y producción: Pablo Ponzinibbio. Producción general: Marcelo Melingo, Horacio David.  Dirección: Victoria Almeida

Teatro Armenia – Armenia 1366. Sábados, 21.30 h y domingos 20 h .

Por Mariana Turiaci

¿Somos, en parte, los espacios que habitamos? ¿Los lugares se nos incrustan en el cuerpo de tal forma que nos moldean y modelan también nuestros hábitos y vínculos? ¿Cuánta fragilidad puede haber en ellos? ¿Y en nosotros?

Entre otras, estas son algunas de las preguntas que deja resonando la última creación escrita y dirigida por Victoria Almeida. Guadalupe Docampo y un talentoso elenco, construyen una puesta irreverente que se despliega en una multiplicidad de cuerpos abriendo varias capas de sentido.

Cassandra es una joven que se ha mudado muchas veces desde pequeña. En su infancia con su familia, luego sola y más tarde con distintas parejas. A lo largo de esas experiencias, cada lugar ha dejado sus huellas, sus recuerdos y sus fragilidades inscriptas en el cuerpo. Pasan los años, los hogares van cambiando y, junto con ellos, la historia de una niña que deviene en mujer con todos los desafíos, complejidades y mandatos que pesan sobre ella.

Su identidad se configura, en gran parte, en cada lugar vivido porque para construir hogar es necesario poner el cuerpo. Cassandra está hecha de esos espacios que habitó y, como su homónima en el mito griego, tiene el don de ver lo que los demás no pueden ver y la maldición de la no credibilidad, en este caso, sobre ella misma. Tiene tantas ganas de ser querida, de ser la elegida, que no puede escuchar su propia intuición.

La puesta combina una serie de lenguajes escénicos diversos con elementos de la acrobacia, del clown y del audiovisual, los cuales construyen un entramado que funciona como un mecanismo de relojería junto con la utilería y el vestuario. Cada objeto ingresa en el momento preciso, cada movimiento perfectamente coreografiado y cada acorde musical está en diálogo con lo que sucede en el presente poniendo en evidencia toda la potencia del dispositivo teatral.

Guadalupe Docampo lleva adelante la acción y la narración con precisión, pero son sus compañeros quienes le dan vida tanto a los personajes con los que dialoga como a sus propias sombras y fantasmas. Su voz se extiende en las voces de los demás mientras en ese devenir se tiñe de otros tonos y adquiere nuevos matices.

“La fragilidad de las casas” gira sobre los vínculos y los espacios que construimos como hogar. Un collage teatral acerca de cómo aprendimos a amar y a ser amados dejando latente la pregunta de por qué nos cuesta tanto escuchar nuestra intuición. Por momentos, es una comedia y en otros, un absurdo. Desde este lugar, la pieza logra insertar al espectador en un universo tan particular como universal.

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