Aguafuertes porteñas: El #8M, 2019

En Buenos Aires pasan cosas. A veces uno se entera por circunstancias relacionadas a su actividad o simplemente porque la casualidad metió la cola. De esta manera y con esta impronta, se relatarán historias y hechos varios dignos de mención.


Por Cecilia Inés Villarreal

El 8M fue un día que venía revolucionando mi interior. Tenía la certeza que iba a ser enorme y su relevancia iba a tener ecos en todos lados. No me equivoqué en lo más mínimo. El subte A, testigo de las mujeres que se dirigían a la marcha, delataba expresiones de alegría,sororidad y concientización. Chicas esperaban a otras para la gran juntada.

Llegamos a la conferencia de prensa de Actrices Argentinas en la esquina de Talcahuano y Perón donde un océano de camarógrafos, prensa y curiosos se agolpaban para obtener unos minutos de testimonio de integrantes de este colectivo.
Allí se encontraban Mirtha Busnelli, Jazmín Stuart, Andrea Rincón, Anita Co, Ana María Picchio, María José Gabin y Alejandra Flechner entre otras. Thelma Fardín era entrevistada por varios medios ante la mirada atenta y curiosa de los celulares de adolescentes, ansiosas por verla. 

Laura Azcurra, en diálogo con los medios
En el marco de la conferencia, tuvimos la posibilidad de hablar con dos actrices de gran prestigio como Luisa Kuliok y María José Gabin.

-Luisa, ¿cómo ves este #8M tan particular?
-Luisa Kuliok: Lo veo como un día muy importante. Como año a año, crece esta marea verde que aglutina diversidades sexuales. Con toda la fuerza que nos corresponde, que traemos de siglos. Una herencia de muchos siglos de un patriarcado, de un sistema que nos ha ahogado a lo largo de tanto tiempo. con luchas que viene de muy lejos, que han costado muchas vidas. Uno, de alguna manera, se siente honrando a esas mujeres al estar hoy en la calle, celebrando la lucha y la búsqueda de la libertad. O sea, honrando el pasado y también a quienes nos van a seguir. Tengo una nieta y una hija y ambas forman parte de una comunidad. Todas aquellas diversidades sexuales…Uno siente que va hacia adelante.  El presente de hoy nos lleva hacia atrás con el respeto y el amor, que nos lleva hacia adelante.
Luisa Kuliok, en medio de una nota con los periodistas
-María José Gabin: Es la consecuencia de una lucha que se viene dando en estos últimos dos años. Quizás, tal vez, desde la declaración de la Ley de Matrimonio Igualitario, se hicieron presentes pero en, ese caso, eran ambos sexos. Pero en estos últimos años, hubo una renovación muy fuerte del movimiento feminista, no solo acá sino en todas partes del mundo. Esto que está pasando hoy, ocurre simultáneamente en otros lados.

-Es un 8M especial, más con lo que ocurrió en Jujuy… ¿Lo sentís eso en la calle?
– LK: Si. Más que nada porque hay denuncias concretas. Se está pidiendo que se le haga juicio a las personas que no cumplen la ley.  Estaba la Ley de Interrupción del Embarazo y no se cumplió. Pasó en Jujuy, en Tucumán…Es un horror lo que se está haciendo, de usar a las mujeres como envase. A las niñas, como envase! Con una gran hipocresía y una gran mentira detrás alegando cualquier cosa, sosteniendo la falta de ley y la clandestinidad. Acá el Estado tiene que estar presente para hacer cumplir la ley y garantizar que se cumplan nuevas leyes que deben proclamarse tal como la del Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

María José Gabin, con la frente en alto y los medios atrás.
– MJG: Creo que va creciendo año a año. Me acuerdo el año pasado que salí y filmé un poco, como venía la gente a la marcha. Este año, creo que va a ser aún mayor la concurrencia. 

-¿Cómo ves la repercusión que está teniendo la marcha en los medios? Algo de lo que siempre se habla por la no cobertura que se realiza…
– MJG: Si. Antes de venir acá, vi un poco y vi que estaba bastante movilizados. Tal fue el caso de C5N y algunos canales de cable. Incluso, la Televisión Pública estaba pasando el movimiento de las chicas en la calle.

– LK: Hoy vi que se la estaba cubriendo. Antes de venir, prendí la televisión para ver que estaba pasando…Y si, es inevitable. No sé que va a pasar mañana…depende quien lo recoja. Puede haber millones de personas y te dicen que fueron mil…No lo sé. Siempre es tendencioso lo que dicen algunos medios. Pero nosotros hacemos nuestra parte. lo nuestro está en la calle, en lo cotidiano, en las luchas de presencia. De estar y acompañar a las mujeres que se atreven a hablar. Nosotras hacemos nuestra parte; otra parte la tienen que hacer los jueces, otra el Estado. Que cada uno haga su parte.


Jazmin Stuart, Laura Azcurra, Marina Glezer y Zuleika Esnal, 

La frutilla del postre fue la foto grupal con los puños verdes en alto y los rostros aguerridos junto a los cánticos a viva voz. Ningún lente se atrevió a perderse esta postal épica.

Finalizado el encuentro con los medios, las Actrices marcharon con la frente bien alta hacia Avenida de Mayo mientras grupos de mujeres de diferentes edades (jóvenes, adolescentes, niñas y de edad madura) se acercaban y se sumaban al reclamo.

La multitud femenina era avasallante. Cubría toda la Avenida de Mayo y no quedaba espacio para moverse. Pero eso no importaba en lo absoluto. La energía que se respiraba era intensa, emotiva y se multiplicaba al ver a las chicas que pasaban con carteles coloridos, referidos a las problemáticas de la trata, aborto legal y seguro y el #NiUnaMenos.  Luchamos por infancias libres y sin abusos”; “Somos el grito de las que no tienen voz” ; “No están perdidas, son desaparecidas para ser prostituidas”; “Vivas y libres nos queremos” eran algunas frases que se leían con un efecto enorme. De lo más movilizante era ver a nenas preadolescentes con carteles como “No a las niñas madres” o una paráfrasis de la ronda infantil del Arroz con leche “No sé coser, no sé bordar, pero sé abrir la puerta para ir a luchar”. ¡Tremendo!

Las referencias a las brujas y a la Inquisición se sumaban a las consignas ya que la Iglesia jugó un papel fundamental en la condena de las mujeres desde tiempos inmemoriales como putas, indecentes y contestatarias. Como dice la lamentable frase: “Calladita te ves más bonita” o la línea del poema de Neruda, “Me gustas cuando callas”. O sea, no hables, no opines. NO JODAS.

Una de las escenas más significativas fue ver a una madre con su niña de un año de edad a upa. La nena tenía un letrero que decía «Mi primer 8M» que irónicamente hacía alusión a los festejos de cumpleaños típicos. Pero en este caso, el “inocente” cartel junto a la  presencia madre-hija van a tener consecuencias positivas en el futuro porque esa nena va a crecer en un ambiente sano, respetuoso y de empoderamiento. En síntesis, va a saber defenderse, a alzar su voz.

Sobre la Avenida 9 de Julio coexistían dos colectividades de regiones muy lejanas del mundo: una mujer ataviada toda de negro estaba parada sosteniendo un letrero que decía «Nos están matando a las mujeres sirias. El mundo nos ignora». A escasos metros, un grupo de mujeres del altiplano tocaban sus instrumentos típicos mientras bailaban en ronda. Ambas escenas refuerzan la situación de vulnerabilidad de la mujer, que desconoce fronteras ya sea geográficas, religiosas y de cualquier índole. Dos continentes, dos religiones y dos visiones de mundo estaban hermanadas y unidas por la misma causa.

Vale añadir que las mujeres sub-80 estuvieron presentes en la convocatoria y se las veía libres, sin miedos y con el alivio de pronunciar palabra luego de años de soportar la naturalización del patriarcado. En las caras de estas señoras se podía ver a la abuela, a la tía sumado a las anécdotas familiares de las dinámicas de poder incuestionables y arbitrarias.

A lo largo de la Avenida, los clásicos puestitos de venta de pañuelos, pins y remeras eran infaltables como así también el de comida al paso como choripan y patys.

Uno de los momentos de clímax fue la murga de la Escuela Popular de Música de Avellaneda que le puso ritmo, garra y baile espontáneo en la intersección de Avenida de Mayo y Bolívar. Una de las expresiones artísticas más antiguas y catárticas se dio cita con saltos, aplausos y tambores frenéticos. El temblor se hizo oír con la música, las consignas musicales y la marea feminista que inundaba las calles. En definitiva, una fiesta inolvidable que incomodó y asustó a muchos. Lo llamativo era que los escasos hombres que circulaban por el Microcentro, cruzaban rápido las calles y sin hacer ningún tipo de contacto visual. El interrogante que surge es el porqué esa actitud, ese grado de incomodidad y de evasiva.

Como dice la canción de Liliana Felipe: Nos tienen miedo porque no tenemos miedo. Más elocuente, imposible.


Texto realizado por Cecilia Inés Villarreal, fotógrafa y comunicadora social. Fotos exclusivas de Sensibilidad en Foco: https://www.facebook.com/SensibilidadEnFoco/

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