Lo primero es la familia
De Brian Yorkey. Con Laura Conforte, Alejandro Paker, Florencia Otero, Mariano Chiesa, Fernando Dente, Matías Mayer, Manuela Del Campo y Alejandra Perlusky. Diseño de vestuario: Pablo Battaglia. Música: Tom Kitt. Letras de musicales: Brian Yorkey. Dirección musical: Gaby Goldman. Dirección: Luis Romero.
Teatro Apolo. Martes a viernes, 21 hs, sábado 20 y 23 hs y domingo, 20 hs.
En tiempos modernos, donde la felicidad y el no salir de aspectos absolutamente estereotipados, que no rompan con el statu quo social, es casi una condición sine qua non para cualquier familia que se precie. Más allá de la ironía de la frase anterior, en tanto imposibilidad de alcanzar dicho objetivo, “Casi Normales” se ubica como una puesta seria pero no solemne, con una gran cantidad de virtudes a descubrir y también, por qué no decirlo, vivir.
En este caso, “Casi normales” nos trae el deseo de una familia de mantener ciertos parámetros de “normalidad” con una madre bipolar, que no se puede sobreponer a la pérdida de su hijo, un padre que hace todo para amarla y tratar de curarla en partes iguales y una hija adolescente que sufre el desplazamiento de su persona y sus intereses, en pos de la madre enferma. La forma en que la puesta sale del axioma que una comedia musical tenga que ser “alegre” y “divertida” aunque con un toque de tristeza para volver a la alegría de la propuesta, es excelente. El texto crea una historia que incluye a todos pero no tanto de una manera directa sino también de forma simbólica, a las historias de cada uno. Las identificaciones surgen inmediatamente, de manera natural, atrapando a una platea que no saca la vista del escenario. Éste es, justamente, uno de los puntos donde la puesta sale a quemar las naves. Con una estructura de tres niveles, ubica allí los ambientes de la casa asi como los lugares donde transcurren los acontecimientos para saltar a lugares de carácter más simbólico y metafórico.
Por otra parte, el entramado entre música y actuación está absolutamente aceitado, con actores y actrices de primer nivel. Pero esto tiene que ver con un trabajo metronómico no solo de entradas y salidas para las canciones y los parlamentos sino con la fantástica intervención de los músicos en vivo. La versatilidad instrumental del combo dirigido por Gaby Goldman es parte fundamental de la puesta. Las voces de los protagonistas en la interpretación es de primer nivel, con un elenco que reúne varios de los mejores exponentes de la comedia musical de nuestro país.
Las muy buenas actuaciones llevan al texto a numerosos lugares. Desde la sentida Diana compuesta por Alejandra Perlusky –que duda de intentar recuperarse para su familia y dejar el recuerdo de lado del hijo muerto- al excelente Dan de Alejandro Paker –que trata llevar adelante una familia en ruinas y plantea la duda sobre la validez de ese intento asi como los costos del mismo-, se plantean situaciones reales y palpables con la consabida inquietud que implica tomar una decisión. Florencia Otero es Natalie, la visceral hija adolescente que carga con la invisibilidad con que la ha sometido su familia mientras que Marcelo Meyer es Gabriel, el hijo muerto, desencadenante de toda esta situación. Su composición es excelente y es destacable su coqueteo entre ser un objeto de amor y pérdida asi como también –quizás- un cierto “villano”. Mariano Chiesa es el psiquiatra “estrella” que debería curar a Diana. Aquí, más allá de la destacable actuación de Chiesa, se pone el dedo en la llaga en la capacidad de algunos métodos para solucionar los problemas de los pacientes y si dicha solución no es más contraproducente que la enfermedad en si. Fernando Dente es el pretendiente de Natalie, con un personaje querible y que brinda momentos de alegría y que, quizás, también, recuerde a ese Dan que había sido cuando era joven.
Sin caer en golpes bajos y con excelentes letras para las canciones, “Casi Normales” es una propuesta dura, difícil y sentida que vale la pena ver más de una vez, gracias a la calidad de sus interpretes y de un texto absolutamente actual.