Aguafuertes porteñas: Marcha #NiUnaMenos 2016

En Buenos Aires pasan cosas. A veces uno se entera por circunstancias relacionadas a su actividad o simplemente porque la casualidad metió la cola. De esta manera y con esta impronta, se relatarán historias y hechos varios dignos de mención.


Esta era una marcha de la que nos gustó participar. El 3 de junio del año pasado hubo una importantísima concentración en pos de la visibilización de la cantidad de femicidios que estaban ocurriendo asi como un fuerte llamado de atención con respecto a la violencia de género. El reclamo por la implementación de la ley 26.485 mediante la cual se exigía política pública, presupuesto adecuado, creación de refugios, patrocinio a nivel judicial de las víctimas asi como medidas de prevención y cuidado.

 Hubo 286 víctimas de femicidios en 2015 y 66 muertes en los primeros cien días de 2016. La llegada a la presidencia de la Nación de un hombre que había dicho “A todas las mujeres les gustan los piropos, aunque les digan qué lindo culo tenés” y que no se caracteriza por ser una persona con conciencia social y afín a la defensa de los Derechos Humanos

Este era el contexto en el cual fue necesario gritar #NiUnaMenos una vez más.



Las marchas no comienzan solo en el lugar físico desde el cual se congrega la gente para manifestarse por un hecho determinado. Desde el mismo momento en que uno toma un medio de transporte y se va topando con similares que van al mismo lugar, se produce una comunidad especial. Además, es más que obvia la reacción de los transeúntes frente a este fenómeno. Tomamos el subte A, desde la cabecera en San Pedrito para dirigirnos a la concentración a realizarse en Congreso por #NiUnaMenos

Al llegar a la estación Puan, sube un buen número de chicas y chicos que iban a la marcha, entonando canciones con respecto a los derechos de las mujeres, e al aborto libre y gratuito asi como en contra de las políticas del presidente Mauricio Macri. Como es costumbre en nuestra sociedad, hubo una importante indiferencia palpable en el elocuente fastidio de una señora que podría haber sido retratada por el estribillo de “Los viejos vinagres” de Sumo o el rap medio de “La grasa de las capitales” de Seru Giran. Se bajo rápidamente, espantada frente a lo que sus ojos incrédulos, percibían.


Llegamos a Congreso y empezamos a caminar entre la gente. Muchos adolescentes se congregaban para la marcha. Mujeres y una buena cantidad de hombres se reunían para pedir políticas serias con respecto a la violencia de género y al fín de los femicidios. Se ven varios adultos mayores marchando con carteles alusivos a la marcha y que daban cuenta del contenido político de los reclamos.

Al respecto, varios centros y agrupaciones de estudiantes dicen “presente” en la marcha. Lo mismo ocurre con algunos sindicatos, tal como el Sindicato Unidos Trabajadores Custodios Argentinos que inclusive reparten volantes explicando el porqué de la participación en la marcha. Algunas agrupaciones kirchneristas y la izquierda también forman parte del encuentro sin que haya ningún tipo de inconvenientes. Hay un pedido de “no al vaciamiento de las políticas públicas destinadas a prevenir y erradicar la violencia de género”. Un militante veterano de muchas marchas sobre sus hombros, lleva un cartel que dice “No al femicidio. Si al aborto seguro, legal y gratuito. Si al 82% móvil, no a los aumentos de precios. PTS. Lanús Oeste. Villa Obrera”.


En este momento, surge una reflexión. Hubo un cambio en el ambiente de la marcha respecto al año anterior. No hay tanta gente “común”, tal como la que se había acercado a la convocatoria del año pasado. En cambio, en esta ocasión, hubo mayor participación de agrupaciones con un importante contenido político. Pregunta, ¿para que vaya gente a la marcha, debe despolitizarse la misma? Todo un tema para debatir.


Dos banderas son sutilmente elocuentes con su alusión a la cultura y educación en relación con la problemática. “Para decir ‘Ni una menos’, hay que dejar de criar princesitas indefensas y machitos violentos” y “Revisa la máquina de prejuicios que salta cuando hablas”.

Será en este punto donde la reflexión debe ser fuerte y contundente en sus planteos asi como en los descubrimientos (y confirmaciones) que se realicen. Al leer estas pancartas, uno no puede dejar de pensar sobre la influencia de la televisión en la formación de los valores de las niñas y los niños asi como la propia cultura que va transmitiendo a través de diversos canales como lo puede llegar a ser la propia familia. 


En la cuadra del Congreso, por Entre Ríos, las rejas de la sede del Poder Legislativo descargaban su bronca y desesperación. La bandera del colectivo Te Doy Mi Mano, albergaba una gran cantidad de pancartas que recordaban a muchas mujeres muertas por la violencia de género. Los nombres de Carolina Aló, Candela Sol Rodriguez, Vanesa Celma son algunos de los tantos que se recuerdan y que formaron parte de los titulares de los diarios.

Hubo un llamado de atención muy fuerte. “Sres y sras Diputadxs. Y si un día el nombre de sus hijas está aquí? Que carajo van a hacer???”. A un par de metros, dos chicas vestidas de negro simulan estar encandenadas al tiempo que le ofrecen un papel pequeño a quienes nos acercamos. “No seas cómplice. No a la Trata” dice el colectivo Despatriarcando con un volante –o “flyer” como se dice ahora- de los que se entrega en la vía pública en barrios determinados como Flores o el Centro.


Ya más entrada la tarde, por Callao, avanzaba una columna del CAMO (Colectivo de Artistas del Movimiento del Oeste) la cual iba realizando una performance con respecto a la situación de las mujeres al tiempo que se gritaban cifras escalofriantes acerca de las muertes por violencia y abortos.

Nos entregan un volante que pide “Libertad para Belén” y dice lo siguiente. “Belén está detenida desde el 2014, cuando el 21 de marzo fue al hospital de Avellaneda de San Miguel de Tucumán porque sentía fuertes dolores estomacales y tenía una hemorragia. Estaba teniendo un aborto espontáneo; pero Belén no sabía que estaba embarazada. Sin ninguna prueba, responsabilizaron a Belén de haberse provocado el aborto. El tribunal integrado por los jueces Dante Ibañez, Néstor Macoritto y Fabián Fradejas –Que bien! Un tribunal de hombres que deciden sobre lo que vive una mujer!- la acusó de ‘homicidio doblemente agravado por el vínculo y alevosía’. El fallo de la justicia la condena a prisión por un delito del cual no hay pruebas contundentes, basándose en las declaraciones e informes realizados por los médicos, enfermeras y policías del hospital. Es decir que los profesionales de la salud violaron el secreto médico y el derecho de la paciente a que sea preservada su intimidad”


Siempre me va a parecer “poca” la gente que vaya porque es un tema que nos atraviesa a todas y todos. Las justificaciones al mejor estilo Chavo del 8, “fue sin querer queriendo” son las más aceptadas por una sociedad pacata, que le da la vuelta la cara a muertes de mujeres, sustentadas por los propios valores que inculca a través de sus aparatos ideológicos, tal como la escuela, la Iglesia y….la familia. Vivimos en una sociedad hipócrita donde, tal como decía Brecht, “cuando la hipocresía sea de muy mala calidad, habrá que decir la verdad”. Y la verdad, son las muertes que se ocurren día a día.


Se podía ver muchas madres e hijas de distintas edades. El movimiento era constante, con gente que llegaba y otra que partía, pero participaba. Este es un gran punto a considerar, la participación. El debatir, ver como no hay fin de ideologías y se producen cambios de paradigmas. El cambio implica riesgo pero también crecimiento como sociedad.

Tal como lo dijimos el año pasado y lo repetimos día a día, la verdadera lucha empieza al día siguiente de la marcha. Desde el dejar de consumir un programa de mierda como el de Marcelo Tinelli al cambio de conductas mínimas. Más aún cuando la realidad golpea con hechos que tus tan mentados valores no pueden comprender. Las barbaridades que se leen en foros como los de La Nazion o los comentarios en cualquier reunión son-lamentablemente- moneda corriente. Ahí está la verdadera lucha en contra de la violencia de género. La muestra está en que, por ejemplo, TN en su sitio web, el mismo día de la marcha, sacó un posteo cuyo título era  “Vamos a lo importante. Elegí a la mejor entangada de la semana”. Desde nuestro lugar, difundimos esta burrada por las redes sociales. Finalmente, se bajó la publicación pero el gran inconveniente es que hubo “alguien” que tuvo la brillante idea de subir este contenido….y otros tantos, de comentar el artículo con burradas de toda índole.

Los medios de comunicación siguen sin hacer una fuerte autocrítica con respecto a la concepción de las noticias y los valores que difunden. Con una fuerte carga ideológica -que no es lo mismo que partidaria aunque, en la gran mayoría de los casos, lo incluye-, los medios destilan hipocresía. Dicen combatir la violencia de género pero sacan tapas y editoriales que dan vergüenza. A todo esto, gran cantidad de gente sigue comprando el verso que les vende esta publicación. La contradicción es más que obvia y palpable para tod@ persona que desee ir más allá de comer un lenguaje obvio al respecto.

Tomando un concepto del sociólogo Pierre Bourdieu y haciendo una frase para una remera, sería una especie de “Menos hipocresía y más debate. Cambiemos de habitus”.


Dejamos la marcha con varios interrogantes referidos a la cultura y los medios de comunicación en la conformación de los valores de los individuos y la capacidad (asi como el deseo) de éste de romper con aquellos para crear sus propios valores.

Como hombre, he discutido y peleado con congéneres por estos temas. Inclusive, al punto de dejar de hablarme con varios de ellos. No me arrepiento al respecto ni me vanaglorio de esta situación pero hay momentos y ocasiones en que –creo- hay que plantarse firmemente frente a los acontecimientos que suceden frente a las narices de uno. Muchos de los cuales van más allá del “no sabe”, “lo dice en chiste” o “hay que tenerle paciencia”. Son ideas que atrasan años y se van reproduciendo con la complicidad de los componentes de la sociedad. Por ende, hay que salir a la calle. Participar, debatir y discutir. Retomamos nuevamente a Brecht, “cuando la verdad sea demasiado débil para defenderse, tendrá que pasar al ataque”.

Soy hijo de una mujer y muchas de ellas me mostraron mundos, culturas, valores y sentimientos que puede ver desde el cristal de su femineidad.


Deseo, de corazón, no tener que volver a escribir sobre una marcha similar. Me encantaría que, de una vez por todas, la madurez llegue con un cambio cultural importante que permita guardar las energías puestas en una marcha para otros menesteres mucho más placenteros. El momento en que se rompa con los paradigmas preestablecidos para dar paso a la apertura a nuevas ideas de mayor amplitud, respeto y convivencia. Pero, por sobre todas las cosas, respeto.


Repito las mismas palabras con las que cerré la crónica del año pasado porque, sinceramente, me sentí de la misma manera al regresar a mi casa.

Sentí, recordé y pensé a muchas mujeres. Mi madre, mi abuela, mi tía y mis parejas –a las cuales siempre estaré agradecido por enseñarme/mostrarme el mundo femenino desde las más diversas perspectivas-. Amigas, conocidas, confidentes. Las que están y las que partieron a otras latitudes, dejando huellas tan imborrables como hermosas en mi ser. Risas y llantos compartidos, viajes de aventura, cenas inmortales, caminatas invencibles, llegadas tarde, baja presión, helados dulces, sermones buenos y de los otros, cervezas intensas, charlas enriquecedoras, alergias varias, miradas de complicidad, lagrimas de alegría y tristeza.

Besos, discusiones, abrazos, caricias, gestos, desencuentros y reconciliaciones.

Pienso en todas esas mujeres que son madres, hijas, hermanas, cuñadas, suegras, primas y mucho más. Maestras, periodistas, actrices, abogadas, amas de casa, directoras, militantes por la vida, la igualdad y la justicia y siguen las firmas.


Escucharlas, observarlas y obviamente, emocionarme.


Todas y cada una de ellas.


Simplemente…mujeres.


#‎NiUnaMenos

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