Andrea Marrazzi: “Los finales son lo más difícil a la hora de escribir…y en la vida en general.”

¿Una puesta con guiños a lo Hitchcock? Si, es posible. Lo hizo Andrea Marrazzi, quien cuenta como pergeño “La Deriva”, una puesta atrapante que se puede ver a comienzo de semana en el Extranjero. Marrazzi cuenta el surgir de la obra asi como aspectos diversos de su carrera como directora, dramaturga y también actriz. 


-Andrea, ¿cómo surge «La deriva»?
– Este proyecto empezó el año pasado cuando me surgió la posibilidad de dirigir en el Festival El Porvenir, gracias a Tatiana Santana que me dejó el legado (los directores que participan del ciclo son quienes cada año eligen a los que ocuparán su lugar el año siguiente), y empecé a trabajar este texto para, en principio, mostrar un fragmento de 20 minutos.

Para esto, tomé clases con Mariano Tenconi Blanco, ya que mi formación hasta el momento había sido mayormente en dirección y en actuación, aunque escribir, siempre había sido una especie de hobby para mi y una actividad casi diaria.

En cuanto a La Deriva, lo que tenía claro desde el vamos era que quería que sucediera en una isla y que anhelaba hablar del duelo.


-¿Cómo fue el proceso de ensayo?

– El proceso fue muy bueno. Es un placer trabajar con un equipo tan profesional, con actores como Mauricio Minetti, Ariadna Asturzzi, Fernando Sayago y Manuela Fernández Vivian, que resuelven y buscan todo el tiempo. Y por otro lado, el equipo creativo fue vital para mi. Gabriela Luna y Mariana Ramirez Roa, quienes se encargaron de la escenografía, lograron generar el ambiente de la isla que deseaba. Ambas son muy meticulosas, y plasmaron exactamente lo que requería el texto. Esto se vio muy enriquecido con el diseño de iluminación de Ernesto Bechara y el diseño sonoro de Miguel Ángel Cino, quienes reforzaron también, el clima y la estética de thriller.

El equipo de trabajo es fundamental, por eso también quiero destacar la asistencia de María Agustina Mirás, que cuida recordar aquello que se fue logrando en los ensayos. 


-Se nota la influencia de cierto cine de suspenso… ¿es así?

– Si. Cuando entendí que tenía que ser un thriller, me inspiré mucho viendo películas del género y también films que utilizan el suspenso, pero en pos del humor o el romance, ya que La Deriva tiene mucho de comedia romántica, también.


-La obra, ¿siempre tuvo ese final?

– No, tuvo muchos. Los finales son de las cosas más difíciles, a la hora de escribir, y en la vida en general. Un poco de eso habla la obra.


– ¿Siempre tuvo esos guiños «cinematográficos» en la puesta?

-No. Pero creció mucho el texto cuando vi que podía ir por ese lado. Considero también que, las luces y el sonido me ayudaron mucho generar esa estética.


-¿Qué te inspira a escribir?

– Todo. Quiero escribir todo el tiempo últimamente. Ahora que dejé de fumar, más. Creo que cambié un vicio por otro.

Pero entiendo que más que inspiración son los estímulos los que me dan ganas de escribir, desde sentarme en un bar a ver la vida hasta ir a ver obras de teatro o leer.


-Últimamente estás abocada a la dirección más que a la actuación. ¿A qué se debe este cambio?

-Creo que me cansé un poco de todo lo que implica la actuación como profesión y también de la exposición. No es fácil actuar. De todos modos, yo trabajo y me formé en muchas cosas que tienen que ver con las Artes Escénicas, entonces por momentos estoy más cerca de la docencia, la gestión o la dirección, pero en otros por ahí puedo virar y volver al vestuario o a la actuación. No me gusta quedarme quieta, esa es la verdad.


-De chica, ¿Qué otra vocación tenías que no fuera el teatro?

– Quería (y quiero) ser profesora de matemáticas.


-La última. Si por la puerta del teatro El Extranjero, entrase la pequeña Andrea que recién empezaba con el teatro, ¿Qué le dirías? ¿Algún consejo? ¿Alguna recomendación?

– ¡Jaja! Mirá, hace poco leí en mi diario íntimo de cuando tenía 10 años lo que había escrito el día que fui a mi primer casting para televisión, y decía que no me importaba quedar o no, porque pasara lo que pasara iba a poder volver a mi casa a jugar con María Luz (mi mejor amiga de la infancia) y me iba a divertir. Creo que “la pequeña Andrea” me podría decir a mi, más de lo que yo a ella. Quizás uno nace sabiendo qué cosas son importantes, pero se las va olvidando. 


“La Deriva”. Teatro El Extranjero. Martes. 21 hs.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »
Scroll al inicio