¡Comenzó el BAFICI 2013! ECDL se hizo presente en la tarde del jueves para retirar la credencial de prensa y empezar a disfrutar de esta nueva edición del Festival de Cine Independiente de Buenos Aires. Nos hicimos presentes en el Centro Cultural Recoleta y procedimos a buscar nuestra acreditación. Lamentablemente, no tuvimos suerte y no la pudieron hacer a tiempo por lo que nos dieron una similar, aunque provisoria.
No obstante, pudimos disfrutar de dos películas que comentaremos a continuación.
La primera de ellas la vimos mientras esperábamos que se solucione el percance con la credencial. Nos ubicamos en el Punto de Encuentro, de la Sala Cronopios, del Centro Cultural Recoleta y vimos un gemita en el espacio llamado “100 horas extras”. Este lugar, amplio y con buen sonido e imagen, brinda cien horas de cine gratuito donde no se sabe que van a pasar hasta el momento mismo del inicio de la función.
Dentro de las 100 horas gratis, el cronograma sería el siguiente:
14 hs: Cortos I-Sat
15 hs: Videoclub
17.30 hs: Varieté
18.30 hs: Pozo negro
20.30 hs: ¡Sorpresa!Caimos justo para el inicio de la sección “Videoclub” y vimos una gran película.
Que viva la lucha! El corazón de Tijuana
Título Original: Qué viva la lucha!. Título en inglés: Wrestling in Tijuana. Guión y dirección: Gustavo Vázquez. Producción: Gustavo Vázquez, Edmundo Sot. Producción: Maskarte. Dirección de fotografía: Luis Marte. Edición: Jonathan Parra. Sonido: Greg Landau. Música: Marziano, Carne Cruda, Nortec, Tijuana Bibles y Guillermo Galindo. Año: 2007. País: México. Duración: 54 min. Color.
Trailer: http://www.youtube.com/watch?v=uQ3zVNZ70QI
Tijuana, como ciudad, es un mito en si mismo. Grandes historias se han contado de esta urbe que vio nacer a grandes boxeadores mexicanos como Erik Morales, Antonio Margarito o Jackie Nava.
En este caso, el director Gustavo Vazquez decidió dar cuenta del fenómeno de la lucha libre. Toda la pasión que despierta tanto en el público como en los propios luchadores, con sus historias de sacrificio y heroicidad. Con buen ritmo, la película es atrapante y toma no solo las historias de vida de los diversos luchadores (y sus máscaras) sino la relación que establecen con el público. Como verdaderos ídolos pop, cuentan con sus seguidores y son cálidos con sus seguidores. El vínculo entre ambos es singular y con una ternura pocas veces vista en otras disciplinas.
Los luchadores –tanto hombres como mujeres- combaten de manera colorida y autentica al tiempo que el show que se monta para la ocasión es una atracción en si misma que convoca a turistas pero sin perder la raíz y la esencia que le da origen.
Vazquez da cuenta de lo fuertemente arraigada que está la lucha libre en sectores que podrían ser considerados marginales. Es apreciable el deseo de dar cuenta de esa relación fuerte en un marco que excede todo tipo de lógica. La popularidad de estas contiendas es increíble, con negocios e incluso medios destinados para su difusión. Pero ojo, a no confundir esto con un fenómeno vacío. Hay una gran cantidad de signos que revelan cuestiones de pertenencia en las que las relaciones de clase y la cultura son importantes para ilustrar a la sociedad tijuanense. Diversos elementos que se aprecian en la película permiten ilustrar, ya sea de manera tácita o visible, lo que podría considerarse como paradigmas dominantes y marginales.
Por otra parte, la película refleja con conocimiento y con credibilidad uno de los aspectos más ricos de la sociedad tijuanense, alejándose de caer en estereotipos y clichés, tal como ocurrió con “Nacho libre”, el patético producto hollywoodense protagonizado por Jack Black.
La música es de gran valor y logra enmarcar a la acción de la película en el lugar adecuado.
Sea como sea, si tienen alguna chance de conseguir, alquilar o comprar “Que viva la lucha!”, no lo duden. No solo van a tener la posibilidad de disfrutar de un excelente filme al cual se le irán descubriendo cada vez más cosas una vez terminado de verlo. Una vez resuelta la situación de nuestra credencial (provisoria), nos dispusimos a ver otra película que recomendamos profundamente.
“5 Broken Cámeras” El ojo blindado
Hay documentales excelentes que toman como punto de partida un elemento por demás sencillo para desarrollar su idea. Tal es el caso de “5 broken cameras”, que estuvo nominado al Premio Oscar a “Mejor documental”. En este caso, el punto de partida son las cinco cámaras filmadoras que tuvo Emad Burnat, desde el 2005 y que fueron registrando la resistencia del pueblo palestino de Bil’in, al oeste de Ramallah, en la ribera occidental. El hecho de que sean cinco cámaras da cuenta de la vida útil de las mismas que estuvo directamente relacionada con el trato del ejército y la policía israelí. La presentación de aquellas es la que establece el orden cronológico y los períodos de tiempo de cada una, el incremento de la tensión en las manifestaciones pacíficas, que eran reprimidas con violencia.
Emad empieza a filmar en el 2005 en el que se dan dos acontecimientos fundamentales, el nacimiento de su cuarto hijo Giblin y el comienzo del alzamiento de la ciudad contra la construcción del muro que permitía la separación de Bil’in de las tierras que iban tomando los colonos religiosos. A partir de ese momento, ambos acontecimientos se desarrollan de manera paralela. ¿Podrá tomarse como metáfora del desarrollo del conflicto palestino-israelí? Quizas. No obstante, ese paralelismo permite meter la lente en lugares por demás antagónicos aunque contemporáneos. La escuela y el crecimiento de Giblin junto con las protestas palestinas que son reprimidas por el ejército israelí. Igualmente, las imágenes captan todo, lo micro y lo macro, el conflicto en su apogeo y las pequeñas historias de los habitantes de Bil’in. La lente de Emad capta todo y se da tiempo hasta para reflexionar al respecto. Dirá que “vi crecer a mi hijo Giblin a través de la cámara” al tiempo que filmará incluso el momento en que son detenidos sus hermanos en diferentes manifestaciones o hieren a Adeeb, uno de los personajes del pueblo (“siempre busca un momento para llamar la atención”). Es importante el retrato que va haciendo de la gente de Bil’in, con sus particularidades y como se comporta frente al conflicto. Otro de los personajes que aparecerá es Phil, cuyo apodo es “el elefante” y según Emad, “un buen tipo. Siempre optimista, piensa que se va a solucionar todo”.Emad filma todo y por tal motivo, se aprecian una gran cantidad de ideas y pensamientos en torno a que medidas tomar frente al muro. El deseo de su esposa porque, en algún momento, pare de filmar, o el apoyo que van obteniendo de distintas partes del mundo que se acercan hasta el pueblo para solidarizarse con su dolor. Si bien hay un trabajo de edición al respecto, mantiene una idea de tratar de mostrar lo más posible. Desde la participación de los activistas internacionales (israelíes incluidos –alguno que otro herido o arrestado por el ejército de su propio país-) o la atención que recibe el propio Emad, en un hospital de Tel Aviv después de sufrir un accidente.
El documental mantiene la frescura del improvisado cineasta el cual refleja el día a día de un conflicto serio, que se mantiene caldeado al día de la fecha. Esa cámara que filma en primera persona, transmite la bronca y el dolor de quien sabe que ha encontrado el medio para participar y serle útil a la causa de su pueblo. Emad sufre desde disparos en las marchas (cortesía de Tzahal) hasta arrestos domiciliarios y efectivos en alguna cárcel israelí. Allí es cuando se ve que ese “sentirse útil” trasciende todo lo previo y lo ubica al frente de las reivindicaciones.
De más está decir que la polémica ha envuelto a este documental. En el caso de los palestinos, porque pensaron que los israelíes se querían “llevar el crédito de la película, cuando los que sufren la represión son los palestinos”. En cambio, en el lado israelí, se vio esa controvertida doble cara de como un Estado absolutamente democrático comete tal cantidad de aberraciones para con los palestinos. Inclusive, poniendo en tela de juicio que el financiamiento de la película salga de un organismo estatal israelí, para hacer un producto que daña al país. La participación en la dirección del israelí Guy Davidi da cuenta que, al día de hoy, son los directores de ese país quienes mejor reflejan un conflicto que no favorece precisamente a la imagen pública de Israel, más allá de la justicia del reclamo palestino. Aprovechamos para recordar los documentales de Ari Folman, Avi Mograbi y Yoav Shamir al respecto.
“5 broken cameras” es un excelente muestreo de “primera mano” del conflicto palestino-israelí, en el que, si bien hay algún acento puesto en el lugar adecuado para conmover al espectador, no quita en absoluto los méritos periodísticos que tiene.
Como dato final, diremos que en febrero de este año, Emad Burnat fue demorado en la Aduana de Los Ángeles, Estados Unidos. Lo interrogaron al respecto y amenazaron que iban a mandar a su familia de vuelta a Turquía –lugar de donde habían venido- ya que no le creían que era “el director de un documental candidateado al Oscar”.
Ficha técnica. Título Original: 5 Broken Cameras. Dirección: Emad Burnat y Guy Davidi. País: Francia, Israel, Holanda y Palestina. Año: 2012. Formato: DM. Color. Duración: 94′. Con Emad Burnat. Edición: Veronique Lagoarde-Ségot y Guy Davidi. Sonido: Amelie Canini. Música: Le Trio Joubran. Producción: Christine Camdessus, Serge Gordey, Emad Burnat y Guy Davidi. Compañias Productoras: Guy DVD Films, Alegria Productions y Burnat Films Palestine
Sábado 13 de abril. Village Recoleta Mall 10. A las 12.30 hs.
Viernes 19 de abril. Teatro San Martín 1. A las 17.15 hs.
Actividades del día viernes 12 de abril.
14 hs. Sala Cronopios. “100 horas extras”.
15 hs. Sala El Aleph. Presentación de “Las naves”, una publicación de cine realizada en colaboración con la revista alemana «Revolver», con las presencias de Andrés Di Tella, Christoph Hochhausler, Mariano Llinás y Nicolás Prividera.
17 hs. Sala El Aleph. Se presentará la iniciativa de digitalizar y brindar acceso a la vasta colección del noticiero «Sucesos argentinos».
18 hs. Sala El Aleph. Conferencia sobre “Políticas públicas de exhibición cinematográfica”, con autoridades y coordinadores de los programas que pone en marcha el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales.
21.30 hs. Sala El Aleph. Recital de Los Peyotes.