Cuando se lleva al celuloide la adaptación de una novela, ojos desconfiados se posan sobre el hecho cinematográfico. El caso de “Dormir al sol”, basada en la novela homónima de Adolfo Bioy Casares, no es la excepción a la regla.
Luis Bordenave (Luis Machín) es relojero y vive en Parque Chas, junto con su esposa Diana (Ester Goris), que empieza a sufrir diversos trastornos psíquicos con lo cual es internada en una clínica para su recuperación. La misma se produce pero con la sospecha de que algo ha cambiado en ella por lo que Luis decide investigar al respecto.
El abordaje al mundo fantástico que propone Bioy es llevado desde la primera escena con un perro llevando un mensaje para un anciano del barrio. Las alusiones a un mundo paralelo referido a las almas y a la cura de los males referidos a la misma, se ponen de manifiesto en la película, matizados con perros en balsas sobre el fondo celestial de un mar de notoria transparencia. De esta manera, la combinación de un desarrollo literal se matiza con escenas oníricas y metafóricas con respecto al texto de Bioy. Las escenas con los perros están bien desarrolladas y logran la comprensión tanto de aquél que leyó la novela de Bioy como el que no tuvo dicha chance.
La forma en que Alejandro Chomski lleva a cabo la narrativa de la puesta, respeta la originalidad del texto pero se ve envuelta en un laberinto con respecto a la definición de algunos de sus personajes. El Bordanave de Luis Machín, no termina de definir su estado ya que, si bien el motor de su vida es Diana, su parsimonia no es sacudida de la manera en que el personaje, al borde de su desesperación en la búsqueda de su amada, podría manifestarse. Su tono es apenas sacudido por las apariciones de su cuñada Adriana (Florencia Peña) y el titular de la clínica, el Doctor Samaniego (Carlos Belloso). Con lo cual, esa indefinición peca con lo que sería la construcción de un personaje rico para desarrollar. Justamente, Peña y Belloso con sus apariciones, brindan un aire fresco con respecto a la linealidad que venía teniendo la película.
Un detalle de color es ver las participaciones de Alfonso Pícaro y Eduardo Wigutow en la pantalla.
“Dormir al sol” navega en las dificultades de llevar un clásico de la literatura al cine. Si la buena voluntad corre de la escena a quienes buscan lo imposible en estas adaptaciones, seguramente, será un buen momento –nada más que eso- para disfrutar de una buena película.
Ficha técnica.
Título: Dormir al sol. Dirección y guión: Alejandro Chomski. Basado en la novela Dormir al sol, de Adolfo Bioy Casares. Con Luis Machin, Esther Goris, Carlos Belloso, Florencia Peña, Norma Argentina, Enrique Piñeyro, Mariana Chaud, Martín Urbaneja, Fabio Carrera, Alfonso Picaro, Vilma Ferran. Martín Masainer, Héctor Díaz, Eduardo Wigutow, Santiago García Isler, Mercedes Scapola y Norma Argentina. Fotografía: Sol Lopatin. Edición: Alejandro Brodersohn. Música: Ruy Folguera. Origen: Argentina. Años: 2010. Hablada en castellano. Duración : 84 minutos. Calificación: solo apta para mayores de 13 años