Maestro del ilusionismo, más precisamente de la cartomagia, René Lavand es una institución en si mismo. ¿Quién no ha visto al gran René haciendo sus pases de magia en medio de una historia que solo él, puede contar con tanta gracia? Consultado sobre el origen de los trucos, afirma con la modestia de quienes la tienen muy clara, “baraja las cartas la mano de Dios”.
Nestor Frenkel, aquél que pergeñó con gran éxito el documental “El amateur”, toma aquí a un personaje fascinante para correr el velo de su historia. Conocido por dos generaciones de televidentes y redescubierto tanto por jóvenes como por adultos, René Lavand abre las puertas de su vida que se centraba en Tandil. En compañía de su esposa Nora, y con un encanto particular y personal, Rene Lavand es protagonista a partir de sus acciones cotidianas. Desde el prepararse para un show hasta el ir a comprar una botella de grapa a la casa de vinos de Tandil. De esta manera, viajando al pasado a través de cintas y recuerdos, desfilaran distintas presentaciones que realizó en España, China, e inclusive en el Ed Sullivan Show, el gran show de Estados Unidos que hizo despegar la carrera de un grupo de melenudos británicos que se hacían llamar….The Beatles.
Dice René Lavand, en uno de sus relatos relacionado a los naipes, que «he venido a engañarlos una vez más, con una noble carta”. ¡Tiene razón! Uno mira asombrado, con alegría, esa habilidad para desarrollar el arte de la ilusión.
Dice René Lavand, en uno de sus relatos relacionado a los naipes, que «he venido a engañarlos una vez más, con una noble carta”. ¡Tiene razón! Uno mira asombrado, con alegría, esa habilidad para desarrollar el arte de la ilusión.
En esa intimidad lograda con naturalidad por Frenkel, Lavand muestra su talento con pequeñas historias y leyendas que transcienden a las cartas. Incluso, uno de esos relatos es sobre un niño que pierde su mano derecha y que, debido a su queja a los dioses, es encerrado en una mazmorra. También devela el secreto de su mano derecha, para todos aquellos que hemos escuchado las más disparatadas versiones acerca del destino de la misma.
Maestro de la pausa, del relato y sus silencios, las historias que cuenta Lavand retoman parte de su propio mito y lo llenan de magnetismo. De esta manera, cuenta su gusto por la esgrima (“la esgrima me enseñó a estar en guardia”) y la relación que tiene con quienes quieren conocer su arte. Él los llamará “discípulos”, uno de los cuales tendrá tatuado a René en su hombro izquierdo.
El documental captó aquellas situaciones pequeñas que lo muestran a Lavand lejos del mito que es pero sin perder elegancia. Incluso, la confusión del teléfono de su casa con una remisería, despertará aún más simpatía.
Con “El gran simulador”, Néstor Frenkel vuelve a mostrar un documental rico, de calidad, que captará la atención inmediata del espectador. Ya sea para descubrir o volver a sorprenderse con el talento del gran René Lavand.
Ficha técnica:
Título original: El gran simulador. Título en Inglés: The Great Pretender. Guión y dirección: Néstor Frenkel. Con René Lavand, Nora Gómez, Rolando Chirico y Diego Santos. Fotografía: Guillermo Nieto, María Laura Collasso y Diego Poleri. Dirección de Arte: Román Marotta. Sonido: Fernando Vega y Hernán Gerard. Música: Gonzalo Córdoba. Producción: Sofía Mora. Producción ejecutiva: Sofía Mora, Daniel Werner y Carla Martínez. Compañía Productora: Vamosviendo Cine. País: Argentina. Año: 2013. Formato DM. Color + B&N. Duración: 76′.