Este disco es el segundo en la carrera de este bajista, alma mater de bandas como Clap y La Portuaria, cuya cara visible era Diego Frenkel. Basso elige para su segundo disco solista un camino diferente al que había iniciado en su álbum debut ya que aquí se rodea de un nutrido contingente de músicos invitados entre los que se destacan Charly Garcia, Daniel Melingo y Alejandro Teran.
La multiplicidad de ritmos y géneros es el punto seminal de un disco ecléctico, bien grabado y mejor interpretado. En esta melange de músicas, se pueden apreciar algo de country, folk, música de los Balcanes e inclusive algún número de music hall. De los doce temas que cuenta el disco, solo dos son “cantados” por decirlo de alguna manera, que son “Mellon” y “Mademoiselle Pony”, que son excelentes.
La creación de climas a través de una soberbia interpretación permite que el disco se transforme en una especie de caleidoscopio de viaje en el cual se irán descubriendo todos los destinos de este viaje imaginario.
Lejos de encuadrarse en lo que sería el “rock”, Christian Basso amplió su horizonte de expectativas y búsquedas musicales en un álbum que no tiene desperdicio. “La Pentalpha” es de esos discos que uno pone tanto a la noche como a la mañana y siempre encuentra algo nuevo con lo cual sorprenderse.
La multiplicidad de ritmos y géneros es el punto seminal de un disco ecléctico, bien grabado y mejor interpretado. En esta melange de músicas, se pueden apreciar algo de country, folk, música de los Balcanes e inclusive algún número de music hall. De los doce temas que cuenta el disco, solo dos son “cantados” por decirlo de alguna manera, que son “Mellon” y “Mademoiselle Pony”, que son excelentes.
La creación de climas a través de una soberbia interpretación permite que el disco se transforme en una especie de caleidoscopio de viaje en el cual se irán descubriendo todos los destinos de este viaje imaginario.
Lejos de encuadrarse en lo que sería el “rock”, Christian Basso amplió su horizonte de expectativas y búsquedas musicales en un álbum que no tiene desperdicio. “La Pentalpha” es de esos discos que uno pone tanto a la noche como a la mañana y siempre encuentra algo nuevo con lo cual sorprenderse.