Ella lo dice también
Autor e intérprete: Juan Pablo Geretto. Dramatugista: Virginia Martínez. Diseño de luces: David Seldes. Diseño de vestuario: Magda Banach. Diseño y realización de pelucas: Eugenia Palafox. Realización de maquillaje: Juan Gasparini. Asistencia de dirección: Maru Reinoso. Realización de vestuario: César Taibo. Estilismo de pelucas: Diego Finos. Fotografía: Alejandra López. Diseño gráfico: Flor Bembihy. Dirección: Virgina Martínez y Juan Pablo Geretto.
El Camarín de las Musas. Mario Bravo 960. Viernes y sábados 20 y 22 hs.
El escenario está prolijamente decorado. Pequeñas luces se hacen ver en el piso, como si fuera un camino. En el marco de esa iluminación tan particular, aparece ella. Toma el centro de la escena, con su porte más que importante y con muchas ganas de hablar. Su nombre es Estrella, una vendedora de productos de belleza por catálogo.
A partir de estos datos, empieza el ida y vuelta entre lo que ocurre en el escenario y el público presente.
Será la propia Estrella quien cuente su historia con lujo de detalle pero sin escatimar un ápice algunas particularidades de su vida. En ese momento, el humor –con cierto toque de horror- se hace presente sorprendiendo a más de uno. La risa para enfrentar los designios de una vida en la que todo aquello que le ocurrió, fue por otros que decidieron por ella. Estrella como testigo privilegiado de su propia vida. En este punto, se combinan una gran cantidad de observaciones. Tal como el machismo, las relaciones familiares, los mandatos asi como esas dinámicas tan especiales que son moneda común en un pueblo, etc.
La pluma de Geretto se ubica en lugares tan ricos como corrosivos. Por ejemplo, esas situaciones que ocurren en los pueblos del interior distan de aquellas que suceden en la ciudad, donde hay una visión diferente. Como si hubiese un “horror de ciudad” y un “horror de campo”. La “Tía Ta-Te-Ti” es elocuente al respecto.
En esta línea, Geretto juega con los estereotipos y clichés como puntapié inicial para el desarrollo de una historia en un lugar común, considerado este como un espacio en el que estamos todos y todas. Allí se desarrollan las acciones con un ritmo veloz más allá del frenesí con el que se abre la obra, un verdadero shock en tanto plantea el contrato de lectura que establece la puesta para su disfrute.
Igualmente, el espectador atento se sorprenderá no solo con la versatilidad de Geretto arriba del escenario sino de la recepción del parte del público. La risa que va más allá de la provocación para instalarse en un lugar de cierta hilaridad siendo ésta la única forma de poder relatar esta historia. Las diferentes capas de lectura que tiene se manifiestan en esas reacciones un tanto sorpresivas en tanto lo que ocurre. Por este motivo, apenas finalice la obra, el deseo de comentar e intercambiar opiniones estará a flor de piel.
Juan Pablo Geretto es de los pocos hombres que se animan a hacer unipersonales. Siempre con una calidad por demás destacables y con temáticas que giran alrededor de mundos particulares a los cuales dota tanto de humor y corrosividad, sin perder nunca la identidad de aquellos.