Dos tipos audaces
De Arístides Vargas. Con Daniel Begino y Roberto Monzo. Diseño de luces: Esteban G. Lahuerta. Video y Música: Grupo Malayerba. Arte: Cecilia Catalina Quesada. Asistencia de dirección: Gonzalo Ramos. Producción: Tamara Arce y Martina Cuadrado. Puesta en escena: Grupo Malayerba y Arístides Vargas. Dirección: Florencia Suarez Bignoli.
Andamio 90. Paraná 660. Sábados, 22.30 hs.
Dos hombres en una celda. Buscan salvar su ominosa cotidianeidad a través de textos clásicos que irán desde Miguel de Cervantes a Kafka. El desarrollo de la puesta es muy bueno, con un espacio por demás amplio y excelentemente utilizado. El mismo cuenta con elementos absolutamente necesarios los cuales se utilizan en escena. Tres mesas y dos sillas, todo con rueditas, bastarán para crear una obra de teatro disfrutable y emocionante de principio a fin.
La construcción de los hechos y las escenas van desde el realismo de una situación de encierro hasta la poética de los héroes (y no tanto) de los cuentos que ambos personajes tomarán como referencia. De esta manera, De la Mancha y Panza vivirán diversas aventuras como forma de hacer frente a una realidad cruda y cruel. Los diálogos que entablarán serán disparatados pero no exentos de humor e ironía. Jugar, crear y vivir, serán los tres axiomas con los que esta especie de niños-adultos, desde la creación de diversas personalidades, encarnarán la resistencia al carcelero el cual no entiende de que se trata lo que está pasando. Porque como bien dicen en un momento, la solidaridad es necesaria. “Aquí, si usted existe, yo existo, si usted desaparece, yo desaparezco”, con un tono que será tanto de reproche como de ánimo. La profundidad del texto logra la complicidad del público para que tanto De la Mancha y Panza puedan lograr su cometido.
La puesta logra captar el clima ominoso de la cárcel asi como crear un mundo paralelo donde todo es posible. Ese lugar tan personal y fantástico que Dulcinea puede hacer que el Quijote derrote tanto a los molinos de viento como a los fríos barrotes de la cárcel.
Daniel Begino y Roberto Monzo realizan muy buenas actuaciones, sentidas y expresivas pero sin caer en exageraciones o situaciones lacrimógenas. Poética y lúdica, es aprehensible para todos los públicos ya sea para dejarse llevar por estos nuevos mundos como para los que desean recordar de una manera poética, lo ocurrido en las cárceles clandestinas de la Dictadura. Basada en hechos reales, la puesta trae a la joven directora Florencia Suarez Bignoli con un trabajo adulto y serio, de gran valor histórico como teatral.
“La razón blindada” no solo es una muy buena obra de teatro sino que es un canto a la vida al recuerdo de quienes utilizaron las fuerzas de la poesía y la literatura como forma de resistencia a la barbarie de la Dictadura argentina.