Autoría: Yannis Ritsos. Versión y dirección: Ana Fouroulis. Traducción: Selma Ancira y Ana Fouroulis. Con Carla Solari y Federico Ponce. Vestuario y escenografía: Pepe Uría. Diseño de luces e Iluminación: Lucas Orchessi. Diseño de vestuario: Miguel Rausch, Música: Eleftheria Arbanitakis, Samuel Barber, Kronos Quartet. Fotografía: Gianni Mestichelli. Diseño gráfico: Pablo Bologna. Asistencia de dirección: Laura Pagés. Producción ejecutiva: Zoilo Garcés. Producción: Ana Fouroulis y Carla Solari.
Elkafka Espacio Teatral. Lambaré 866. Miércoles, 20.30 hs
Llevar personajes clásicos a la actualidad es difícil. Los motivos son varios. El desfasaje temporal, el cambio de las formas del lenguaje son obstáculos que son difíciles de superar cuando hay un “purismo” extremo atravesado por un deseo que no es tal, de plasmar un clásico.
En “Phaidra/Fedra”, versión del clásico griego concebida por Yannis Ritsos, Ana Fouroulis ubica a la heroína en el siglo XXI, con las vivencias y pensamientos de una mujer de estos días, atravesada por la culpa y la pasión por un amor que no puede ser tal. El lamento ante lo imposible podrá trascender ese amor prohibido para transformarse en un alegato tan propio y personal como actual.
Aquí Fedra confiesa ese amor por Hipólito, su hijastro, desde el primer momento que se encienden las luces de la sala. De esta manera, comenzará el derrotero de quien se rebela contra un destino sellado a través de preguntas y reflexiones que sembrarán tantas dudas respecto a lo establecido como certezas sobre lo que siente. Vomita sus sentimientos con la visceralidad de quien ama con tanta fogosidad como dolor. Es una tigresa enjaulada y sexy que no se rinde ante lo inevitable y que venderá caro el mantener su deseo en pie.
Solo un sillón rojo y una pequeña mesa son los elementos necesarios para enmarcar la tragedia de esta mujer ardiente en sus sueños pero con el carácter asentado de quien ha vivido entre los límites del deseo y la cordura. Será una exacta Carla Solari la encargada de ponerle el cuerpo con verba fogosa y gestualidad elocuente y quirúrgica a una Fedra que le sienta a medida. Cada palabra que sale de esos labios llamará a una reflexión que no respetará sexos y contextos.
El vestuario, en tanto vestido negro enmarcado por unos labios pasionalmente furiosos y descalza, en contraposición con un sillón rojo, forman parte de la creación de sentido de una puesta de calidad.
Por su parte, la participación de Federico Ponce es tan sutil como necesaria. Sin emitir sonido, es factor fundamental para que la puesta se desarrolle con un ritmo sostenido. Su fuerte presencia junto con un lenguaje de gestos preciso lo hace crear un Hipólito acorde a la requisitoria del texto.
“Phaidra/Fedra” deja la sumisión de lado para transformarse en una mujer de amores tomar, en una actualidad que interpela a tod@s respecto al lugar que ocupa en la sociedad.