
Este jueves 1 de mayo, llega a las pantallas, “Tesis sobre una domesticación” de Javier Van Der Couter, que adaptó el libro homónimo de Camila Sosa Villada al cine. Corrosiva, con numerosas aristas a descubrir y analizar, Van der Couter realizó un trabajo absolutamente personal, que respeta la pluma de Sosa Villada a la que le agrega su propio talento. El resultado es un film cautivante que ya tuvo su participación en el BAFICI con éxito.
Quienes tuvimos el enorme placer de verla en dicho festival (y escribimos al respecto), esperábamos la presentación “oficial” de la película. La combinación de erotismo con los deseos de vivir de una mujer trans, toma por asalto a una platea sorprendida que, en ocasiones, toman el camino fácil de la indignación y el enojo. Es sólo la punta de un iceberg que apunta a diversas aristas. En un encuentro que tuvo la prensa con el director del film y los productores Laura Huberman y Ramiro Pavón, se produjo un diálogo más que interesante.
– ¿Cuáles fueron los principales desafíos a la hora de encarar la adaptación de la novela? Más que nada, teniendo en cuenta el hecho de que esté tan involucrada Camila en todo aspecto, de la producción a la novela pasando por la adaptación, el protagonismo…
JVDC: El desafío era …Veamos. Es una novela muy inspiradora y era un poco la sensación -al menos que tuve cuando leí la novela por primera vez-, de que algo o mucho de eso pueda estar en la pantalla. Sobre todo, el erotismo, que en la novela es tan contundente e inspiró el desarrollo de las escenas en la película.
Otro desafío con el que nos encontramos es que la novela aborda diferentes puntos de vista y en la película seguimos únicamente el de la actriz únicamente. A través de ella vamos conociendo como es todo su derrotero y el de los demás personajes. No olvidemos que el cine se cuenta diferente que la literatura. La novela está contada en tercera persona. Esto nos invitó a construir una tesis fílmica con cierta distancia sobre ese personaje que no vemos a través de sus ojos, sino que es uno que está siendo observado o contado. Sirvió para hablar algunas cuestiones que son puntos de conexión de cómo desarrollar un relato. A partir de eso empecé a descubrir, como director, una manera de mirar a esa actriz, de observarla y de acercarme tanto a ella como a los otros personajes.
Finalmente, fue un gran desafío porque se plantea esa conexión entre la literatura y el cine. Algunos leyeron la novela y eso obviamente los acerca a la película, algo que también se da al revés. Tienen finales distintos que, hablando de desafíos, fue uno de los más contundentes y más certeros.
– ¿Dirías que la experiencia de leer la novela o ver la película, se retroalimentan la una con la otra? No es que “no leo el libro ya que la película cuenta lo mismo”.
JVDC: ¡No! Lean el libro porque anda como por cien diferentes puntos de vista. Así como ustedes conocieron a los personajes en la película, hay caminos que tiene la novela que explora otras historias o el pasado incluso de la actriz. Lo mismo ocurre con la historia del niño, del abogado, del marido porque como saben, en la novela no hay nombres propios, sino está como narrada por roles: la actriz, el abogado, el borracho, el hijo, la madre. Muchos de esos puntos de vista la novela los propone y los explora y la película lo hace a través de la mirada de Camila.

– ¿Cómo fue el trabajo con Camila, en tanto creadora del material original y a la vez, protagonista de la película?
JVDC: Fue super desafiante, pero no tanto porque ella era la escritora de la novela. Estuvimos tres años adaptando su libro y llegamos al set sabiendo que son dos piezas distintas. Camila se entregó completamente a una actuación hipnótica y contundente, que salió de sus entrañas. El desafío era hacer una buena película y de la mano de Camila, fue orgánico y muy sencillo. Al fin y al cabo, es una de las mejores actrices de su generación.
Además, me gusta trabajar con no actrices y no actores. De hecho, hay muchos en la película.
Laura Huberman: Con respecto al guión, fueron muchos años de trabajo. Empezamos en la pandemia, por medio de “zooms”. Fuimos desglosando la novela y pensando varias opciones. Hubo muchas reescrituras. Por supuesto que había ejes fundamentales que tenían que ver con el erotismo. Como dice Javi, era un copy paste en el guión ya que esas escenas eran bastante fieles en la novela.
Por otra parte, estuvimos charlando y pensando mucho, desde el mundo cinematográfico, que es muy distinto al literario. Había algunas ideas para contar, como lo de los roles. Por ejemplo, en la puesta en escena en la vida de la actriz. Ahí se iba armando una estructura muy distinta a la novela. Obviamente había escrituras y reescrituras y cambió muchas veces. Al principio, fue más fiel a la novela y después fueron apareciendo escenas nuevas.
JVDC: La película sostiene un presente que la novela tiene pero quizá no aborda tantos momentos del pasado de la actriz y de los demás personajes. Fue una decisión de las más importantes. En las adaptaciones de la literatura al cine los espacios también se transforman. Entonces, la novela es un tipo de teatro con una narración y está descrito de una manera particular. En la película eso es bien distinto a la novela. Incluso hay algo de lo jerárquico de la actriz. Como dijo Camila, “la literatura es infinita, como la imaginación de cada uno de nosotros”. Podemos imaginar ese departamento, esa casa que ella habita de una manera. Eso, en la película se materializa en un 9° piso, en el centro de la ciudad en donde vive. Eso le da poder y jerarquía. Tiene un Skyline y una vista urbana que es pensada para construir esa actriz. El no contar tanto del pasado en la primera zona de la película se vincula a una mirada y una narrativa diferente a la que estamos acostumbrados cuando contamos historias de personas trans. Tiene que ver con no vulnerarla y permitirle al personaje ser incorrecto. No es, decididamente empático ni hay un esfuerzo por eso. No hay una mirada compasiva ni penosa sobre ese mundo. Plantea otra cosa. Son preguntas de qué pasa cuando una persona a la que estamos acostumbrados a ver narrada de una manera, se le da ese poder. Qué pasa con lo que sentimos en relación a la igualdad. Todo esto vuelve a la película algo distópica, abstracta y sin tiempo. La película explora todo eso, a diferencia por ahí de la novela, lo cual está bueno. Ahí tenemos algo que es, realmente, distinto.
– ¿Cuál pensás que puede ser la respuesta del público que va a haber esta película y no tiene idea de la novela ni tampoco de la autora?
JVDC: Está buena la pregunta. En eso hay dos piezas distintas que se nutren y vuelven a ese territorio, que amplifica la voz de Camila. Entonces, vuelvo a la novela primero porque es una pregunta recurrente, que tiene lógica. Camila tiene una voz en la literatura muy escuchada. La película, de alguna manera, es una mirada que suma y expande esa voz. No se pelea con eso. Por ahí, eso genera que estemos hablando de dónde nace todo. Es una historia que está construida por una persona trans para hablar de otra persona trans. Esto no es tan frecuente en el cine ni en la literatura. No hubiese nunca adaptado esta novela al cine, sino hubiese sido de la mano de Camila y sin saber de antemano, previo a que esté la primera versión incluso, que ella iba a ser la protagonista. Está muy ligado en mí, por mi vínculo artístico con ella, a partir de haber encarado varios trabajos y creaciones conjuntas.
– A partir de la recepción, hubo gente que puso el ojo en lo erótico y preguntaba si no cae en el mundo pornográfico. Después, te quería preguntar si no puede generar situaciones reaccionarias en cuestiones homóficas y/o transfóbicas. ¿Lo pensaron, lo previeron?
JVDC: No le dimos ninguna importancia. Me encanta la pregunta, por eso quiero entrar un poquito en el terreno del erotismo y el cine. Construir o crear escenas eróticas y sexuales en el cine construyen un rasgo más sobre el perfil de ese personaje, por decirlo de alguna manera. Tiene un desarrollo y éste se puede volver más o menos explícito, con una intimidad a la que el espectador puede acceder.
Hubo una idea de generar cierta conexión del espectador con el erotismo. Me gusta abordar algunas cuestiones a partir de cómo se relacionan los personajes eróticamente. La novela, por supuesto, lo permitía, al igual que en la traducción al cine. Después, es como todo. Lo que le sucede al espectador con esas escenas, tienen que ver con la recepción y no estuvimos tan pendientes. Te digo la verdad, cuando me encontré con ese universo que podía ser contado cinematográficamente, me pareció alucinante. El poder explorar el deseo de la protagonista, de ese goce sin culpa, colaboraba con este personaje que queríamos construir. Una mujer que toma decisiones y no está subordinada como quizás, estamos acostumbrados a que se nos cuenten las historias. Ahí había un punto y pensamos más en eso que en el efecto que podía llegar a pasar.
LH: Nos pasaba mucho mostrando el guión, al principio, que nos decían que era como una película del futuro. Lo charlamos incluso escribiendo, como que había algo del lugar que tiene esta mujer, que va más allá de lo que muestra la película y la novela. No es muy habitual mostrar que una travesti tiene derecho al goce, crisis existencial y familiar o se hable sobre sus vínculos. No es “normal”. Por ahí, se contaba más el proceso de la transición, verlas más vulneradas o contar más su pasado y demás. Por eso, me generaba cierta incógnita como iba a ser la recepción. La verdad es que lo que viene sucediendo, tanto en Chicago como en México, en España y ahora en el BAFICI, es muy bueno. Hay gente que nos agradece, como vos. Hay algo de acto político que nos dicen sobre esta película, más allá de este contexto puntual. Creo que, desde siempre, estos temas están en boga, más puntualmente hoy con este gobierno y con lo que está pasando con las distintas derechas del mundo. Tenemos una recepción muy interesante, que genera mucho debate. Seguramente, habrá gente a la que no le guste y, como vos decías, pueda generar algún odio, algo transfóbico. Eso está siempre, pero me parece que está bueno ponerlo en debate y que la película genere charla y pensamiento. Cuestionarnos un poco al respecto.

– Justo te iba a preguntar, por el carácter “contestatario” de la película por el contexto en el cual se está viviendo. Más, con su proyección en España y aquí, con gobiernos de derecha.
LH: No fue pensado. No era la intención de la película que sea así. Menos lo que está sucediendo en el mundo….
JVDC: Lo que pasa es que algunas, no me gusta llamarlas “minorías” sino “disidencias”, estamos acostumbrados a ver cómo se cuentan nuestros vínculos, nuestros encuentros eróticos y, sobre todo, el aspecto vincular. Cuando hicimos el guión, también había una derecha que no estaba en el poder, pero siempre está la mirada fascista, fóbica, homodiante y transodiante. Sabíamos que, lo que proponía la película, iba a generar alguna reacción, pero el mundo es así. Lamentablemente, estamos en el lugar que estamos y con quién está. Entonces, la película se vuelve política. En este caso, no era difícil de imaginar que podía generar algunas reacciones porque eso ya existía quizá de manera más subrepticia. Nuestro país cambió muchísimo a partir de la Ley de Identidad de Género. No hay que olvidar eso y que ahora, estamos en otro lugar, con otra mirada y otra perspectiva. Hay que defender lo obtenido y el cine es una herramienta para seguir mostrando, defendiendo y contando estas historias. Si bien este momento es picante, doloroso y en un punto, lamentable, tras el discurso en Davos, hubo una reacción. Las ciencias están también acostumbradas, desde hace tiempo, a ese tipo de miradas. La película, en ese sentido, apoya en todo momento y se vuelve contestataria.
– Ahí entra la palabra “domesticación” justamente.
JVDC: Bueno, porque también a veces el cine está domesticado, ¿no? De repente cuando encontramos relatos que están un poco corridos, un poco distópicos, como decía Lau, va de acuerdo a quién mira. El cine es un viaje de a dos y el espectador ocupa un lugar muy importante en ese fenómeno, en esa energía, en esa conexión. Es por lo que cada uno va a la película. No es solamente lo que la película dice y genera.
– ¿Qué esperan que se lleve el público? ¿Qué reflexión o debate se busca en general?
JVDC: Esa conversación deja muchas veces afuera a los que hicimos la película. Pertenece a los que la vieron. En lo personal, más que esperar algo, si genera alguna pregunta me parece mejor que arrojar una certeza o una máxima sobre algo. Que te interpele algo de lo que viste en la película, está bueno. Si bien la protagonista es una actriz trans, creo que el tema de la domesticación es común a todes. Sabemos las cosas que ocurren en una relación por diferentes razones. Puede ser por vincularnos con una persona de una determinada manera, más allá de los acuerdos que cada uno haga y demás. Estoy hablando concretamente de una pareja. Hay algo que tiene que ver con una atención permanente que nos es común a todos. La mayoría nos resistimos a ciertas cosas que están ligadas a la modificación, a lo cotidiano, a la forma de familia, al mandato. La novela y la película arrojan estos temas que tienen que ver con muchos más espectadores que con lo queer. Nos llega a todos.
– Pensaba en el trabajo con el niño-actor que tiene varios diálogos que lo exceden en edad en la vida corriente. ¿Cómo lo prepararon? ¿Cómo trabajaron con él?
JVDC: Trabajamos con María Laura Berts y su equipo. Con María Laura habíamos hecho “Mía” que tenía una historia con una niña, que era Maite Lanata, una gran actriz que, en ese momento, tenía 8 años. Ahora, elegimos un niño que parece más chico de lo que es (tenía 9-10 años cuando filmamos). Por eso, hay otra capacidad de comprender un montón de cosas. Después, en el set fue bastante orgánico el trabajo. Fue como un juego, el contarle todo. A veces, los chicos saben y conocen mucho más que nosotros, los adultos sobre cómo relacionarse con el amor, con la paternidad y la maternidad. Nacho no fue la excepción. Realizó un trabajo hermoso con sus herramientas y en la forma en que se acercó al set, de una manera sensible. Es un niño super especial, muy amoroso ese
– ¿Cuánto tiempo la filmaron entre los exteriores y la preproducción?
JVDC: Fueron seis semanas de rodaje pero interrumpidas. Hicimos Buenos Aires y se filmó un 60% de la película en el CCK, que tuvo un diseño de producción. No sé si se dieron cuenta, pero el departamento de la actriz y el abogado está construido en el último piso del CCK. O sea que, en sí, el departamento no existe. Fue escenográfica la idea para conectar ese micro mundo por donde ella circula. El teatro y la escenificación de la vida, en un mismo espacio.

– Suele haber películas que, tomadas a partir de un libro, se les cambia el título. ¿Pensaron eso con “Tesis”?
JVDC: No, no. En un momento pensamos en que quizás el nombre “Actriz” era bueno, pero no. Nos enamoramos de la novela, del título y de lo que significaba. Además, viste que las cosas funcionan distintas de la literatura que en cine. Sí no lo cuestionamos, fue un poco por eso. Ya en el diseño de Leandro Ibarra había una propuesta que quede más una palabra que otra.
– ¿Cómo viene el tema «distribución»?
Ramiro Pavón: La verdad es que el cine argentino tiene muchos problemas para distribuirse y mostrarse.
LH: En el caso del MALBA, es una condición que se exhiba la película en otra sala. Esto, va más allá de las dificultades en la distribución, que son ciertas. En este caso son dos salas en Capital Federal.
RP: Este tipo de películas más chicas, más independientes son más difíciles que lleguen, como si llega Suar, que está en todo su derecho.
JVDC: Está bueno el enfoque de que vaya público común que no está tan interesado en la temática. Que no sea solo de distracción.
LH: Lo ideal sería que esté en el cine y se pueda ver lo más posible. Esa siempre es nuestra idea pero bueno…
JVDC: No es menor con lo dificultoso que es hoy hacer una película, llevar a la pantalla a una gran autora como Camila es una responsabilidad hermosa, pero es una gran responsabilidad. Esperamos que se conecte con la gente a partir de la literatura y sus seguidores.
RP: Lo último para decir es que la situación del INCAA es cada vez peor. El año pasado ni este se financió ninguna película. No sabemos qué hacer ni qué va a pasar. Lo están vaciando y están echando gente. El Fondo de Fomento desapareció. Esta película tuvo financiación con fondos estatales argentinos –INCAA, fondo de Córdoba- y mexicanos. El dinero se mandó para acá y se gastó en Argentina en contratar gente, proveedores argentinos y en cargas sociales. Toda esa plata quedó dentro de Argentina. Lo decimos frente a ese discurso de que no se sabe que se hace con la plata. Se gastó y se quedó en la Argentina. Somos una industria que estamos en peligro de que desaparezca.
LH: Agrego una cosita más a lo que dice Rami. Estaría bueno que el cine independiente no solo sobreviva. Siempre estamos diciendo “ojalá que sobreviva” pero debe hacerse con los recursos que merece realizarse. Todas las películas que hacemos, estamos cortando guiones, o sacando escenas en rodaje, o viendo cómo se hace. El cine es un trabajo digno que genera muchos puestos de trabajo. Más allá de que subsista el cine -que es muy importante- debe hacerse con los recursos que merecen. Que haya mucho más apoyo para hacer este tipo de cine y que no tengamos que estar siempre con la soga al cuello para filmar este tipo de películas.
JVDC: Más con el valor que tiene el cine argentino. No se va a estrenar nada en ningún festival porque no se filmó nada.
Funciones.
Malba Cine (Viernes de mayo, 20 h); Cine Arte Cacodelphia (Del 1° al 7 de mayo, 20:50 h), Espacio Incaa Chauvin – Mar del Plata (Miércoles 7 de mayo, 20 h), Espacio Incaa Cine Teatro Italiano – Chacabuco (Domingo 4 de mayo, 21 h y martes 6 de mayo, 18 h), Espacio Incaa Cine Teatro Avenida – Bolivar (Jueves 1 de mayo al domingo 4 de mayo, 22 h), Espacio Incaa Cine Teatro Renzi – La Banda (Viernes 2 de mayo al lunes 5 de mayo, 20 h), Espacio Incaa Cine Auditorium – San Salvador (Viernes 2 de mayo y sábado 3 de mayo, 21 h), Espacio Incaa Centro Cultural Cotesma – San Martin de los Andes (Viernes 2 de mayo al miércoles 7 de mayo 20 h)
Ficha técnica.
Dirección: Javier Van de Couter. Guión: Javier Van de Couter, Camila Sosa Villada y Laura Huberman. Con Camila Sosa Villada, Alfonso Herrera, Carlos Cano, Adriana Ferrer y Susana Varela. Fotografía: Luciano Badaracco. Edición: Mariana Rodriguez. Dirección de arte: Mariela Ripodas. Sonido: Javier Umpierrez. Música: Catriel Nievas. Producción: Laura Huberman, Ramiro Pavón, Gael García Bernal, Mónica Perez Vargas. Producción Ejecutiva: Laura Huberman, Ramiro Pavón, Diego Luna y Kyzza Terrazas. Compañía productora: Aurora Cine, La Corriente del Golfo, Oh My Gomez. País: Argentina y México. Año: 2024. Duración: 114’. Idioma: Español.