Tres historias fragmentadas acerca de parejas son la piedra inicial de esta puesta que plantea diversas situaciones fácilmente reconocibles para el público. Si bien muestra personajes bien definidos en su intencionalidad –hombres vacíos y de poco vuelo, destinatarios de toda burla y sorna- , se queda en el chiste fácil y la crítica banal, sin profundizar lo esbozado, contando con la risa fácil de un público poco proclive a ver más allá del “chiste”. De esta manera, la obra se hace lenta en su desarrollo y larga en su duración. La dramaturgia plantea historias simpáticas y obvias, con vueltas sobre la misma situación para “aclararla” y la consabida “segunda chance” de volver a encontrar el amor tan deseado, logrando el previsible “happy end”. Aquí hay un punto a mencionar, que muchos periodistas tenemos la manía de preguntar: ¿De qué se ríe el público cuando se ríe? Porque en este caso, es una risa que suena como festiva y alegre frente a una situación patética por su contenido. No es que uno se pone “viejo” o “moralista” pero es un texto que carece de ironía y muestra lisa y llanamente a un tipo superficial, que solo piensa a corto plazo o un machista futbolero, que le gusta “garcharse a todas las minas”. Cuando esas risas alegres son de mujeres, uno se queda pensando al respecto. “Esencias” es un entretenimiento, de risa pasatista acorde a un joven argentino cool promedio, con todo lo que esto implica.
Esencias (Teatro)
Lo obvio como un todo
Dramaturgia y dirección: María Fernanda Casares. Con María Fernanda Casares, Emiliano Lobo, Javier López, Alejandra Peralta, Natalia Schvetz y Martin Tecchi. Vestuario: Mariángeles Gelosi. Realización de escenografía: Javier López.
Teatro El Piccolino. Fitz Roy 2056. Sábado, 23.30 hs.