Bafici III. Arte en estado puro

El fín de semana lluvioso no conspiró contra la concurrencia al BAFICI. Gente haciendo cola para entrar a las salas del Village Recoleta al tiempo que quiere protegerse de la copiosa lluvia. En nuestro caso, aprovechamos para disfrutar de dos documentales de alto valor. 

The American Epic Sessions 

Volver al futuro 

Dirección: Bernard MacMahon Guión: Allison McGourty, Bernard MacMahon, Duke Erikson y Bill Morgan. Fotografía: Vern Moen. Edición: Dan Gitlin. Dirección de Arte: Kelsi Ephraim. Sonido: Dave Ross. Producción: Allison McGourty,Bernard MacMahon, Duke Erikson, Bill Holderman, Adam BlockProducción ejecutiva: T Bone Burnett, Robert Redford y Jack White. Con Jack White, Elton John, Beck, Willie Nelson, Merle Haggard, The Alabama Shakes. Año: 2015. Formato: DM. Color: B&N + Color. Duración: 120 minutos. País: Inglaterra-Estados Unidos.


Pareciera que a Jack White le molesta haber nacido en la década del 70 del siglo pasado. Más allá de su indudable talento, su constante mirada hacia atrás lo lleva a transitar caminos ya transitados pero con su personal impronta y su curiosidad sin límites. Esto lo pone en un lugar de enriquecimiento constante de lo ya realizado. En el caso de “The American Epic Sessions”, Jacko el Blanco es la cabeza visible de un proyecto tan interesante como, a la postre, único. Unió fuerzas con Robert Redford y T Bone Burnett para rescatar una vieja máquina de grabación utilizada en los años 20, restaurarla y empezar a grabar tal como se hacía en sus años de actividad. De esa manera, una máquina que usaba una polea y solo se podía grabar de primera toma, volvía a recibir a una buena cantidad de músicos de primer nivel. Aproximadamente 20 canciones son grabadas en el «viejo estilo» de antaño, al tiempo que se hacía el disco correspondiente a lo interpretado. La variedad de los artistas en los estilos es por demás destacable. Por ejemplo, pasamos desde Ana Gabriel y Los Lobos hasta Beck, pasando por Elton John o NAS.

La riqueza musical es indiscutible. Cada una de las canciones exudan pasión y una atmósfera artesanal junto con el gran placer que artistas de renombre estén ahí, en un estudio de Los Ángeles, grabando tal como se hacía hace noventa años. El blues en su más puro estado con las participaciones de Taj Mahal o la forma en que un rap puede ser bluseado con la participación de NAS. Asimismo, hay espacio para otras expresiones musicales, retomando el cancionero de aquellos años, tal como el de Ana Gabriel y su «Hombre malo» o Los Lobos y su «Cascabel». Por ahí, aparece Duke Eriksson, productor de Nirvana y guitarrista de Garbage, aportando sus ideas. O el mismísimo Steve Martin tocando el banjo para la muy destacable intervención de Edie Brickell.

La cámara va y viene a través del tiempo. Muestra tanto lo que había sido el origen de las canciones y sus grabaciones como los pormenores de las actuales sesiones de grabación. El color es actual pero con el tinte propio de los años 20 sin que sea arcaico. La lente de Mc Mahon es precisa pero no invasiva. Capaz de captar situaciones imprevistas y emotivas. Tal fue el caso de Bettye LaVette que recuerda la diferencia de los jóvenes negros que crecían en los 60 respecto de sus padres. No querían ser como ellos lo cual hacía que “no quería tocar con B.B.King….porque era estar con mis padres y representaba aquello que no quería ser”. La forma en que lo cuenta LaVette y las sensaciones que la atraviesan (“Hoy, con B.B.King, iría a cualquier lado. Haría cualquier cosa para estar con él”) dan cuenta del racismo que imperante en los 60. En este preciso instante es cuando el documental da un salto de calidad respecto a la cuestión musical para instalarse como un material histórico. Otro tanto ocurre con el testimonio de NAS que relata acerca del origen de las letras del hip-hop y su relación con el contexto social.

Los diálogos que se producen entre toma y toma son deliciosos. Ver el dueto de Elton con Jack White es increíble con el excelente intercambio entre ambos. La cantidad de tomas para que Beck y su coro puedan grabar es otro de los momentos destacados. Los ojos de Mac Mahon al escuchar algunos testimonios, como si fuera un niño escuchando la más sagrada verdad acerca de la música, es imperdible. Esto, sin contar cuando el mismo Jack White arregla una de las cuerdas rotas de la polea de la grabadora en una máquina de coser.

El carácter artesanal que inunda la pantalla se aprecia desde el momento en que la luz azul da paso a la luz roja y la consabida grabación. Al respecto, ese mismo clima salta desde la pantalla hasta los espectadores. Cuando la luz azul aparece, se escuchan respiraciones o algún que otro comentario.

La lista de músicos incluye a los Alabama Shakes, The Americans, The Avett Brothers, Beck, Frank Fairfield, Ana Gabriel, Rhiannon Giddens, Merle Haggard, Bobby Ingano, Elton John, Auntie Geri Kuhia, Pokey LaFarge, Bettye LaVette, Los Lobos, Lost Bayou Ramblers, Taj Mahal, Steve Martin & Edie Brickell, Fred Martin and The Levite Camp, Ashley Monroe, Nas, Willie Nelson, Charlie Kaleo Oyama, Blind Boy Paxton, Raphael Saadiq, and Jack White. 

Con un revisionismo a toda prueba y un marcado deseo de preservación del legado musical de los ancestros, “The Epic American Sessions” es un documental imperdible tanto para aquél amante del blues y demás géneros norteamericanos como para quien desee ver como se grababa allá lejos y hace tiempo, sin Pro Tools o similares.

Sábado 23 de abril. Village Recoleta 9. A las 21.30 hs
 


La Organización Negra (Ejercicio documental) 

Extender las fronteras del arte 

Dirección y producción: Julieta Rocco. Guión: Bárbara Villafañe. Edición: Gachi García Díaz. Sonido: Luciano Fusetti. Música: Gaby Kerpel. Producción ejecutiva: Carolina Krasñasky. Con Manuel Hermelo, Pichón Baldinú, Diqui James, Gaby Kerpel, Charly Nijensohn. Año: 2016. Formato: DCP. Color: B&N + Color. Duración: 70 minutos. País: Argentina.


El arte y la provocación. La continua mixtura de diversos lenguajes estéticos.
En plena primavera alfonsinista, cuando todos querían disfrutar la recién obtenida democracia, hubo un grupo que anteponía al arte por sobre todas las cosas, en la búsqueda constante de expandir sus límites. Virus cantaba “Hay que salir de agujero interior” y ellos, la Organización Negra lo llevó a cabo hasta lo inimaginable.


El muy buen documental pergeñado por Julieta Rocco da cuenta de manera precisa lo que fue la Organización Negra a mediados de los 80 y la forma en que se da a conocer con diversas intervenciones a los espacios porteños.  A partir de la forma en que LON se paró en relación con el contexto, arruinando el optimismo imperante de dichos años, Rocco concibió un documental no solo de gran valor histórico sino que le hace justicia a un colectivo de artistas que hacían de la osadía y la creatividad, su estandarte. La provocación junto con el riesgo de llevarla adelante con diversos espacios. Desde las intervenciones en la calle Florida hasta el paso obligado del mítico under porteño como era Cemento, hasta la reacción de un público que no sabía lo que estaba pasando y llegaba a tener miedo de lo que estaba presenciando.
El concebir la obra para después buscar nuevos horizontes. No obstante, como diría la canción «todo concluye al fín» pero con un interrogante que no ha sido respondido -o no se quiso responder-. ¿Por qué, cuando LON había llegado a tal reconocimiento que eran requeridos de Europa, nadie los apoyó para su desarrollo? Cuando podría haber detonado mentes y almas, como una bomba de arte de creación masiva, su explosión fue contenida y silenciosa para los pocos osados que miraban con ojos de animé, lo pergeñado por LON.  

Con testimonios de los propios integrantes de LON junto con el de artistas de renombre –María José Gabin, Fernando Noy y Alejandro Tantanian, entre otros- que reconocen la gran influencia del grupo, el documental no solo pone un manto de justicia a su legado sino que da cuenta de un momento único del arte argentino de los últimos cincuenta años. A través de una investigación exhaustiva, Rocco concibió setenta minutos que retratan como nadie lo que fue LON en su surgimiento y esplendor, con sus numerosas puestas tal como fue «La Tirolesa» en el Centro Cultural Recoleta y después, el Obelisco. La forma en que fue creciendo como expresión cultural, dejando gente afuera en Cemento a través del boca en boca que era la mejor forma de comunicar sus aventuras hasta la utilización constante de espacios no tradicionales. Más aún porque no hay tanto registro de lo realizado por LON por lo que es doblemente destacable el trabajo indagatorio.

“La Organización Negra. Ejercicio documental” es de esos documentales atrapantes, que van más allá de ilustrar una época determinada para extender su propia concepción al día de la fecha, en relación con un grupo que ha marcado como pocos, al arte de Buenos Aires.


Viernes 22 de abril. Artemultiplex Belgrano 3. A las 14 hs.
 

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