Las comunas siguen siendo un gran interrogante para la mayoría de la población de la Ciudad de Buenos Aires. Homero Cimes, precandidato a comunero de la comuna 9, de la lista Ciudad para Todos del Frente para la Victoria que lidera Gustavo López, nos recibe en el local partidario y cuenta cuales son las funciones de un comunero al tiempo que describe de las problemáticas de un barrio tan porteño como lo es Mataderos
-Homero, ¿qué es un comunero?
– Tiene la facultad, en un determinado lugar como lo es una comuna, de poder ser la primera ventanilla de la Ciudad de Buenos Aires. La verdad es que un jefe de gobierno no puede tener todas las facultades. La cotidianeidad, lo que pasa en el espacio público, en la plaza o la calle, el comunero debe tener responsabilidad. Si se le cae un árbol en la casa a un vecino, no puede esperar al Ministerio de Espacio Público para que lo venga a solucionar. El comunero debe estar para solucionar las cuestiones al respecto.
-El ciudadano común, ¿tiene idea respecto a las comunas?
– Hay un poco de todo. Es verdad que las comunas empezaron a funcionar como unidades comunales en el 2011. No han cumplido un mandato entero los comuneros. Va a ser un proceso largo pero dependerá de la decisión política de la centralidad del GCBA para difundir e informar sobre la función de las comunas y los comuneros y la participación de los vecinos. Uno de los elementos centrales para que funcione es la democracia participativa y que el vecino este detrás de cada uno de los temas. Que marque una agenda. De hecho existen los Consejos Consultivos Comunales que es parte del gobierno de las comunas donde el vecino puede plantear las problemáticas que lo aquejan en el barrio. Igual, en estos cuatro años, el PRO no puso el presupuesto para que funcionen las comunas ni la difusión al respecto. Se generó mucha centralidad en la ejecución de las pequeñas obras que puede hacer la comuna. La agenda de los temas de la comuna se define en el GCBA. Si no hay decisión política, es difícil que funcione bien la comuna. Todavía tiene esa impronta del viejo CGP porque no hubo una decisión política de cambiarlo. Las comunas funcionarían si se define un presupuesto determinado y se cumple con la Ley de Comunas, que está regida por la ley 1777, que se refiere a la composición territorial de las quince comunas y las facultades que tienen los comuneros. De hecho, los comuneros tienen comisiones específicas donde cada uno de los temas se puede plantear tranquilamente. Más allá que el gobierno de la Ciudad no haya definido positivamente darle facultades a las comunas, los comuneros también tienen que ejercer su fuerza constitucional. Desde los comuneros no hubo voluntad de pedir lo que les corresponde, una cuestión constitucional.
-¿Cuales serían los puntos que tocarías para la comuna?
– Hay varios ejes problemáticos en nuestra comuna que es bastante heterogénea. Tenemos una sola villa que es Villa Cildañez. Entendemos que hay que urbanizarla para que se integre al tejido urbano de la Ciudad y nuestra comuna.
La basura es otro tema que atraviesa a nuestra comuna donde el servicio de recolección no funciona. Las empresas tercerizadas no cumplen con la recolección tal como la entendemos. Otros temas son la seguridad, la educación y la salud. Tenemos la gran falencia que la nuestra es una de las comunas más castigadas en tanto educación pública. En Mataderos hay solamente un secundario público para todo el barrio. Es el Liceo 8 de Murguiondo y Alberdi y obviamente está colapsado. Faltan vacantes en Mataderos, Liniers y Parque Avellaneda. Hay colegios privados y en Parque Avellaneda, un par de escuelas técnicas. Que haya solo un secundario para un barrio como Mataderos que tiene una población de 70 mil habitantes es casi nada. Además, hace que el barrio se vuelva viejo. Si los chicos no tienen acceso a la educación aquí y cuando trabajan lo hacen fuera del barrio, éste se queda con una población de gente grande porque los jóvenes emigran. Uno recorre Mataderos y no hay tanta juventud como en otros barrios.
A nivel salud, tenemos el hospital Santojanni que es el único de la comuna y de la zona sur. La gente de Soldati, Villa Riachuelo y la Comuna 8, viene tanto al Hospital Piñero como el Santojanni. Pero este está cerca del límite de la provincia de Buenos Aires y está saturado. Si vamos ahora a atendernos a la guardia, tardamos cuatro horas. Si queremos sacar un turno para una operación, será para dentro de un año. No hay insumos ni profesionales. Para terminar, el tema de la seguridad. En esta zona, no conocemos a la Policia Metropolitana. La única vez que la vimos fue en la represión a los comerciantes de Liniers que fueron desalojados de la avenida Rivadavia. Nosotros entendemos que la policía Metropolitana debe ser de proximidad con el vecino. Debe tener otra relación con la comunidad y no solo ser vista cuando viene a reprimir. Tenemos la comisaría 40 en Parque Avellaneda, la 42 más para Mataderos y la 44 en la zona de Versalles. Ni siquiera se respeta el espíritu de las comunas porque está del otro lado de la via, en zona norte, y para pasar para esta zona, tiene dos pasos a nivel. El vecino tiene que rezar para que no haya problemas en Irigoyen o José León Suarez para que pueda pasar con rapidez el móvil policial. Como vecinos de la comuna, creemos que tendría que haber una comisaría en Liniers. No hay un destacamento policial en el barrio. No está planificado este problema respecto de la seguridad. El jefe de Gobierno no puede decir todo el tiempo que la culpa la tiene el otro porque además, constitucionalmente, se tiene hacer cargo de la seguridad pública de la ciudad. Hay un doble discurso donde se muestra a la Metropolitana y solo tienen establecimiento en tres comunas de las quince que hay.
-¿Qué actividades desarrollan en este local?
– Estamos aquí hace tres años. Venimos de tener militancia social que muchos son de Mataderos, Lugano y Parque Avellaneda. Hacemos desde apoyo escolar hasta talleres artísticos o fomento del microcrédito. Nuestra militancia está basada en lo social. La gente se acerca bastante, sea o no sea kirchnerista. Hay gente que no está de acuerdo con este proyecto nacional y popular que defendemos y la conducción de Cristina. De esa gente que no está de acuerdo, es gente que tiene mucho odio o ira. Algunos te tiran los volantes al piso. También tenes otra gente, la mayoría, que se queda hablando de política. Muchos que nos felicitan por defender las políticas públicas del gobierno. O nos quedamos discutiendo sobre la basura, la educación, la inflación y la seguridad. Siempre con respeto.
-Hablaste de las heterogeneidades del barrio, ¿Cómo es la relación entre las comunidades después de lo que ocurrió en Lugano y el Indoamericano?
– Estamos en una zona con una colectividad boliviana muy importante. Especialmente en Parque Avellaneda donde están los talleres textiles y Liniers donde utilizan varias calles para comercializar los productos que ellos venden. Los vecinos, a veces, son reacios a tener relación con la comunidad boliviana pero también hay mucha convivencia.
Por otra parte, desde Alberdi hasta Eva Perón es un barrio y desde Alberdi a Rivadavia, otro. Está muy diferenciado con el consumo que hay y las posibilidades de trabajo. Uno transita por los centros comerciales y se ven los distintos estratos sociales, compartiendo distintos supermercados. Pero falta mucho para la integración no solo con los inmigrantes sino entre los mismos vecinos. Creemos que hay que tener más integración y esto se va a lograr con instancias de participación donde cada uno pueda expresarse y también ganando nuevamente la calle. El vecino tiene que volver a tomar mate en la vereda, y no mirar la realidad por la televisión o por internet. Al ser todavía un barrio de casas bajas, tenemos la ventaja que podemos vernos a la cara, sabiendo que quien es el vecino de al lado o enfrente.
-¿Cuales son tus expectativas para las próximas PASO?
– Nosotros logramos un gran objetivo que Gustavo López sea candidato a Jefe de Gobierno elegido por la propia presidenta, junto a Recalde y Cerruti. Eso fue un gran primer paso. Eso nos dio a quienes venimos teniendo trabajo territorial en las comunas, presentar nuestras listas y tener un diálogo permanente con los vecinos, mostrándoles que ideas tenemos para la comuna. La idea es que nos sirva para potenciar la idea a futuro. Para nosotros es el primer paso de los muchos que vamos a ir dando. Las expectativas en las PASO es polarizar con nuestro adversario ideológico que es el macrismo. Este es el primero de muchos pasos. Creemos que la ciudad es mucho más desigual que hace ocho años. En el sur no se construyeron viviendas. Los barrios carenciados están cada vez más poblados con gente de bajos recursos. No hay políticas sociales ni educativas. Los hospitales se vienen abajo. Hay un descuido terrible de lo público. El macrismo representa los intereses privados por sobre los del Estado.
El servicio público no está bien. No creo que se corte la luz de manera tan seguida en zona norte o la basura se recolecte de mala manera, las escuelas se queden sin vacantes o los hospitales funcionen mal. Hay dos Buenos Aires, la del sur donde padecemos muchos problemas que tienen que tener una solución rápida porque está en riesgo la vida de las personas. Si el hospital no funciona, está en juego la vida de un paciente. Si la educación no funciona, está en riesgo el futuro de los chicos de zona sur. Lo que hizo el gobierno de la ciudad fue agudizar las diferenciaciones entre los que vivimos en zona sur, donde hay un doble riesgo de mortalidad infantil, con la zona norte. Por lo tanto, este aumento de impuestos, ABL y patente, es terrible y no sirvió para hacer obras en la zona sur. No se aprovechó el momento económico para hacer algo. ¿Qué nos deja el macrismo? Un metrobus y una bicisenda. Si entendemos que esa es la infraestructura que necesita el transporte para una ciudad como Buenos Aires, creo que estamos muy equivocados.