Hay shows que son un viaje musical en todo el sentido de la palabra. Siempre es bienvenida la inquietud y la curiosidad hacia otros rumbos, desmarcándose de aquello que termina resultando cómodo. Por tal motivo, ir a ver a Isabel de Sebastián es un motivo de goce y regocijo.
La cita era en el Teatro El Picadero a las 20.30 hs. Apenas pasados quince minutos de la hora señalada, sale Isabel al escenario escoltada por su banda, compuesta por David Bensimón (primera guitarra y banjo), Mauro Cambarieri (bajo), Federico Montero (guitarra rítmica y coros), Daniel Bugallo (teclados) y Christian Faiad (batería). La versatilidad del quinteto es fundamental para que Isabel ponga su voz a disposición de los múltiples matices de su música.
Dueña de una voz clara y potente, abrió el show con “Skatango” y la pregunta de “Donde va el amor cuando se va?” se instala con el machacante rasguido de la guitarra y su ambiente cinematográfico. Desde el mismo comienzo, juega fuerte con “Corazón y huesos” y “En camino”. En el primer caso, revisita un tangazo de Daniel Melingo al que dota de su toque femenino para llevarlo a otras latitudes mientras que, tras la presentación en la que alude a los años 80, suena esa gema que Isabel había compuesto con Gustavo Cerati para el disco “Signos”, de Soda Stereo. La versión que realiza cuenta con un arreglo de slide que es, simplemente, excelente. También se da un tiempo para una humorada al pedir perdón “por las baterías electrónicas de los 80”, provocando una sonrisa cómplice en aquellos que escuchamos/vivimos esos años.
La variedad de ritmos está a la orden del día. Se escuchan boleros como “Te mataría” o temas en inglés como “Coney Island” o “Buenos Aires”, a los que dota de su propia impronta. De Sebastián es de esas voces que siempre suenan bien. Limpias y con la sensibilidad en su punto justo. Tal es el caso de “Aquí” (“un tema escrito a Mercedes Sosa” según sus propias palabras”) o en los estrenos de “La luz azul” o su jazzera versión de “Is that all there is” de Peggy Lee, con el particular sonido del banjo acompañando su recitado en castellano.
Otro de los momentos emotivos del recital es el homenaje que realiza a Leonard Cohen con un tema que formaba parte del recientemente fallecido cantautor canadiense, “Toma este vals” (Take this waltz), basado en el poema de Lorca, “Pequeño Vals Vienés”.
Isabel contó con dos invitados de lujo como Juan Abzatz y David Telson, su hijo, con quien hizo “La paloma” y después le cedió el escenario para que muestre su buen manejo en la guitarra. Pero también hay una presencia que destaca, es la de Anibal «La vieja» Barrios, stage manager de Luis Alberto Spinetta, que forma parte de su equipo. ¿Hablamos de Luis? Isabel lo homenajea con “Canción del ángel sin suerte”.
La cómoda butaca del Picadero es el marco adecuado para que Isabel de Sebastián encabece una travesía por estilos, sensaciones y tiempos. Una de las paradas son los años 80, en la que Isabel ese combo de culto llamada Metropoli. Suenan “Tormenta en la bristol” y ese clásico atemporal llamado “Héroes anónimos”, del cual asevera que “esta letra sigue teniendo vigencia”. Nada más acertado con la coyuntura actual.
El tiempo pasa y el final se aproxima. El clima festivo llega a su punto máximo con “Cariñito” que cuenta con el exacto rapeo de Machito Ponce, levantando la temperatura del teatro. La cereza del postre es “Porqué te vas”, el reconocido tema de José Luis Perales en poderoso formato.
Termina el show e Isabel dice “Es una fiesta para mi”. Si para ella fue una fiesta, para quienes tuvimos el placer de escucharla, fue un placer inmenso. Isabel de Sebastián ratifica que es una de las mejores voces del país con un concierto excelente donde su búsqueda musical la ubica como una artista inquieta, en pos de nuevos rumbos pero siempre manteniendo su propia identidad.