La cultura independiente de CABA, en estado de emergencia

Bajo la consigna de #LaCulturaIndependienteNoVolvió se realizó la conferencia de prensa convocada por diversas entidades culturales de la Ciudad de Buenos Aires para denunciar las consecuencias de la aprobación del presupuesto 2021, la falacia del retorno del teatro –con ninguneo al teatro independiente- y los riesgos que corre el sector ante la desidia de las autoridades de CABA

La venta constante en cantidades industriales de humo por parte del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires llegó a un punto culminante cuando en los primeros días de noviembre, se anunció con bombos y platillos que “Volvía el Teatro”, con la obsecuencia de los medios de comunicación (los masivos y los independientes).

En su amplia mayoría, los teatros independientes no pudieron hacer frente a las requisitorias del protocolo que autorizaba la apertura de los mismos así como de los costos para adecuar las salas en tanto sistema de respiración y el aforo que, en algunos casos, permitía la concurrencia de diez personas.
Por tal motivo, varias agrupaciones que nuclean a las diversas especialidades de los artistas independientes, convocaron a una conferencia de prensa para dar cuenta de la acuciante situación del sector el pasado lunes 14 de diciembre.
El lugar elegido para la convocatoria fue el espacio Planta, Investigación y Creación Transversal, ubicado en Inclán 2661, a las 10 hs, en la vereda, para respetar la distancia social en el marco de la pandemia que nos atraviesa.
Un buen número de bicicletas daban cuenta del medio de transporte usado para concurrir a la cita.
Bajo un sol que brindaba energía en exceso, Planta abría su puerta para que, después de la conferencia de prensa, quede habilitado el espacio para una pequeña performance respecto a las consecuencias del aislamiento y las nulas políticas de apoyo a la cultura independiente, cortesía del Ministerio de Cultura de CABA, encabezado por Enrique Avogadro.

A eso de las 10.30 hs, se ubican en una mesa Andy Vertone (ESCENA –Espacios Escénicos Autónomos-) y Sergio Rower (UNIMA –Unión Internacional de la Marioneta) para leer el comunicado de las asociaciones, que reproducimos a continuación, junto con una serie de placas que describen la situación. 
 

APDEA – Asociación de Profesionales de la Dirección Escénica Argentina.
ARTEI – Asociación de Salas de Teatro Independiente.
ATTIA – Agrupación de Técniques de Teatro Independiente de Argentina 

BARDO Contracultural
ESCENA – Espacios Escénicos Autónomos
FAAO – Frente de Artistas Ambulantes Organizados
FIERAS – Trabajadorxs Feministas de Espacios Culturales. Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans y No Binaries
FRENTE DE DANZA CABA
GETI – Grupos Estables de Teatro Independiente
MECA – Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos
PIT – Profesorxs Independientes de Teatro
UNIMA – Unión Internacional de la Marioneta
UTIA – Unión de Teatristas Independientes de Argentina
#ACTORES AUTOCONVOCADOS
 
Estas agrupaciones presentes compartimos gran parte de la actividad cultural de la Ciudad y estamos atravesadas por problemáticas similares y también particulares; pero hoy estamos marcadas por una misma agonía, que es el peligro cierto de desaparición en la que se encuentran las profesiones que representamos, al menos como las conocemos hasta ahora.
 
La Cultura Independiente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en riesgo inminente, existe desde antes incluso que muchas de las instituciones que hoy la acorralan y condicionan. Hablamos concretamente de los Poderes Legislativo y Ejecutivo de la Ciudad. De sus ministerios, secretarías e institutos.
 

La Ciudad de Buenos Aires desarrolló sus expresiones artísticas en forma independiente, y recién después se conformaron, con sus nutrientes, los organismos de cultura oficial. Su acervo cultural, reconocido internacionalmente y fuente de una parte significativa de su P.B.I., atrae a una enorme cantidad de turistas, pero también es punta de lanza de las principales corrientes e intercambios culturales globales.
 
La Cultura Independiente de la Ciudad no está subordinada formal, estética ni temáticamente a las políticas culturales oficiales. Es ése su valor. Pero sí necesita –como todas las actividades que se dan en sociedad- el estímulo y el apoyo estatal.
 
El derecho a la cultura se encuentra entre los derechos humanos, y como todo derecho, es universal, indivisible e interdependiente. Su promoción y respeto a través de políticas de Estado son esenciales para la dignidad humana.
 
En tal sentido la normativa vigente en la Ciudad contempla estos principios. La Ley 2176 tiene por objeto promover los derechos culturales previstos en el artículo 32 de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires; la Ley 2064 declara a la actividad teatral independiente patrimonio cultural, y las leyes 340, 156, 2035, 3022 y 5735 protegen a las actividades de la danza, el teatro, bibliotecas populares, música y tango respectivamente.


La protección y fomento de las artes, como aspecto integral de la soberanía cultural del pueblo, es un deber del Estado, en todas sus órbitas. Dispone para ello, en el caso de la Ciudad, de un Ministerio y destina un presupuesto, dentro del cual está contemplado el apoyo a la Cultura Independiente.
 
Este presupuesto se compone de partidas específicas de las cuales la denominada Programa 11 de fomento a la actividad cultural, contiene casi la totalidad de los fondos destinados a la producción y desarrollo de las distintas expresiones artísticas que componen el arco cultural independiente, y que se agrupan en el programa conocido como “Impulso Cultural”.
 

De esta partida presupuestaria, que representa tan sólo un 1,9% de la totalidad del presupuesto del Ministerio de Cultura, surge el financiamiento –bajo la forma de becas, concursos, subsidios y otras ayudas- de la totalidad de los proyectos culturales independientes, en todas sus ramas: teatro, música, circo, danza, milongas, títeres, etc., y que representa en conjunto más del 80% de la oferta cultural de la Ciudad.
 
Estos primeros datos permiten apreciar claramente, que la cultura independiente, que necesita indispensablemente subvención estatal, se financia también con ingresos genuinos y propios de cada actividad, derivados principalmente de la venta de entradas, de talleres o bien de contrataciones en festivales, programaciones y eventos varios, privados u oficiales.
 
Si bien mayormente el subsidio estatal se utiliza en la producción de espectáculos; pago de alquileres, servicios e impuestos en el caso de los espacios; les artistas, técniques y empleades, subsisten gracias a esos ingresos generados por la venta de entradas. Incluso la gran mayoría de las veces, la parte de los subsidios destinados a les artistas, terminan siendo volcados a la producción de los espectáculos, que de otra forma no podrían ser materializados. 

A partir de marzo del presente año 2020, estas situaciones presupuestarias y laborales, crónicas, y de larga data, explotaron en toda su magnitud, redimensionando la realidad y dejando ver claramente el daño ocasionado por la crisis sanitaria producida por la pandemia del virus COVID-19, pero también del daño acumulado.
 
Esta situación dejó también al descubierto que no existe en la Ciudad (ni en Nación, ni en las provincias) líneas de subsidio para les trabajadores técniques, agentes necesarios e irremplazables en este entramado, así como tampoco se encuentran ayudas específicas a les docentes independientes de las artes y oficios culturales, pilares de la formación sensible de la Ciudad, quienes deben competir en igualdad de condiciones con proyectos artísticos en concursos que poco tienen que ver con el espíritu de la enseñanza y el aprendizaje.
 
Desde marzo hasta ahora, la Cultura Independiente no volvió.
 
El Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, y el Distanciamiento Social Preventivo y Obligatorio después, imposibilitan cualquier tipo de funcionamiento económicamente efectivo, tanto para los espacios y salas, como para elencos, compañías, artistas en general, técniques y docentes.
 

Durante todos estos meses hemos tratado de sobrevivir recurriendo a diversas estrategias virtuales, las que han demostrado que no sólo no suplantan la expresión artística original (por el contrario la disminuyen), sino que no son económicamente viables. En absoluto. Sólo un pequeñísimo porcentaje de traspasos de la presencialidad a la virtualidad han podido considerarse medianamente exitosos, e incluso la gran mayoría –si no todos- lo han sido sólo en lo artístico, mientras fueron a pérdida en lo económico.
 
Los protocolos vigentes para la actividad escénica dentro de los espacios, conlleva un aforo tan reducido, que es inviable la apertura de la casi totalidad de los espacios culturales independientes de CABA.
 
Debe entenderse, que hoy más que nunca, que resulta fundamental para nuestra subsistencia, la comprensión y asistencia por parte del Estado. En tal sentido hemos recibido ayudas extraordinarias del Gobierno Nacional como el Plan Podestá, Desarrollar, Sostener I y II, Fortalecer y Reactivar. También líneas ordinarias que se propician desde el Instituto Nacional del Teatro desde hace tiempo.
En cuanto a la asistencia que ha realizado el Gobierno de la Ciudad, sólo ha incrementado de manera insuficiente las líneas de subsidio ordinarias y concursables para el fomento de la actividad cultural, a partir del programa 11.
 
No ha realizado ninguna otra acción específica en sintonía con las nuevas necesidades derivadas de la emergencia, para el sostenimiento de la actividad y la subsistencia de sus trabajadoras y trabajadores y ha sido deficiente en la resolución burocrática, siendo que a día de hoy, a quince días de terminar el año, a nueves meses del comienzo de la emergencia sanitaria, se encuentran todavía tramitaciones paradas, con compañeros y compañeras que no han recibido los subsidios otorgados.
 
Cabe destacar que la gran mayoría de esos fondos que la Ciudad otorgó, fueron a la producción de proyectos artísticos, que no pudieron llevarse a cabo ya que debieron ser reconvertidos en fondos de subsistencia.
 
Un panorama desolador con vistas a un próximo año, que se perfila aún peor.
 
El presupuesto recientemente aprobado por la Legislatura de la Ciudad nos preocupa en extremo, ya que contempla 16,7 puntos por debajo de la inflación estimada para el año próximo 2021, para todo el Ministerio de Cultura. Y al programa 11, específicamente, estaría destinando un 47% menos de lo ejecutado en el presente año.
 
Si está a la vista que no ha alcanzado lo otorgado por Nación; tampoco lo previsto por Ciudad para contemplar y contener la emergencia cultural suscitada, que nos encontramos con compañeros y compañeras sin trabajo; con espacios cerrados y por cerrar definitivamente; y con un año entrante en similares condiciones al presente, nos preguntamos: ¿cómo podremos transitar un 2021 con el 47% menos en la partida del presupuesto porteño?. Aún con el aumento aprobado el 10 de diciembre último, el presupuesto 2021, sigue estando un 16,7% por debajo de la inflación estimada. La respuesta nos asusta.
 

Un ecosistema cultural en el cual la única oferta cultural productiva terminará siendo la oficial, no es un ecosistema, es una trampa.
 
Buenos Aires tiene un fenómeno de estudio a nivel mundial: Su cultura independiente, fuente de desarrollo, experimentación, producción y creación. Esta forma cultural es la tierra fértil en la cual artistas y experiencias nacen y crecen. Sin esa tierra, entonces, nos preguntamos cuál será el futuro de la Cultura de la Ciudad. Y aún más: ¿Cuál será el futuro de la Ciudad misma, privada como estará de su principal herramienta de pensamiento crítico?
 

Insistimos. No podemos esperar más. No tenemos margen. Ante la perspectiva de la desaparición, exigimos al gobierno porteño que revea con celeridad el pobre presupuesto dispuesto para el desarrollo cultural de la Ciudad de Buenos Aires en 2021 como así también que genere los ámbitos de debate y trabajo para recomponer los lazos culturales entre la Ciudad y les trabajadores de la Cultura Independiente.
Exigimos también al Gobierno Nacional la implementación urgente del Monotributo Cultural; Renta Básica Universal para les Trabajadores de la Cultura, tarifas diferenciadas de servicios públicos para todos los Espacios Culturales Independientes del país y la revisión de incompatibilidades y requisitos de exclusión de subsidios.
 
Finalmente debemos expresar que muches compañeres, no han sido alcanzades por ninguna línea de ayuda estatal nacional de las antes mencionadas, por lo que exigimos también atención y pronta solución al respecto.
El arte no es de les artistas, le pertenece a la comunidad. Tomamos las palabras de Federico García Lorca: “Un pueblo que no ayuda y no fomenta su teatro, si no está muerto, está moribundo”. Las volvemos propias, y las hacemos extensivas a la Cultura Independiente de la Ciudad. La decisión política sobre la supervivencia de las artes en la Ciudad y en el país, recae en los Gobiernos. El derecho a defenderla es nuestro, y es de todes.
 
A continuación, se produjo el diálogo con los periodistas y el público presente.
 
-¿Tuvieron respuesta de la carta que mandaron a los legisladores?
-No, ninguna.
 
-¿Cuales son las mayores dificultades al implementar el protocolo?
-Los protocolos piden que haya un aforo del 30% que, en la gran mayoría de las salas sería de entre 50 y 100 espectadores. En nuestro caso, nos permitiría abrir para diez espectadores por lo que iríamos a pérdida. Afectaría a las compañías teatrales y docentes. Se podría trabajar dentro de las salas con cinco alumnos o les representaría un bordereaux de 10 entradas las cuales les correspondería un 75%. Es abrir y trabajar a perdida.
Para los espacios físicos, se pide una ventilación mecánica que la mayoría no lo tiene. El costo para adecuar la sala es de $200.000, además de un filtro para la renovación constante del aire.
 
-¿Se va a tomar alguna otra medida después de hoy para visibilizar la situación?
-Vamos a seguir adelante, planteando la idea de formar parte de la discusión de lo que es la cultura independiente, lo acepte el gobierno de la ciudad o no. Vamos viviendo todo con la realidad de cada día. Lo de hoy es hasta hoy. Esto es un cierre de año en el que decimos que no nos vamos a ir a ningún lado. Nos vamos a quedar acá.
 
-Se viene el FIBA. ¿Van a hacer algo al respecto? Más que nada porque serán convocados algunos artistas…
-Salieron dos convocatorias, una para espectáculos y otra por virtual, que tiene que haber sido hecha en cuarentena. Es absurdo. Alguien hizo algo pero después entras en las bases y es muy difícil…Hemos participado del FIBA con espectáculos propios pero este año, en esas salas que hemos participado, no vamos a poder trabajar por el 30%. Más allá que haya un “sueldo”, es muy dificultoso y termina siendo para algunos pocos. Piensen en algo: ¿cómo puede volver el teatro presencial si los actores no pueden hablar entre ellos?. Entonces ahí es donde se terminó de limitar todo. Lo que puede volver es relativo. Lo digo por lo del FIBA.
 
-¿Cómo ven la situación actual en relación con las plataformas y redes sociales?
-Todos los cambios coyunturales forman parte de la cultura de la sociedad. En este caso, -con la pandemia como hecho imprevisto-, las formas virtuales de creación artística seguirán desarrollándose, de forma autónoma y legítima, más allá de su nacimiento arbitrario.
En términos de inversión estatal, el paso de las artes presenciales a las virtuales es muy sencillo y económico; en términos de producción, es diametralmente opuesto. Los artistas formados en artes escénicas han desarrollado un lenguaje, un camino y una participación social en una instancia en que el público y artista conviven en el mismo espacio. Eso implica no solo la producción económica sino su formación. Si bien la cultura audiovisual es económica, está condicionada de manera muy grande por quienes tienen mayor poder adquisitivo en tanto el alcance de la difusión y la masividad. Esto termina siendo un “mayor beneficio a menor costo” lo cual es muy sensible para la sociedad en términos de formación cultural. Se pierde lo que el teatro, la danza, los títeres y demás disciplinas presenciales brindan en tanto términos de reflexión y posibilidades de construir pensamiento crítico porque no están sometidas a la inmediatez de la difusión virtual.
Queremos fomentar núcleos de debate  a partir de los cuales podamos definir estrategias para frenar el desfinanciamiento que se veía de antes de la pandemia. Después, deseamos elaborar estrategias de refundación y fortalecimiento porque todavía no salimos de la situación de aislamiento. Cuando retomemos la actividad veremos cuantos quedamos y cuantos somos. Ahí podremos ver todos estos mecanismos para poder establecer estrategias. Es indispensable la expresión artística presencial como parte fundamental de la memoria del pueblo y la sociedad para pensar distintos futuros de las realidades que nos circundan.
 

 -La desidia del GCBA para con el sector de la cultura viene desde hace un tiempo…
– Durante estos años, mucho de nuestro público no sabía de los directores, escenógrafos, técnicos de sala. No estábamos genial pero nos atendíamos –metafóricamente- en las salitas del barrio, las guardias, frente a una emergencia. Así, cada trabajador puso de manifiesto su ímpetu para llevar a cabo su profesión pidiendo las ayudas necesarias para sostenerse. Esto fue por muchos años. 

Hoy nosotros, como cultura independiente, estamos en terapia intensiva. El Ministerio de Cultura de CABA emplea solo el 1,9% del presupuesto no de la Ciudad sino del presupuesto de Cultura. 
Por otra parte, se confunden algunas de las expresiones que salen en algunos medios de comunicación. NO VOLVIÓ todo el teatro en la Ciudad de Buenos Aires. Si les contásemos a los medios la cantidad de funciones que hacemos anualmente y los espectadores que convocamos desde los grupos callejeros, los titiriteros en las escuelas, en los centros vecinales, comedores comunitarios, en todos y cada uno de los espacios, supera altamente la cantidad de espectadores que concurren al teatro comercial. Las luces fueron para el teatro comercial pero el teatro NO VOLVIÓ.
 
-Una reasignación de recursos……..
-No vamos a pedir del presupuesto para que nos den a nosotros y le quiten a otro. Hay un discurso muy facilista de “si les doy a ustedes, le tengo que sacar a…” y ponen siempre a los más vulnerados” como barrios en situación de emergencia. Desde ese discurso, es muy fácil decir “no te saco nada”. Todos los organismos culturales hemos peleado mucho por tener mayores presupuestos culturales pero no a partir de la desfinanciación de otras entidades. Si es necesaria la discusión de la distribución de los presupuestos de los ministerios de Cultura en tanto cultura independiente y cultura oficial. Pero esto tiene que ser en el marco de una mesa de discusión y trabajo y no en un reclamo para sacarle a un organismo que tiene otra problemática. La relación del presupuesto entre la cultura independiente y la oficial llama mucho la atención. Además, esta última llega a lugares a la que la independiente no puede tal como el acceso masivo y gratuito.
 
-Los cambios en la financiación son…
– El programa que destina fondos al sector independiente, está muy desfinanciado y está cada vez peor. Además, hacia adentro, hay diferencias muy extrañas que hacen que se provocan que dentro del sector independiente nosotros mismos tengamos que defender cada espacio. En vez de promover la unión del sector, quieren que se separe. El presupuesto de Prodanza no llega ni al 10% de otros institutos. Sin embargo, no queremos desfinanciar espacios del sector oficial o independiente sino sumar recursos para que la cultura de la ciudad tenga la cultura que se merece.
 

Estamos asistiendo a una maniobra en la que nos quieren declarar en vías de extinción. Nosotros no podemos asistir pasivamente a eso. La presencialidad –que constituye la base del arte teatral- está en peligro y hay una maniobra clave de llevarlo a la virtualidad y las redes. Se advierte a esta política.
Estamos en una zona de emergencia que no quieren declarar porque sirve a los propósitos de la política.
Por otra parte, quiero hacer referencia al monotributo artístico, que atienda nuestra especificidad. La eventualidad es algo que nos particulariza en tanto a veces tenemos trabajo y otras veces, no. Son varios los ministerios que deben pensar la estrategia adecuada para hacer frente a un problema que no tiene precedente. Si no pensamos estrategias diferentes plurales y colectivas, no vamos a solucionar esta situación. Esto también incluye al público al que hay que hacerlos partícipe e informarle que nos están matando.


-Llama la atención la ausencia de la Asociación Argentina de Actores…
-En la Ciudad de Buenos Aires, la cultura independiente viene trabajando junta desde hace muchísimo tiempo a través de organismos como ARTEI -que tienen muchos años- junto con otros, de menor tiempo. La Asociación Argentina de Actores está corriendo, al menos en los últimos años,  por otros lados. No se si están contemplando tanto las necesidades de los trabajadores independientes.  La hemos convocado en diferentes oportunidades pero no nos corresponde analizar el porqué no han querido acompañar de esta manera. Es decisión de ellos.
 
Termina la conferencia de prensa y, bicicleta mediante, retornamos a nuestro hogar en Floresta.
Quedan varios puntos a considerar que exceden a las nobles y atinadas explicaciones brindadas por los artistas.
El papel de gran parte de los medios de comunicación -no todos- en invisibilizar la conferencia de prensa es vergonzoso. Desde aquellos de gran alcance (incluidos en el reparto de la pauta publicitaria que conforma el blindaje mediático al gobierno de Larreta) hasta los más pequeños que, en algunos casos, ni siquiera compartieron flyers sobre el acontecimiento de la fecha. Eso sí, estos últimos son los primeros en sacarse fotos, adular con términos que destilan tanta “dulzura” que sería letal para una persona diabética, pero de cubrir y difundir lo mal que lo están pasando el sector, bien gracias. La obsecuencia de estos personajes –que se hacen llamar “periodistas”, “críticos”, “productores” o “recomendadores”- no solo conspira contra el ejercicio del noble oficio del periodista sino que, por su propia cobardía de no querer criticar al oficialismo porteño, oculta las problemáticas de un sector al que dicen amar. Su frivolidad es el vivo retrato de lo que Gustavo Cerati criticaba en “Jet Set”.
Algo de esto también sería aplicable a la misma comunidad teatral la cual, en ocasiones, debería recordar que la lucha por los derechos van más allá de compartir las iniciativas por las redes sociales. También hay que poner el cuerpo. 

Desde este espacio, nunca creímos en esta «vuelta del teatro». El director Martín Ortíz escribió al respecto (https://www.elcaleidoscopiodelucy.com.ar/2020/11/teatro-independiente-volver-o-no-volver.html)  y después, consultamos con los damnificados por la mentira del GCBA (https://www.elcaleidoscopiodelucy.com.ar/2020/11/el-teatro-independiente-no-tiene-nada.html).

En nuestro caso, seguiremos cubriendo y denunciando estas situaciones que afectan a la cultura independiente de nuestra ciudad, poniéndola al borde de la desaparición. Hacer periodismo es mucho más que decir que «todo es bello» y subir gacetillas con algún adjetivo para venderlas como «críticas». 

La lucha continúa y no se detendrá en tanto no se le brinde al sector de la cultura los fondos que necesita para vivir y hacer florecer ese arte que deleita y enriquece a todos.  
 
#ElTeatroIndependienteNoVolvioaCABA 
#Emergencia cultural

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