El “Me veras volar/ por la ciudad de la furia/donde nadie sabe de mi/y yo soy parte de todos”, de Gustavo Cerati, sería un buen comienzo para empezar a diagramar “Dromómanos”.
Las historias de aquellos personajes que viven en condiciones extremas parece ser de un fuerte interés para Luis Ortega. En este caso, la lente de su cámara se concentra en diversos personajes y situaciones laberínticamente enriquecedoras y atrapantes. La relación de dos hermanos (Pedro y Spaghetti Pedroza) con un exterior que incluye a un cerdito y a Camila, como musa del deseo de Pedro; la de Fermín, un internado en un neuropsiquiatrico en relación con Phius, una chica que lo atiender y un psiquiatra perdido en las aguas del alcoholismo pero con visiones místico-poéticas.
Este paisaje, retratado con crudeza por Ortega, cuenta con un contexto en el que se incluyen las drogas y la religión pero de manera no condicionante al relato. La relación con la Iglesia Evangélica de Pedro, creyente de la mejora personal a través del rezo y el poder presenciar hasta un exorcismo, es ilustrativo del como se busca una salvación que va más allá del alma y del «pan nuestro de cada día».
Esa misma búsqueda la realiza el psiquiatra pero a través de otras “sustancias” y une ambos mundos, de marginalidad y de carencias varias con el de un hombre que tuvo la chance de estudiar y desarrollarse como individuo. Hete aquí que todos estos personajes buscaran sus propios refugios “antes que todos despierten”.
Este paisaje, retratado con crudeza por Ortega, cuenta con un contexto en el que se incluyen las drogas y la religión pero de manera no condicionante al relato. La relación con la Iglesia Evangélica de Pedro, creyente de la mejora personal a través del rezo y el poder presenciar hasta un exorcismo, es ilustrativo del como se busca una salvación que va más allá del alma y del «pan nuestro de cada día».
Esa misma búsqueda la realiza el psiquiatra pero a través de otras “sustancias” y une ambos mundos, de marginalidad y de carencias varias con el de un hombre que tuvo la chance de estudiar y desarrollarse como individuo. Hete aquí que todos estos personajes buscaran sus propios refugios “antes que todos despierten”.
Por otra parte, cada historia da cuenta de relatos pertinentes a una sociedad miope ante aquello que no responde a sus cánones. No para incluirlos sino para ocultarlos al tiempo que cuenta con el sadismo propio del que disfruta de la humillación del débil, del desposeído. Mostrar a través de un film que tiene como idea el contar historias pero sin el deseo de juzgarlas. Es un “In your face” sin anestesia. La vulnerabilidad de los personajes, que bordean la ruina y la locura, también dan cuenta de la naturaleza del ser humano que busca otra salida cuando se toca fondo. El sufrimiento y la soledad más extrema, también abre una ventana –por más chiquita que sea- hacia el deseo de enamorarse o componer una canción.
Luis Ortega muestra una desconocida Buenos Aires que esconde bajo su alfombra, a aquellos «sin jeta» que no son dignos a los ojos de sus exigencias al tiempo que inquiere, perturba e incomoda con su “Dromómanos”. Esto, de por si, es mucho más que destacable.
Ficha técnica
Con Alejandro Tobares, Luis María Speroni, Ailín Salas, Brian Buley y Camila Maidana. Título de Exhibición: Dromómanos. Título Original: Dromómanos. Título en Inglés: Roamers. Dirección y guión: Luis Ortega. País: Argentina. Año: 2012. Formato HD. Color. Duración: 64′. Edición: Rosario Suárez. Producción: Ignacio Sarchi y Luis Ortega. Compañía Productora: Lulu
Dolorosa, cruel, real, necesaria, el mundo que no queremos ver, la sociedad que supimos conseguir.