Franz & Albert (Teatro)

Dos potencias se saludan


Dramaturgia: Mario Diament. Con Julián Marcove y Miguel Sorrentino. Diseño de vestuario: Daniela Taiana. Diseño de escenografía y  de luces: Tito Egurza. Realización escenográfica: María José Crivella. Realización de vestuario: Matices. Música original: Sergio Vainikoff. Fotografía: Gianni Mestichelli. Diseño gráfico: Aires Media. Asesoramiento en magia: Pablo Kusnetzoff. Asesoramiento Teórico: Juan Pablo Paz. Asistencia de dirección: Iardena Stilman. Producción ejecutiva: Florencia Carreras. Producción general: Orit Koif y Stella Pergolesi. Dirección: Daniel Marcove.


El Tinglado. Mario Bravo 948. Sábado, 22.30 hs y domingo, 20.15 hs.


¿Habrá sido verdad el encuentro? ¿o lo habrá pergeñado la fructífera imaginación de Mario Diament? La cuestión es que en el balcón del el salón literario de Berta Fanta, se encuentran nada más y nada menos que Albert Einstein y Franz Kafka.


Será ese balcón el espacio donde dirimirán sus diferencias y compartirán sus coincidencias en el marco de un encuentro que existió pero se desconoce el contenido de la charla. Pero más allá del encuentro o no de estos dos gigantes, lo que realmente interesa es lo que lleva adelante el texto creado por Mario Diament. Palabras y sentimientos que atraviesan a estos dos genios del siglo XX, donde se cuentan penas y alegrías, deseos y ansias, como dos hombres tan falibles y terrenales como cualquiera de nosotros.

Igualmente quien vaya a ver una puesta basada en cuestiones históricas y académicas respecto a las esferas que dominan ambos colosos, está errado. Si bien –por motivos obvios- hay referencias históricas como la guerra que se encontraba a la vuelta de la esquina, el antisemitismo y las armas de destrucción masiva, el encuentro se centra en una estructura puramente teatral.


Las diferentes personalidades de ambos protagonistas quedan bien demostradas, dando pie a interesantes contrapuntos. Esto denota el carácter investigativo pormenorizado de Diament para el dibujo de los personajes. Einstein, con la teoría de la relatividad ya creada y Kafka, sin ser todavía el gran escritor que sería reconocido como tal. Pero el primero será un optimista que se contrapone a un joven escritor que no ve siempre el futuro y el presente (ni hablar del pasado), de la mejor manera. Diament tomará a los nombrados desde un lugar más humano, lejos del endiosamiento del cual serán objeto.


El texto es atrapante de principio a fín. Desde el punto de partida de la fortaleza de los dos personajes para ir, de a poco, esbozando las vivencias de dos hombres que tuvieron la capacidad de ser brillantes en sus respectivas áreas. La iluminación y la escenografía son por demás acertadas para encuadrar la solidez de las actuaciones. Pero será la sutileza de aquellos que se esboza en pequeños detalles, y las pausas en el desarrollo dramático las que enmarquen un texto atrapante. No obstante, con algunos minutos menos y un optimismo menos exacerbado, lograría una contundencia aún mayor.


A nivel actuación, ayuda –y mucho- contar con actores de apreciable parecido físico y, por sobre todas las cosas, un alto caudal dramático. Allí es donde se aprecia el aceitado trabajo de la dupla dirección-actuación. Julián Marcove y Miguel Sorrentino crean unos respectivos Albert y Franz precisos, que navegan en las profundidades de dos personalidades tan atrapantes como ricas en su composición.


“Albert y Franz” pone el lado humano de dos de las personalidades más importantes del siglo XX sobre un escenario con una puesta de calidad.

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